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«No podemos seguir así más tiempo»
AVILES

«No podemos seguir así más tiempo»

El temporal vuelve a causar destrozos en las piscinas de San Esteban y en las playas del concejo y se lleva medio paseo de Los QuebrantosLos vecinos de Zeluán piden una solución que evite que el mar vuelva a entrar en calles y viviendas

J. F. GALÁN

Miércoles, 5 de marzo 2014, 14:35

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La luz del día permitió ver en toda su magnitud los daños que ha causado el temporal en la fachada marítima de la comarca avilesina. A falta de una evaluación precisa, salta a la vista que son cuantiosos, y que subsanarlos exigirá fuertes desembolsos, aunque no todos se podrán arreglar. Es el caso de las dunas de El Espartal, que han retrocedido varios metros, más todavía. En San Juan, la fuerza del mar ha agrandado el boquete abierto en la escollera situada junta a la playa, y sus restos se diseminan por el arenal, en buena parte cubierto de un manto de rocas y piedras. Los desperfectos también son considerables en San Esteban de Pravia -el mar volvió a entrar en las piscinas- , y en La Arena, donde gran parte del paseo ha desaparecido.

Los vecinos de Zeluán madrugaron ayer más de lo habitual. La víspera el mar había entrado en calles, portales, viviendas y garajes, destrozando mas de uno, y los pronósticos auguraban que con la primera pleamar de la jornada, en torno a las seis de la madrugada, el agua volvería a inundar el pueblo. Ya a las cinco la practica totalidad de sus habitantes estaba en pie, atentos a lo que podía pasar, que finalmente no pasó.

«Esta vez fue mucho menos. Solo entró un poco de agua en el parque, pero nada más. Menos mal ¡Con lo del lunes por la tarde ya tuvimos bastante! Fue terrible», dijo Raquel Rodríguez, una señora entrada en años que asegura que en los veintidós que lleva en Zeluán nunca había visto nada así. «El agua se coló en el portal y cubrió hasta el segundo peldaño de la escalera», dijo cuando, poco después de las nueve de la mañana de ayer, se afanaba en terminar de limpiar el material arrastrado por el mar.

Sus vecinos hacían lo mismo. Retiraban el barro, la tierra y las piedras de las calles, primero con medios propios y después con la estimable ayuda de una excavadora del Ayuntamiento de Gozón. Otros comprobaban los desperfectos en los garajes, y todos reclamaban una solución definitiva a un problema que no viene precisamente de ayer. «No podemos continuar así más tiempo. Alguien tiene que tomar una decisión, pero nos marean. Que si Costas, que si el Ayuntamiento de Gozón, que si el de Avilés. Uno por otros, nada», dijo un hombre, erigido en improvisado portavoz. Piden que se construya una escollera que impida que el agua entre libremente al pueblo cada vez que hay un temporal. Lo hace por el parque, situado en una cota inferior a la montaña de arena que crece donde antes había un desnivel de entre dos y tres metros de altura. Es en esa zona donde exigen que se construya la escollera, para evitar o al menos minimizar los daños que generan las frecuentes e indeseadas visitas del mar.

En San Juan, al margen del espigón, el único mirador de las dunas de El Espartal que aún no se ha caído amenaza con hacerlo en cualquier momento. Está al borde del precipicio, y la poca arena que aún lo retiene sigue desprendiéndose. La mucha que ya ha caído oculta completamente las dos pasarelas de acceso, hasta la barandilla. Es, junto a la del Balneario, la única zona de la playa en la que hay gran cantidad de madera. Luego están las piedras, una franja de al menos unos 100 metros de ancho en su parte más estrecha que discurre paralela al espigón.

En Salinas daños no hubo, salvo en los peldaños más bajos de las escaleras de acceso y la pérdida de más arena en la playa y en las dunas, cada vez más escarpadas y más distantes de la línea de orilla hasta ahora habitual. La base del paseo es un roquero, y la escollera de emergencia es todavía más visible que la víspera. En el resto del concejo de Castrillón los daños también fueron menores. Barandillas en Bahínas, bancos en Santa María y una especie de lago estancado ante el aparcamiento de Bayas.

En Los Quebrantos (La Arena), única playa de Soto del Barco, el problema está en el paseo. Falta una gran parte. En el puerto «no hubo ningún problema», salvo la acumulación de materiales, que ya estamos limpiando, la playa «está llena de madera, como todos los años por estas fechas», y el Nalón «no se desbordó», aseguró el alcalde, Jaime Menéndez.

Al otro lado del río, en San Esteban (Muros de Nalón), la situación es muy diferente. Ahí el mar entra de frente. «Los daños son muchos, muchísimos, y se suman a los que ya ocasionó el temporal de hace un mes», advierte la alcaldesa, Carmen Arango, antes de iniciar el recuento.

En la playa de El Aguilar «metió mucha piedra y descalzó más la rampa de acceso de la zona de Salvamento, y lo mismo en la del Xilo». En la de Las Llanas «hubo un argayo terrible, y también argayó debajo del mirador del Espíritu Santo», mientras que en San Esteban, «la que llamamos tercera playa, también está muy afectada».

Lo peor está en la barra. En las piscinas «los destrozos son de envergadura. El mar volvió a entrar, rompiendo un muro de ladrillo, azulejos de los vasos y una parte del cierre». La sala de bombeos también ha sufrido grandes desperfectos, aunque de eso hace ya un mes. El nuevo temporal «también arrancó de cuajo el tobogán del parque infantil, y alguna cosa más. Salvo en las piscinas y el parque, la reparación corresponde a Costas», concluyó la alcaldesa de Muros.

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