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Michel Suárez presentó ayer en La Manzorga su revista . :: APF
«Río es una ciudad desigual y excesiva  en la que un mal paso te pasa factura»

«Río es una ciudad desigual y excesiva en la que un mal paso te pasa factura»

Michel Suárez, poleso afincado en Río de Janeiro

M. F. ANTUÑA

Sábado, 17 de enero 2015, 02:27

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Tiene una relación amor odio con Brasil este poleso de 43 años que ha hecho de Río de Janeiro su lugar en el mundo. A pesar de la humedad, del calor insoportable, de la inseguridad, de la bochornosa y sangrante desigualdad social, del tráfico infernal y letal-un muerto cada 13minutos- en la ciudad brasileña que mira al Atlántico se afincó hace ya doce años Miguel (Michel para todo el mundo) Suárez y allí sigue.

No es una trayectoria muy al uso la de Michel. Se formó primero en la Universidad de Oviedo, después en la Facultad de Letras de Coimbra (Portugal) y más tarde atravesó el Atlántico rumbo a la Universidad Federal Fluminense de Río de Janeiro. Allí realiza ahora su doctorado en historia contemporánea. El tema: el impacto de la tecnología en la civilización en las tres primeras décadas del siglo XX.

Los años han ido pasando desde que llegó a Brasil y son ya una docena. Ha trabajado aquí y allá, dando cursos, clases de cultura española, y en los últimos años las becas del Gobierno de Brasil hacen posible que sobreviva muy cerca de la historia y de los libros. «Esta ciudad me permite llevar un estilo de vida que me fascina, en continuo contacto con la biblioteca», asegura Michel Suárez, que dice tener una existencia muy plana, sin dispendios y alejada de esa imagen tan convencional del Brasil festivo, playero y feliz. «No soporto el clima, la temperatura siete u ocho meses al año es demoledora, no es agradable», dice. Ahí radica parte importante del odio, pero no el único hacia uno de esos lugares en el mundo que pueden tener tanto de paraíso como de infierno. «Es una ciudad difícil, desigual, donde no puedes dar un mal paso porque te pasa factura, es una ciudad con mucha energía, excesiva, que cautiva en la estancia turística, pero en el día a día es áspera y dura». Está volcada hacia el espacio público, y eso se agradece, pero hay muchos contras con los que lidiar: el tráfico de coches, el de drogas y también «una policía letal».

En ese ambiente ideó e hizo realidad este poleso hace ya dos años la revista 'Maldita máquina', de la que se han editado hasta la fecha cuatro números al otro lado del charco y ahora llega, con idéntica cabecera, al castellano. Ayer se presentó en Gijón con sus 106 páginas hechas de forma artesanal por el propio Michel. «El sentimiento predominante con mi tiempo es el de la repugnancia, de modo que lo que quería era hacer una revista de crítica social que aunase la tradición política libertaria y la alta cultura clásica». Ejecutó la fusión y se lanzó al proyecto editorial, que se distribuye fundamentalmente en el ámbito de movimientos alternativos y profesores.

«Se me ocurrió con unos amigos de la Pola, Daniel García Granda y Álvaro Fonseca, que se podría hacer una edición en español», relata Suárez, para explicar la aparición de este primer número en castellano, con 106 páginas que incluyen autores como Baudelaire, Zweig, Bernanos, Simone Weil, Jünger, Chesterton y Lewis Mumford. Ayer vivió su puesta de largo española y su promotor confía en poder llevarla también a Argentina. Su objetivo es editar un número al año. Claro que este proyecto personal debe encontrar espacio en medio de su tesis doctoral, que en septiembre le llevará durante un año a París. Después, regresará a Río. No hay más planes a medio plazo. Pero volver, pese añorar el clima, los afectos, la comida de mamá y los olores de Asturias, no está en la agenda.

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