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Oviedo

Los taxistas quieren que se extienda la prohibición a Cervantes y Asturias

Los comerciantes destacan que la medida disminuye la contaminación y no les resta clientela

S. N.

Domingo, 27 de diciembre 2009, 03:57

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Una calle cerrada al tráfico tiene sus limitaciones. Cuando uno recibe una visita, ésta no puede aparcar debajo de la ventana; si tiene un comercio no puede cargar y descargar a cualquier hora del día, aunque sea un minuto; y en la mayoría de los casos no hay autobuses al lado del portal de casa. Sin embargo, la mayoría de los afectados, bien sean comerciantes, taxistas, clientes y hosteleros, aplauden la medida.

El gremio de profesionales al volante está contento de que el centro de la ciudad sea peatonal. Les evita aguantar atascos y en algunos casos hasta esperar a que abra el semáforo. Para ellos, las restricciones son muy puntuales. «Podemos circular prácticamente por todos los sitios salvo por el Antiguo, donde sólo podemos coger y dejar, y por Milicias Nacionales y la plaza del Ayuntamiento», explica el presidente de la Asociación de Empresarios de Autotaxi de Asturias, Marino Esteban Álvarez.

El día a día nada tiene que ver con lo que era antes. «Aquello era un peligro», recuerda. Ahora, ese 'peligro' sólo se limita a los fines de semana, cuando las calles se inundan de gente en la zona de movida. «Procuramos no ir. Sólo hacemos el servicio si es una emergencia y te acompaña la policía», indica.

Con más de 30 años de experiencia al volante, y circulando por la ciudad, no sólo aplaude la idea de cerrar al tráfico en general las vías de estas zonas y otras calles puntales de barrios menos céntricos, sino que pide que se extienda. «También nos gustaría que se peatonalizara la parte baja de la avenida de Galicia, Cervantes y Asturias», propone.

Obras veraniegas

Aunque en sus inicios el comercio no aceptó bien la medida, ahora la respaldan. Y si no que se lo pregunten a Marta García Álvarez, de Calzados Casino, otro de los negocios más conocidos de Palacio Valdés. «La obra de aquí la hicieron en verano. Llovió mucho y todo estaba muy sucio. La experiencia se había difícil para mí, como ciudadana y trabajadora, pero ha sido muy buena»

Emilia Valle, propietaria Personajes, una de las pocas librerías de compraventa de la ciudad, Emilia Valle, sabe lo que es trabajar en una calle así desde hace apenas unos meses. Por la puerta de su negocio en Río San Pedro pasaban cientos de vehículos al día y ahora no lo hace prácticamente ninguno. «Ahora estamos felices. La gente pasea, mira los escaparates, se para a charlar en medio de la calle... Se está muy a gusto», dice como reflexión, a la que añade una bajada de la contaminación y una mejora de la calidad de vida.

El cambio de la calle Manuel Pedregal, integrada en la Ruta de los Vinos (uno de los tres grandes ejes, junto con el Antiguo y Milicias Nacionales y alrededores) llevó a Marian Costa a trasladar su galería de arte, Costa de Diego. «Como era peatonal, busqué un local», recuerda. Ahora está «contenta» con el sitio, en una zona «comercial y de paso».

Los vecinos de El Cristo también sabrán muy pronto lo que es convivir en una calle así. El presidente vecinal, Ramón del Fresno, verá como se cumple una antigua reivindicación: la peatonalización de 130 metros de la calle Burriana, convertida hoy «en un almacén de coches de zona blanca que pasan meses aparcados».

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