Detenido el sospechoso de los asaltos a mujeres en Gijón

La Policía Nacional ha arrestado esta tarde al supuesto autor de ocho asaltos a mujeres cometidos en las últimas tres semanas en Gijón. Según han informado fuentes de la Policía, el detenido fue trasladado a la Comisaria del barrio de El Natahoyo para su interrogatorio.

La detención se ha realizado, sobre las 16.40 horas, en un bar de la calle de Severo Ochoa, en el barrio gijonés de Pumarín, al que el sospechoso se trasladó desde un domicilio que estaba siendo vigilado por varios agentes de Policía.

En las últimas horas, el Cuerpo Nacional de Policía había estrechado el cerco en torno al asaltamujeres. Se trataría deJ.D.C.G. de 36 años de edad, natural de Tenerife, con antecedentes policiales por delitos violentos, que figuraba fugado del Centro Penitenciario de Topas- Salamanca- donde no se había reintegrado tras disfrutar de un permiso carcelario. Ingresó en prisión por condenadas acumuladas por robos con violencia y tenía pena que cumplir hasta 2016. En 2006 ya había protagonizado otra fuga similar en Canarias.

Después de tres semanas de intensa búsqueda y un amplio dispositivo en el que participaron numerosos agentes, los investigadores han conseguido ponerle nombre y rostro a un joven que coincide con la descripción aportada por las víctimas y que todo parece indicar que fue el autor de los brutales ataques a al menos ocho mujeres contando la empleada de El Llano.

El titular del juzgado gijonés que instruye el caso decretó ayer el secreto del sumario después de que se filtrase una foto del principal sospechoso y se difundiese rápidamente por las redes sociales. Se trata de una imagen de una ficha policial que los investigadores hicieron llegar a los agentes tanto del Cuerpo Nacional de Policía como de la Policía Local que patrullan en la calle. Su último domicilio conocido lo ubica en Tenerife en 2007.

Las imágenes de las cámaras de seguridad de la tienda de oro de la calle del Río de Oro en el que dio su último golpe recogieron a un hombre treintañero, delgado, con perilla, de rasgos caucásicos y extremadamente violento, que intentaba ocultar su rostro con una gorra de fieltro negro. Esa imagen sería la que habría llevado a la identificación al cotejar con los datos de los presos fugados de los centros penitenciarios del país.

Macabras andanzas

El primero de los episodios violentos que se le atribuyen tuvo lugar el 16 de noviembre en la calle de Garcilaso de la Vega. Asaltó por detrás a una mujer, la tiró al suelo y le pegó patadas en la cabeza, fracturándole los dos pómulos y la nariz. Fue sorprendido por dos jóvenes, miembros del equipo de salvamento de las playas gijonesas, que salieron corriendo detrás de él, pero que no pudieron darle alcance. Dos días después volvió a actuar en una panadería de Adosinda. Agredió de forma brutal a la dependienta y se llevó la recaudación. Una semana más tarde dejó su impronta en la plaza de Nicanor Piñole. Le propinó una paliza a una anciana de 90 años. Fue localizada gravemente herida en el portal por un pintor. Continuó en la calle de Santa Elena al día siguiente. Agredió a una ciudadana de 63 años y le robó unos 30 euros y las joyas. El 27 de noviembre cambió de zona y atacó a una mujer en la calle de Alarcón, en el barrio de El Coto. Le siguieron dos ataques en la plaza de Europa y en Río de Oro.