Tres premios al trabajo bien hecho

El Patronato de Turismo y Comercio falló en la noche del miércoles los galardones de la XIX edición de los premios de Turismo del Ayuntamiento de Llanes. Además de conceder una mención especial a la serie 'La Señora', producida por Diagonal TV y emitida por TVE, los tres premiados en el 2009 fueron Lolina Muñoz Tocornal, del Kiosco Lolina; el matrimonio formado por Emilio Muñoz Valle, ya fallecido, y Esther González Amieva, gestores del restaurante Casa Alejo, en Posada; y Manuel Vega Trápaga, hostelero de toda la vida y propietario del restaurante La Cueva.

Los premios se van a entregar en el transcurso de una gala y posterior cena que tendrá lugar en el restaurante Riomar, el próximo jueves, 17 de diciembre, a partir de las nueve de la noche.

Lolina Muñoz, de 83 años y nacida en el barrio llanisco del Cuetu, estudió en el colegio de las Mantillas hasta los doce años y a partir de ese momento «pasé la vida trajinando en diferentes oficios para sacar adelante, yo sola, a cuatro hijos», explicaba ayer. Por su carácter abierto es una mujer querida en Llanes y hasta se puede decir que una institución en la villa. Comenzó bordando a mano, «sobre todo sábanas y juegos de cama», y hace más de cuarenta años fabricó un tenderete con el que acudía a las fiestas de la comarca para vender juguetes y chucherías. Tuvo un puesto frente al IES de Llanes y fue propietaria de un kiosco de prensa, que hoy regentan sus hijas.

El matrimonio formado por Emilio Muñoz y Esther González gestionó el restaurante Casa Alejo, en Posada, desde 1954. Emilio fallecía en 1979 y Esther se jubilaba diez años más tarde. El local fue un templo del coleccionismo: tejas, billetes, vitolas y monedas. Emilio servía y entretenía a los clientes en la barra, mientras que Esther preparaba contundentes guisos que gozaron de justa fama: fabada, bacalao y truchas del Bedón. Entre las cuatro paredes había inquietudes culturales y Emilio fue autor de 'La Xíriga', un libro de culto.

Manuel Vega Trápaga nació en el barrio de La Cocina, de la localidad cántabra de Roiz, y llegaba a Pancar a los doce años. Tres años más tarde oficiaba como camarero en la barra del Pinín, a las órdenes del mítico Pepe Armas. Se fue a Casa Ángel, regentada por Manuel Fernández Sañudo, y se marchó a Santander para trabajar en El Español, de la plaza de las Estaciones, y el Madrid Lago, ubicado en el paseo de Pereda. Regresó a Llanes para trabajar en el Montemar y el día 7 de junio de 1971 se convertía en propietario de La Cueva, un restaurante acreditado en la preparación de «gambas, bonito, sardinas, chipirones y paellas». Compró el primer microondas que llegó a la villa.