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El colegio San Miguel, grande entre cien mil
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El colegio San Miguel, grande entre cien mil

El centro educativo de Pumarín lidera en toda Asturias una iniciativa para luchar contra el cáncer infantil

XANA MENÉNDEZ PRENDES , GIJÓN

Lunes, 1 de abril 2013, 18:29

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El colegio San Miguel de Pumarín ha conseguido su reto: lograr ser más de mil entre cien mil. ¿Qué significa este objetivo? Que exactamente 3.137 personas entre alumnos, profesorado, amigos y familiares se han sumado a una iniciativa para luchar contra el cáncer infantil. La idea surgió en el departamento de Educación Física para llevarla acabo durante su semana del deporte.

Uno entre cien mil nace en España del esfuerzo de dos personas, José Carnero y su mujer, Eva Gayo, que vieron su vida marcada por la leucemia de uno de sus hijos, Guzmán, que ahora tiene tres años. Necesitaban fondos para luchar contra esta enfermedad y se les ocurrió vender dorsales para participar en esta carrera por un euro. Los fondos recaudados se destinarían a la investigación contra la leucemia. Casi como desahogo «entre quimio y quimio de Guzmán», el padre comenzó a narrar su idea en internet. El nombre surgió de la estadística: tres de cada cien mil niños sufren leucemia linfoblástica aguda. De ahí el título del reto: Uno entre cien mil. Sus mejores expectativas se vieron pronto superadas. El eco en las redes sociales resultó espectacular y muchos nombres conocidos se sumaron al proyecto, entres ellos Juan Diego Botto, Natalia Berbeke, Marlango, Carmen Posadas y Jon Sistiaga. Y aparecieron iniciativas deportivas diferentes como Mujeres que corren, liderada por la gijonesa Cristina Mitre, que apoyaron la causa desde Madrid, tal y como ya contó este periódico.

Ahora, el colegio San Miguel también pondrá su granito de arena. Más de tres mil euros para la investigación de la enfermedad, 3.137 dorsales que utilizaran en las actividades que organizan en la semana del deporte del colegio y en todas las carreras en las que participen, como en la San Silvestre gijonesa. Cualquiera que quiera ayudar puede encargar su dorsal por internet y sumarse a este proyecto cualquier día del año, convirtiendo una simple carrera en una victoria en la lucha contra el cáncer.

«Elegimos apoyar esta iniciativa porque una de nuestras profesoras está de baja recuperándose de esta enfermedad. Además, el cáncer es algo con lo que los alumnos y profesores conviven, ya sea por un familiar o un amigo», explica Marián Viña, profesora de Educación Física. La idea es que «los niños sepan enfrentarse a la enfermedad de una manera positiva».

En un mes han conseguido más de tres millares de dorsales y han superado así su reto de ser mil entre cien mil. Y, lo más importante, con su esfuerzo han conseguido dar un paso en la lucha contra la leucemia. Los estudiantes y el claustro también se implicaron en el reto. El cáncer es una enfermedad que ha tocado a algunos muy de cerca, como le ocurrió Daniel López: «Mi padre tuvo esta enfermedad cuando yo tenía siete años y falleció». Ahora, con quince años, el deporte es para él una vía de escape. «Me sirve de fuga cuando me encuentro mal», explica este joven jugador del Llano 2000.

Lo importante de esta iniciativa es que está planteada desde la esperanza y que destaca un aspecto que en el colegio San Miguel se intenta fomentar: la motivación. Alba Martínez, de 10 años, lo define así: «Sé lo que es un reto; es algo muy duro que cuesta mucho». Ella entrena todos los días con el equipo de gimnasia rítmica para competir en los campeonatos de España. El reto de Pablo, un niño de nueve años que el año pasado corrió la San Silvestre gijonesa no es menor: «Tuve una parálisis en el brazo y en la pierna y no me podía mover», relata con sorprendente aplomo. Otros, como Laura Castelllano participan en este Mil entre cien mil con otro recuerdo muy presente: la pérdida de un amigo en un accidente de tráfico que la llevó a ella y a otros 20 compañeros a competir en una carrera por la seguridad vial en Madrid. Para esta estudiante de la ESO de 16 años correr tiene un significado añadido, es una manera de rendir homenaje a un ser querido y por eso, en la San Silvestre también corrió con la camiseta con la foto de su amigo. La próxima semana alumnos y profesores recontarán los frutos de su esfuerzo, pero ninguno tiene duda de que el objetivo será cumplido.

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