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Uno de los pacientes del HUCA que ayer fue trasladado al Hospital Monte Naranco ante la falta de camas en La Cadellada.
El nuevo HUCA se llena ante su primera gripe y deriva pacientes al Monte Naranco

El nuevo HUCA se llena ante su primera gripe y deriva pacientes al Monte Naranco

El hospital ovetense que actúa de refuerzo habilitó una planta de 20 camas para albergar enfermos de Geriatría y Medicina Interna de La Cadellada

Laura Fonseca

Viernes, 16 de enero 2015, 00:27

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El nuevo Hospital Universitario Central de Asturias, el HUCA, no aguantó los zarpazos de su primera gripe. Apenas ocho meses después de mudarse a La Cadellada, el flamante complejo se ha colapsado de tal manera que ha tenido que enviar pacientes fuera. Los malos augurios se han cumplido y el nuevo HUCA, tal y como alertaron tiempo atrás los sindicatos, se ha quedado pequeño. Ayer, y tras alcanzar el cien por cien de ocupación, la dirección del HUCA ordenó el traslado de varios enfermos al Monte Naranco, en Oviedo. Hasta allí fueron enviados una decena de pacientes, sobre todo de Geriatría y Medicina Interna con el fin de aligerar la presión en las plantas de La Cadellada y en Urgencias, donde a primera hora de la mañana había seis enfermos pendientes de ingreso. El goteo de derivaciones se inició al mediodía y se mantuvo hasta la tarde.

El colapso en el HUCA llega apenas un día después de que el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, asegurara que en los hospitales aún había camas libres a pesar de la epidemia gripal. La Consejería de Sanidad que dirige Faustino Blanco insistía ayer en indicar que «la presión asistencial es la habitual para estas fechas». Cierto es que lo ocurrido en el Central no es una excepción, ya que la saturación y las complicaciones en la atención a los enfermos ingresados se extendía por toda la red hospitalaria. Sin embargo, el colapso en el HUCA conlleva una particularidad, puesto que viene a confirmar lo que los más críticos llevan tiempo advirtiendo, y es que el nuevo hospital -en cuya construcción y equipamiento se han invertido más de 500 millones de euros- se quedó pequeño nada más arrancar.

Los sindicatos y los trabajadores ya habían alertado de que esto iba a ocurrir, puesto que se pasó de un hospital (el viejo) donde había 1.075 camas en servicio a otro (La Cadellada) donde el tope de ocupación está en 939 plazas, incluidas UVI y reanimación. El pasado octubre, cuando La Cadellada aún no estaba al cien por cien de funcionamiento, ya sufrió su primer traspié y tuvo que echar mano del Monte Naranco, de donde tuvo que traer varias camas al resultar insuficientes las que en ese momento había en los almacenes del nuevo HUCA.

Presión para adelantar altas

Pero ahora, llegado el invierno y con él la gripe y los trastornos respiratorios, el Hospital Central no ha tardado mucho en llenarse. La primera medida ordenada por la dirección de La Cadellada fue reconvertir en dobles todas las habitaciones que aún se mantenían como individuales (unas 400). El plan de choque resultó insuficiente, por lo que se optó por dar un segundo paso y proceder a abrir una planta extra en el Monte Naranco, un hospital situado al otro lado de la ciudad y que centra su atención en personas mayores. La unidad abierta dispone de 20 camas adonde serán derivados enfermos de Geriátrica y Medicina Interna, los servicios estos días más saturados en toda la región.

Diversas fuentes consultadas confirmaron que las derivaciones «nunca fueron necesarias en el viejo hospital, que tenía capacidad para incrementar su número de camas sin tener que recurrir a esta medida».

Por su parte, en las Urgencias del HUCA la presión asistencial sigue siendo alta. A falta de una reunión del servicio para consensuar acciones, algunos médicos acordaron voluntariamente prolongar su jornada tres horas para reforzar la atención de noche. En otros hospitales la situación era también complicada. En el Valle del Nalón y en Mieres la ocupación rozaba el cien por cien. En Cabueñes, uno de los más castigados por la gripe, la situación era algo mejor al haber reducido de 37 a 11 las habitaciones triples. Así y todo fue necesario remitir una decena de enfermos a Cruz Roja y Jove, centro este último donde había 20 camas libres. La Junta de Personal de Cabueñes denunció presiones de la dirección hacia los trabajadores, críticos con el colapso y la sobrecarga de estos días. Asimismo, el secretario general del Sindicato Médico, Antonio Matador, aseguró que «están presionando a los facultativos para que adelanten las altas».

Las críticas llegaron también del ámbito político. Foro Asturias achacó el lleno en los hospitales a «la incompetencia de Sanidad». La formación considera que «la única herramienta para paliar la saturación es reprogramar ingresos para dejar camas libres para urgencias». En Asturias todo esto ocurre cuando la gripe aún no ha llegado a su máxima incidencia. Con una tasa de 270 casos por cien mil (unos 3.000 enfermos a la semana), la difusión del virus es epidémico pero no está siendo especialmente virulento, opinan los médicos consultados, que aseguran que lo que se ha duplicado «son los ingresos por urgencias, sobre todo de personas mayores». Lo peor de la gripe, según Sanidad, llegará a principios de febrero.

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