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Los alumnos de la Universidad Itinerante del Mar, recibiendo ayer una clase sobre las particularidades de las islas Cíes.
El primer mareo en tierra

El primer mareo en tierra

El 'Creoula' fondea frente a las islas Cíes, donde los alumnos de la UIM descubren el archipiélago y sus más de 450 especies vegetales

Idoya Rey

Lunes, 4 de agosto 2014, 00:37

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Dicen quienes navegan que una vez pasado el mareo de la mar aún queda otro por experimentar: el de tierra. «Siento que el suelo se balancea. Qué sensación tan extraña», comentaba ayer Borja Moraleda, estudiante de Medicina en la Universidad de Oviedo y uno de los participantes en la campaña 'Iberia a toda costa' de la Universidad Itinerante de la Mar (UIM). Lo decía nada más pisar el suelo de las islas Cíes, la primera parada del buque escuela ' Creoula '.

Tras una jornada de navegación, la del sábado, con algunas lluvias, la tripulación del navío amaneció ayer con una jornada soleada que los estudiantes no desaprovecharon. Pasadas las diez de la mañana, el 'Creoula' inició la maniobra para tirar el ancla y quedó fondeado frente a la ría de Vigo. Los alumnos se subieron entonces a las lanchas que les llevaron a tierra, fotografiando el que ya consideran su navío desde una nueva perspectiva. «Qué bonito se ve», decían a los pies del buque de la Marinha Portuguesa que desde hace nueve veranos comparten estudiantes españoles y portugueses.

El 'portuñol' es el idioma oficial de a bordo y en esta lengua recibieron una clase in situ sobre las particularidades del archipiélago. «Las islas Cíes tienen la figura de protección más alta, la de parque nacional, por ello existen restricciones de uso», introdujo el profesor de la Universidad de León, Antonio Laborda, quien recordó que «lo que uno trae a la isla, uno se lo lleva, pues no hay servicio de recogida de basura».

La tripulación desembarcó en la isla de Monteagudo. Ésta permanece unida a la de Faro por un depósito de arena y una laguna y son las únicas que tienen servicio de comunicación con tierra. La tercera, la isla de San Martín, es la mejor conservada y solo puede visitarse con desplazamiento privado. «Hasta hace 20 años pertenecía al ejército y allí realizaban maniobras», apuntó. Las islas del parque nacional suman más de 450 especies vegetales, de las que 70 son endémicas, y donde habitan también 50 insectos también endémicos.

Luego, los estudiantes realizaron una ruta a pie para descubrir los acantilados que, junto con las dunas y la laguna, constituyen los hábitats más destacables de las islas. Allí, en esa parte del archipiélago que mira al océano Atlántico, se ubica la colonia más importante de Europa de la gaviota patiamarilla, con 30.000 parejas nidificando. «Tened cuidado porque las gaviotas están muy humanizadas y roban la comida a la gente. Además son persistentes», advertía Laborda. Precisamente esa cantidad de personas que no cesaban de llegar a la isla fue lo que menos gustó a los estudiantes. «Sería mucho mejor que tuviéramos la isla para nosotros solos», imaginaban. Tras probar las frías aguas del Atlántico, en una jornada de playa con partidos de fútbol y voleibol, los instruendos regresaron al navío para adentrarse en zona portuguesa. La previsión, con unas condiciones meteorológicas favorables es que hoy a las 11 horas, el navío atraque en el puerto de Oporto.

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