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Religión pierde alumnos en la pública

El descenso es lento pero paulatino. En Secundaria se matricula el 30%

E. RODRÍGUEZ / O. ESTEBAN

Martes, 27 de enero 2015, 00:19

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Más de 28.000 alumnos de Primaria y Secundaria estudian Religión en los centros públicos de Asturias. En concreto, 28.269, según los datos de la Consejería de Educación de este curso, y que apenas varían con los que manejan los propios profesores de la asignatura, que hablan de unos 28.100 estudiantes. Los números dejan claro que cada vez son menos los niños que se matriculan en esta materia de libre elección. El descenso es lento, pero continuado. Si se comparan con los de hace un año, hay 266 alumnos menos, atendiendo a las estadísticas de Educación, y 980, según las del profesorado. Diferencias aparte, la tendencia, en cualquier caso, está clara. La matriculación en Religión baja. Lo hace poco a poco, pero baja. En los últimos seis años, el porcentaje en Infantil ha descendido diez puntos. Desde el curso 2009-2010, con un 75% de alumnos, ha ido cayendo al 73%, al 71% al 69%, al 68%, hasta el 65% actual, con 21.845 estudiantes. Más estable es la matriculación en Secundaria, donde la tasa se mantiene en un 30%, con 6.424.

Respecto a la red concertada, la consejería no dispone aún de los datos de este curso, que dependen del Arzobispado. Pero la cifras, como es de esperar, distan mucho de la pública. El año pasado, el 97% de los alumnos de Primaria de los centros concertados de Asturias cursaba Religión, y el 95% de los de Secundaria.

Los docentes de la materia tienen claros los motivos de este descenso paulatino. Y, en contra de lo que pudiera parecer, restan importancia al hecho de que vivamos en una sociedad cada vez más secularizada, donde el interés por la religión es cada vez menor y con movimientos más fuertes que abogan por una escuela pública laica. Por contra, apuntan a motivos ideológicos, «unos porque lo llevan en su ADN político y los otros por miedo a que les acusen de próximos a la Iglesia», dicen, y al hecho de que los sucesivos gobiernos no hayan redactado ninguna ley «a favor de la asignatura y el profesorado de Religión».

El vicepresidente de la Asociación Profesional de Profesores de Religión en Centros Estatales (APPRECE) en Asturias, Iñaki González, profesor en el IES Emilio Alarcos de Gijón, apunta al hecho de que «se ha vendido la idea de que es un privilegio que tiene la Iglesia y ese concepto va calando». Pero, sobre todo, considera que «el Estado se ha preocupado bastante poco de facilitar la educación religiosa». El ejemplo que pone González es el mismo que explica Miguel González, de la Plataforma Asturiana Religión en la Escuela.

Atención educativa

A saber: la alternativa para los alumnos tanto de Primaria como de Secundaria que no desean cursar Religión es la denominada 'Atención educativa', una materia que, por ley, no puede tener «contenidos fundamentales», para que los estudiantes de Religión no quedaran en desventaja. Así, lo que hacen es algo «no evaluable y sin contenido, donde se anima a los niños a hacer deberes, comentar vídeos... Un caramelo para los guajes», dice Iñaki González. Existe también la opción de cursar otras religiones, como la evangélica, cuando haya un mínimo de alumnos. En Primaria, hay 216 estudiantes que han optado por ello, un 0,65%, y nueve en Secundaria. En ESO también es posible cursar Historia y Cultura de las Religiones. Este curso hay 504 matriculados, algo más que el año pasado.

Iñaki González lamenta que se vea Religión como una «asignatura accesoria. Una cosa es la catequesis y otra es una materia que pone la dimensión espiritual de las personas en relación con otros saberes científicos, históricos y culturales. La religión católica, en nuestra historia, no es una anécdota. Merece la pena ser comprendida y tener criterio. Incluso para criticarla, si se quiere». Como aclara Miguel González, «la adscripción a la materia no supone una confesión de fe».

A todas estas cuestiones se une ahora, con mucha preocupación entre los 260 docentes que aproximadamente imparten esta materia en la red pública en Asturias, la aplicación de la LOMCE, que algunos tachan del «mayor atropello a la asignatura». Por el momento, en Primaria ha supuesto reducir de 90 a 60 minutos el horario de esta asignatura. «Las leyes siempre han sido restrictivas con Religión», lamentan los docentes. «Si perdemos un tercio de horario perderemos un tercio de profesores», avanza pesimista Miguel González. Prefiere no adelantar acontecimientos Antonio Cabeza, de USO. «Es evidente que el próximo curso, cuando la LOMCE se aplique completamente, perderemos plazas». Pero aún está por ver cuántas. El sindicato está manteniendo conversaciones con la Consejería de Educación para buscar medidas que reduzcan ese impacto. Por el momento, asegura Cabeza, sin ningún avance.

Y eso, sin saber aún en qué quedará el decreto de horarios en Secundaria. Así, la situación «no es fea, es lo siguiente», dice Miguel González, para una asignatura que «ningunearán hasta que desaparezca» y que, además, se enfrenta a «centros muy beligerantes, que ponen la asignatura a las peores horas», por ejemplo.

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