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Pablo Esteban, con ascendientes pravianos, también viajaba en el avión siniestrado

«Le gustaba mucho venir con sus hijos y lo hacía todos los veranos, cuando tenía unos días de vacaciones»

ana moriyón

Jueves, 26 de marzo 2015, 14:44

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El concejo de Pravia se ha visto salpicado por el trágico accidente aéreo que truncó la vida de 150 personas. En el avión de la compañía Germanwings viajaba Pablo Esteban, de 48 años y natural de Barcelona, pero con ascendientes en la tranquila localidad de Beifar, donde su familia conserva la casa de su abuela paterna. «Le gustaba mucho venir con sus hijos y lo hacía todos los veranos, cuando tenía unos días de vacaciones», recuerdan quienes le conocían.

Su familia era natural de Pravia aunque su padre, Gregorio Esteban, emigró a Cataluña, pero siempre mantuvo relación con Asturias. Ese amor por el Principado se lo contagió a sus dos hjijos, Pablo y Alberto, nacidos en Barcelona, pero que aprovechaban sus vacaciones para disfrutar de los encantos de la tierrina. Especialmente Pablo, trabajador del sector informático y divorciado, a quien se le seguía viendo en Beijar incluso tras la muerte de su padre, acompañado de sus tres hijos y de su madre, natural del País Vasco. «Se le veía mucho con los niños por la playa de Aguilar», comentaban ayer en Pravia, donde siguen sin poder asimilar que Pablo también iba en el fatídico vuelo. Viajaba a Alemania a visitar a sus hijos.

Las historias detrás de la tragedia

Entre los asientos del vuelo 4U9525 se encuentran personas con nombre y apellidos, con sus historias, preocupaciones y sueños. El trágico accidente aéreo de los Alpes franceses ha truncado sus vidas y ha roto la de sus familias y amigos. A la espera de conocer el listado oficial de víctimas, sus historias llegan con cuentagotas.

Entre ellas está la de Josep Sabaté Casellas. Este exempleado de la firma gallega Inditex esperaba el nacimiento inminente de su cuarto hijo. Desde julio de 2014 trabajaba para la firma alemana Esprit aunque mantenía su residencia en La Coruña, donde viven su mujer y sus tres hijos de 3, 5 y 7 años. "Era una bellísima persona y un magnífico padre de familia", dicen desde el colegio al que acuden los pequeños. Josep, o Pep como le llamaba sus más íntimos, se dirigía a una reunión de trabajo. Lo mismo que Manuel Rivas y Rogelio Oficialdegui. Estos dos trabajadores de Deplhi debían de acudir al encuentro que realiza periódicamente la multinacional en una ciudad cercana a Düsseldorf. Rivas era el delegado sindical de la UGT en la planta que la fábrica de componentes para el automóvil tiene en Sant Cugat del Vallès. Oficialdegui, navarro y de 62 años, era el director de Recursos Humanos en la planta de Barcelona, a la que llevaba vinculado desde 1986. Toda una vida.

María de Pablo Nuño volvía a España a menudo para visitar a su familia. Especialmente a Barcelona, donde residía una de sus hermanas. Profesora en un colegio alemán, esta soriana, de 38 años y "viajera empedernida", vivía cerca de Estrasburgo, desde que se casó hace un año.

De visita iba María del Pilar Vicente. Era profesora y directora de un colegio en Barcelona y viajaba hasta Düsseldorf para ver a sus dos hijos, que están estudiando ingeniería en el país. En esa misma ciudad se formaba también María del Pilar Tejada Ocampo. Esta colombiana, de 33 años, estaba realizando allí su doctorado en Económicas. Había volado hasta la Ciudad Condal para reencontrarse con su marido, con quien llevaba casada más de un año.

Dos bebés, entre las víctimas

De regreso a casa volaban el barítono Oleg Bryjak y la mezzosoprano Maria Radner, tras haber participado en la ópera 'Siegfried' que se había interpretado con éxito días atrás en el Gran Teatro del Liceo barcelonés. Bryjak, encarnó a Alberich en tres de las siete funciones de la obra de Wagner; Radner, a Erda. La cantante lírica viajaba junto a su marido y su bebé.

Con su hijo de siete meses también volaba Marina Bandrés López Belío. Esta mujer, de 37 años, se había desplazado unos días antes desde Manchester, donde residía junto a su pareja, para asistir al funeral de un familiar en Zaragoza. Al no encontrar un vuelo directo de vuelta había optado por realizar un enlace que le había llevado a coger el fatídico vuelo.

Fernando Martínez Rubio, de Águilas (Murcia), también viajaba en el Airbus siniestrado. Lo hacía junto a su tío, Javier Moreno Navarro, de Lorca, para recoger un camión que habían adquirido allí y volver con él hasta España.

16 alumnos de intercambio

Entre el pasaje se encontraban además 16 estudiantes alemanes -y sus dos profesores- que volvían de un intercambio con alumnos del instituto Giola de Llinars del Vallès; tres miembros de una familia de Sant Cugat -una joven, su madre y su abuela- o una pareja de recién casados de La Llagosta.

También viajaban varios trabajadores catalanes por negocios, algunos de los cuales se dirigían a la feria de tecnología de la alimentación Anuga FoodTec 2015, que se celebra en Colonia, a 50 kilómetros de Düsseldorf, y que se ha visto ensombrecida por la tragedia.

Además se van conociendo víctimas de otras nacionales. El Gobierno danés ha confirmado que un compatriota suyo estaba entre los pasajeros del vuelo siniestrado.

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