900 universitarios para el nuevo HUCA

Mientras el nuevo HUCA espera por la macromudanza del viejo hospital -un complejo operativo que deberá estar concluido a finales de junio-, la Universidad de Oviedo y la Consejería de Sanidad intentan dar forma y contenido a la que será la futura zona docente. Aunque en el nuevo complejo hospitalario no habrá campus propiamente dicho, sí existirá un área de usos universitarios. Allí, en La Cadellada, convivirán a diario los alumnos de tercero, cuarto, quinto y sexto año de Medicina, además de los cuatro cursos de los grados de Enfermería y Fisioterapia. Hasta ahora se sabía que las clases arrancarían en el nuevo HUCA el 9 de septiembre. Ayer se confirmó, además, que serán 600 los estudiantes de Medicina que tendrán a gala estrenar los aularios de La Cadellada, una cifra que se eleva a 900 tras sumar el alumnado de Fisioterapia y Enfermería.

Así lo reveló a EL COMERCIO el decano de Medicina tras visitar, una vez más, la zona universitaria del nuevo hospital. Alfonso López Muñiz acudió con el vicedecano y el administrador de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, y recorrió las instalaciones junto al director general de Planificación, Ordenación e Innovación Sanitaria de la Consejería de Sanidad, Mario Margolles, y el arquitecto, Jesús Menéndez. «Fue una visita de trabajo para ver cómo está todo aquello», explicó. Lo que se encontró López Muñiz es que «aún faltan muchas cosas, sobre todo de mobiliario, pero Sanidad insiste en que estará todo a tiempo para que podamos iniciar allí el curso universitario». El decano confía en que el Principado cumpla con su compromiso y que el 9 de septiembre esté todo a punto para que La Cadellada reciba a sus primeros universitarios.

Así las cosas, a partir de septiembre la Facultad de Medicina de Oviedo deberá aprender a vivir partida en dos. La falta de un campus de ciencias de la salud en La Cadellada hará que los estudiantes de primero y segundo tengan que asistir a clase en El Cristo, como hasta ahora, mientras que los de tercero, cuarto, quinto y sexto año lo harán ya en el nuevo HUCA. Muchos alumnos, sobre todo los de tercero con asignaturas 'colgadas' de cursos anteriores, deberán compaginar ambas ubicaciones.

La peor parte se la llevarán los docentes, muchos de los cuales tendrán que desdoblarse a diario para poder impartir clases en El Cristo, donde está el viejo hospital, y en La Cadellada, donde se ubica el nuevo complejo sanitario. López Muñiz desconoce cuántos son los docentes afectados, aunque aventuró que «son bastantes» los que «tendrán que subir y bajar a diario». El propio decano confesó estar entre los profesores que desde septiembre se encontrarán en esta situación.

El responsable de Medicina no duda de que el nuevo HUCA «es un gran hospital, muy bonito y con una zona docente muy diáfana». Sin embargo, echa en falta un campus de ciencias de la salud con el que se evitaría tener que partir la facultad en dos. Con todo, estima que ahora mismo «nuestro principal objetivo es que el área docente de La Cadellada se acondicione de la mejor manera posible y que todo el mobiliario esté en su sitio en tiempo y forma».

Junto a los alumnos de Medicina habrá también estudiantes de otras especialidades, tales como Enfermería, Fisioterapia y Odontología. Uno de los problemas a los que debía hacer frente la Universidad es al hecho de que la nueva instalación hospitalaria no tiene capacidad para acoger el volumen de estudiantes de sexto de Medicina, curso que es íntegramente de prácticas clínicas. Sin embargo, Sanidad insistió ayer en que hay espacio para todos «ya que los aularios son muy modulares y se pueden adaptar», detalló el decano.

Cuando se diseñó La Cadellada, el límite de acceso a Medicina era de 100 alumnos. Ahora es de 150. El Principado prevé abrir las prácticas al resto de los hospitales del Servicio de Salud (Sespa) aunque no dispongan del carácter de centro universitario.

En la visita de ayer, precisó Sanidad, se realizó un recorrido por las aulas, los comedores, la biblioteca, los espacios comunes, las salas para profesores, personal de administración y conserjes, y «se estudiaron algunas posibilidades de optimización de espacios o mobiliario».