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Nuevo paso en el conocimiento del neandertal
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Nuevo paso en el conocimiento del neandertal

Científicos reconstruyen su epigenoma en un trabajo en el que ha participado el Instituto de Oncología de la Universidad de Oviedo

M. F. ANTUÑA , GIJÓN

Jueves, 17 de abril 2014, 22:02

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Por primera vez la ciencia ha conseguido reconstruir el epigenoma de un neandertal. El hallazgo, que publica la revista Science y abre puertas a la exploración genética de especies extinguidas, cuenta con la participación de la Unidad de Epigenética del Cáncer del Instituto Universitario de Oncología del Principado Obra Social Cajastur de la Universidad de Oviedo que dirige Mario Fernández Fraga. Pero este importante avance es fruto de la colaboración internacional. Coordinador por Liran Carmel, de la Universidad de Jerusalén, ha aliado también al Instituto de Investigación Valdecilla de Cantabria a través del trabajo de José A. Riancho.

Detrás de todos esos nombres está la descripción de la reconstrucción de los epigenomas de un neandertal y un denisovan (un grupo de humanos arcaicos descubierto recientemente). Lo han hecho aplicando un método con el que desentrañar el patrón de la metilación del ADN de esas dos especies extinguidas. Se han comparado sus patrones epigenéticos con los de los humanos modernos y han identificado genes cuya actividad difiere entre esas especies y que marcan los cambios evolutivos que han configurado nuestra especie.

Saber cómo se regulaban esos genes en las especies extinguidas aporta datos sobre la evolución de la regulación de los genes en los humanos, con lo que eso puede significar para abrir nuevos caminos de exploración genética.

Las diferencias advertidas en los patrones epigenéticos son varias. Por una parte están las que afectan a los genes relacionados con el desarrollo de los huesos y que, a decir de Mario Fernández Fraga, «podrían explicar las diferencias entre el esqueleto de esas especies antiguas y los seres humanos actuales». Otras de las desemejanzas se refieren a genes vinculados con el sistema cardiovascular o el sistema nervioso, asociados con enfermedades como el alzheimer y la esquizofrenia. Son un misterio los factores que dan lugar a esa disparidad, puesto que los patrones están influidos también por las condiciones medioambientales, lo que plantea un interrogante crucial: «Si esos trastornos, tan frecuentes en la sociedad actual, reflejan una predisposición inherente a nuestra especie o son, por el contrario, consecuencia de la forma de vida y el entorno en el que discurre nuestra existencia», en palabras de José A. Riancho.

Queda mucho por investigar para saber más sobre el pasado, pero este trabajo abre puertas para averiguar lo que sucedió hace decenas de miles de años cuando el homo sapiens compartía espacio con otras especies como los neandertales. Y sobre todo descubrir por qué la nuestra fue la especie elegida, es decir la que sobrevivió mientras las otras se existiguieron. Ahí la epigenética puede jugar un papel clave para conseguir rearmar el puzle. Los investigadores continúan colocando fichas para tratar de entender los mecanismos moleculares responsables de que los humanos seamos tal y como somos hoy en día. El proyecto Genoma Neandertal, que lidera el Instituto Max Planck, lleva varios años investigando en esa línea. En febrero se publicó ya el primer genoma completo de neandertal y con anterioridad se describió el del denisovan.

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