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La consejera Belén Fernández y el gerente de Cogersa, al llegar ayer a las jornadas.
El Principado retrasa la incineradora al temer que le desequilibre las cuentas

El Principado retrasa la incineradora al temer que le desequilibre las cuentas

Belén Fernández insta a los 78 ayuntamientos a «cambiar de mentalidad» para cumplir los objetivos de reciclaje e implantar el contenedor marrón

RAMÓN MUÑIZ

Miércoles, 23 de julio 2014, 00:22

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El Consorcio de gestión de residuos (Cogersa) tiene alrededor de 150 millones ahorrados y no puede gastarlos como creía. Resulta que para asegurarse de que España en su conjunto cumpla con los objetivos de déficit pactados con Bruselas, el Ministerio de Hacienda ha impuesto tres corsés contables sobre todas las administraciones y empresas públicas. Las constricciones se llaman objetivo de estabilidad presupuestaria, regla de gasto y nivel de deuda, órdenes que impiden a una Administración gastar un año más que el anterior. Estas rigideces tienen sentido en ayuntamientos endeudados pero chirrían en casos como Cogersa, con capacidad sobrada para lanzar inversiones y generar empleo.

En los últimos meses los ingenieros y juristas del consorcio culminaron la revisión de los pliegos técnicos y administrativos necesarios para licitar la construcción de una incineradora. El horno está estimado en los 202 millones, si bien para operar necesita de una subestación eléctrica, una planta de tratamiento de escorias y unas explanaciones que elevan el desembolso hasta los 227,8 millones. Cogersa elaboró en su día un plan económico que preveía sacar adelante estas actuaciones tirando de ahorros y de un crédito bancario. Ahora sin embargo el Principado se ha visto obligado a revisar el esquema. El Ministerio de Hacienda advirtió hace unos meses de que, a sus ojos, el consorcio está dentro del perímetro de consolidación de la Administración regional; es decir, que sus deudas, avales e inversiones repercuten en el déficit del Principado.

Cogersa tiene dinero y pliegos para contratar el horno pero «ahora se está en fase de análisis de las repercusiones financieras del aval bancario, del déficit y de la deuda», explicó su presidenta y consejera de Medio Ambiente, Belén Fernández. De esta revisión contable depende «el momento» y las cantidades a considerar «antes de avanzar en la toma de decisiones», reconoció. Lo óptimo sería licitar el horno en otoño «pero tenemos que ir paso a paso. Esta cuestión tiene complejidad financiera como para que el Principado la estudie con minuciosidad», indicó.

La consejera hizo este anuncio ayer en unas jornadas que analizaron el futuro de la gestión de residuos en Asturias y la Unión Europea. El evento fue organizado por Cogersa y la Fundación para la Economía Circular, cuyo presidente de honor, Carlos Martínez, fue explícito. A su juicio el Plan de Residuos autonómico que plantea la ejecución de una incineradora capaz de quemar 310.000 toneladas al año «tiene un buen dibujo, lo que falta es ponerle el cascabel al gato y pasar de las musas al teatro». Los hornos «no son contaminadores desde hace más de diez años; ahora son necesarios». El motivo es que la Comisión Europea va a condicionar la concesión de ayudas comunitarias al acatamiento de unos objetivos que «para 2030 marcan que el 70% del residuo debe ser reciclado y el 30% sometido a valorización energética».

Más beligerante se mostró Rafael Guinea, presidente de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Sólidos Urbanos (Aeversu): «Las países europeos que más reciclan son los que más incineradoras tienen; los partidos verdes de Alemania y Austria ven los hornos modernos como un éxito suyo porque son mejores que el vertedero y porque el 60% de los costes de la planta son para hacerlas medioambientalmente sostenibles».

Los alcaldes, responsables

Al margen del horno, la clave para que el Principado cumpla los objetivos de reciclaje pasa por dar un impulso a la recuperación de materia orgánica. Cogersa está trabajando para que este otoño los primeros ayuntamientos empiecen a implantar un contenedor más, de color marrón, para recoger las sobras de la comida. Se trata de una línea de trabajo a la que Asturias llega con un retraso que, a ojos de la consejería, tiene responsables claros: «Tenemos que triplicar la cantidad de residuos municipales separados en origen y para ello los ayuntamientos deben hacer uso de sus competencias», situó Fernández. «Solo con hablar y con que Cogersa tome iniciativas no progresamos. La política de residuos sólo avanzará si hay una apuesta decidida de todos y cada uno de los 78 municipios; el cambio de mentalidad es necesario», impelió.

«El esfuerzo que planteamos al ciudadano es intenso; todos vivimos en casas pequeñas y estamos pidiendo poner en ellas más cubos», añadió Paz Orviz, técnica del servicio de residuos en la consejería. El papel de los ayuntamientos es también «fundamental y el problema es que quizás muchos han considerado que sus responsabilidades ya estaban asumidas por Cogersa. Sin embargo ahora tienen que hacer un esfuerzo mayor, hay que subir las tasas y ahí los ayuntamientos van a tener que dar la cara con los ciudadanos y mantener el tipo, explicar que no es una cuestión de voluntad política, sino que viene por obligación legal», completó.

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