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Mireia rompe la frontera
NATACIÓN

Mireia rompe la frontera

La nadadora catalana arriesga y logra la primera medalla para la delegación española

CRISTIAN REINO

Jueves, 2 de agosto 2012, 06:16

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Grandiosa, colosal, majestuosa. Por fin cayó la primera medalla para la delegación española y lo hizo gracias a una gesta de dimensiones históricas. La protagonizó este miércoles por la noche Mireia Belmonte, la gran baza de la natación española, que se lanzó a por todas, rompió todos los pronósticos, se saltó todos los manuales que aconsejan salir a reservar en los 200 mariposa, y conquistó una plata, que sabe a victoria. Porque supone la quinta medalla en la historia de la natación española en los Juegos Olímpicos, tras las dos de los hermanos López Zubero, la de Sergi López y la de Nina Zhivanevskaya, y porque rompe la mala racha de la delegación en Londres, que empezaba a generar un cierto nerviosismo en las altas esferas. Justamente el que no tenía la badalonesa del CN Sabadell, que hizo una carrera redonda, en la que arriesgó y se llevó el premio justo para el que se la juega y no se conforma.

La nadadora catalana, en su segunda final olímpica, pasó segunda en el 50 y en la mitad de la prueba, en el parcial del 100, se puso primera con un marca, por debajo del minuto, que hacía sospechar que podía sufrir un hundimiento en el último largo. Y es que hay que estar muy seguro de las fuerzas de uno mismo para tirarse en los 200 mariposa en plan kamikaze como hizo Belmonte. Porque si hay una prueba que no tiene piedad en la natación, esa es la de los 200 mariposa, que es comparable al 3.000 obstáculos del atletismo. Si quemas las naves al principio, corres el riesgo de no poder levantar los brazos en el último 50, cuando el ácido láctico se dispara sin compasión y los brazos pesan como si fueran de plomo. Pero Mireia se sentía fuerte. Tiene experiencia internacional y sabe lo que es ganar en campeonatos de alta enjundia.

Así que apostó fuerte y le salió bien. Su idea era reventar a la china Liu, campeona olímpica en los Juegos de Pekín y descartar rivales poco a poco. Que fueran cayendo como frutas maduras. La asiática picó el anzuelo y acabó octava. Ese era el destino que le podía haber deparado su imprudencia a Mireia. Pero estaba fuerte. Sabía que ha entrenado muy duro para el 800, que tiene más fondo que nadie y que su especialidad es el final de las carreras. Las acaba como nadie, porque sabe sufrir. Así resistió las embestidas de Hoshi, que llegaba como la líder mundial, y de Hersey, que hizo la mejor marca en las semifinales. La china Jiao, que sí nadó la distancia como mandan los cánones, se colgó el oro y acabó el segundo 50 en 31 segundos, dos por debajo de la española, que bastante tenía con aguantar la segunda plaza. Premio gordo, medalla de plata, nuevo récord de España y encima tuvo el honor de recoger la presea de parte de un mito como Popov, regalo final para una Mireia que por fin tocó la gloria.

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