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«Los asturianos estamos en peligro de extinción»

Los expertos instan al Principado a «actuar ya» para frenar la caída demográfica que sufre la región

AZAHARA VILLACORTA

Jueves, 26 de junio 2014, 00:23

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«Los asturianos estamos en peligro de extinción. Vamos tendiendo, poco a poco, a desaparecer». La frase de Jacobo Blanco, sociólogo, es una llamada de atención a la luz de los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que revelan que, en Asturias, las defunciones duplican ya a los partos. Porque, según los expertos, es necesario que el Principado actúe y «actúe ya» más allá de anunciar pactos con comunidades vecinas y encargar estudios a la Universidad de Oviedo. Y, por si las líneas de actuación no están claras entre las filas del Gobierno regional, Blanco ofrece incluso una batería de medidas en las que, a su juicio, es necesario ponerse manos a la obra sin más dilación. Porque, advierte, «los efectos tardarán varios años, décadas, en notarse».

El primero de los problemas que hay que enfrentar con decisión es el del empleo. Y eso, tanto desde el punto de vista de la cantidad como desde el de la calidad. «El sueldo más común es de 14.000 euros», cuenta, así que «¿a quién le extraña que a los asturianos no se animen a ser padres?».

A lo que hay que añadir la «nula flexibilidad» de unos puestos de trabajo en los que las medidas para facilitar la conciliación con la vida familiar brillan por su ausencia y que, muchas veces, se caracterizan por «horarios extravagantes, disparatados», con lo que, «no es infrecuente que muchas madres -que trabajan fundamentalmente en el comercio o el sector servicios, como camareras o en un supermercado- salgan de trabajar a las ocho o las diez de la noche». Porque, «no nos engañemos: el peso de los niños todavía recae sobre ellas».

Pero es que, además, «las políticas públicas de familia, entendiendo por familia todas aquellas posibles, no existen», más allá de «unas devoluciones ridículas en la declaración de la renta. Tenemos que abandonar eso y tener capacidad económica para pagar los pañales y los potitos, que es lo que importa». Y todo eso, en «un país que es pesimista» por naturaleza, lo que «en Asturias todavía se agudiza más», de manera que la región se halla inmersa desde hace tiempo en «una depresión colectiva formidable».

«Un círculo vicioso»

En resumidas cuentas: «Hemos tenido hijos mientras no teníamos píldoras, métodos de control de la natalidad y aborto». Pero esa época terminó. «Y a nuestro problema de natalidad estructural se suma ahora el coyuntural, derivado de la crisis económica». Pero se atreve ir, incluso, bastante más allá: «La verdadera especie en extinción es la mujer, porque las cohortes fértiles de mujeres están disminuyendo».

El resultado de este panorama funesto es «un círculo vicioso» del que es muy complejo escapar, porque, «al no haber producción y empleo, no hay consumo. No nos olvidemos que la gente joven es la que se endeuda y se hipoteca. Los mayores consumen poco. Viajes del Imserso, si acaso», ironiza Blanco para reconocer, acto seguido, su «preocupación».

La tesis de la depresión colectiva es compartida, también, por su colega Óscar Rodríguez Buznego, quien explica, de mano, que «las diferencias entre natalidad y mortalidad en Asturias no son una novedad», pero que, durante una etapa, «estuvieron disimuladas por la presencia de población inmigrante», que, además, «tenía una fecundidad más elevada que las parejas asturianas». Pero, toda vez que muchos de ellos regresaron a sus países, la brecha ha vuelto a quedar al descubierto, acrecentada por la recesión, con lo que «volvemos al comportamiento demográfico de hace una década o más». Aunque no sólo es relevante la merma poblacional, sino, sobre todo, «el enorme desequilibro» entre las generaciones de niños, jóvenes, adultos y personas mayores». Y que eso provoca «efectos de todo tipo: económicos, políticos, sociales o culturales», lo que augura «problemas con la financiación de las políticas sociales» y que ya se refleja en que Asturias «no demuestra la capacidad de innovación que cabría esperar de ella».

Baja fecundidad, un 'handicap'

Así que, con «la fecundidad más baja de toda Europa y casi podemos decir que de todo el mundo», la cuestión «es prioritaria», porque puede suponer «un 'handicap' enorme para las posibilidades futuras de Asturias». Y lo cierto es que, «hasta ahora, ni los gobiernos ni la sociedad asturiana le han prestado la atención que merece» y las políticas puestas en marcha por las administraciones «son radicalmente insuficientes para enfrentarse a un problema de una enorme complejidad y magnitud que no ofrece una solución sencilla ni instantánea», pero que es necesario abordar si queremos tener «alguna posibilidad en el futuro» y «conservar ese bienestar que tanto apreciamos». Es más: «Vamos en la dirección opuesta».

Porque, «en Asturias, la políticas están pensadas para los mayores, cuando lo que hay que hacer es orientarlas a los jóvenes».

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