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L. FONSECA
Domingo, 28 de septiembre 2014, 01:39
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Estuvo en la construcción del nuevo hospital desde que el HUCA empezó a plasmarse en papeles, hace más de una década. Porque Manuel Matallanas formó parte del equipo que redactó el Plan Funcional cuando aún no se sabía siquiera si este complejo se iba a ubicar en La Cadellada. También participó activamente, en tiempos en que gobernaba el PP en Asturias, en una plataforma ciudadana que luchó y demandó la construcción de un hospital. Pero en enero de 2013 Matallanas dejó su labor asistencial a la que había regresado en 1996 tras dirigir durante años el Insalud. Se le encomendó la tarea de llevar a buen puerto la mudanza del viejo HUCA. Este oncólogo radioterapeuta, que ha confesado a más de un allegado que su sí a la gerencia del Área IV le ha costado una bronca en casa, tiene por delante un gran reto: apaciguar el hospital, convencer a los médicos de las bondades de la nueva jornada y, sobre todo, solucionar el embudo de las listas de espera sin echar mano de la chequera ni de peonadas.
Matallanas comenzó su andadura gerencial admitiendo errores en el traslado, lo que ha sido bien recibido. «Son desajustes propios de un proceso de esta dimensión y es normal que causen malestar», dijo.
Con todo, cree que se han dado pasos positivos: «El uso del Millennium ya no es un problema angustioso». Y está convencido de que «el HUCA será un hospital digitalizado».
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