70 nuevos casos de cáncer de piel al año

Las campañas son eficientes. Todos los años por estas fechas, cuando el sol comienza a tener una presencia más permanente, los dermatólogos del HUCA concentran todos sus esfuerzos en concienciar a la población de los riesgos del cáncer de piel. Año tras año, la protección solar, el control de los lunares o la aparición de manchas que no tenían que estar son mensajes que se repiten incluso machaconamente con el objetivo de que los ciudadanos escuchen lo que no quieren oír, porque las horas de playa pueden ser demasiado tentadoras.

Pero lo oyen. Y Rodolfo Montoya no sólo lo oyó, sino que lo escuchó y eso fue lo que, probablemente, le salvó la vida. «Si no hubiera sabido nada al respecto, no sé qué hubiera pasado», confesó este técnico en riesgos laborales de 44 años, que forma parte de la relación de pacientes de «uno de los cánceres más frecuentes», según palabras del director del HUCA, Miguel Rodríguez, a quien refrendan los 70 nuevos casos detectados al año en Asturias, con un resultado de muerte de 10 cada 100.000 habitantes.

Y así, por escuchar año tras año los consejos públicos del servicio de Dermatología del HUCA, recientemente galardonado por sus trabajos sobre el melanoma, fue como se fijó Rodolfo Montoya, en 2012, «en un lunar en el pecho que ni sabía si había nacido, si había crecido o si siempre había estado ahí sin que me enterase. Además no era feo, incluso se podía decir que era bonito y ni dolía ni picaba ni nada», relató, en el marco de la campaña de la Unión Europea sobre el melanoma. Pero «me escamó y comencé a observarlo. Estuve meses mirándolo y comprobé que había crecido, por lo que empecé a buscar fotografías del año anterior para comprobar si ya tenía ese lunar o no. Y no, no lo tenía».

El siguiente paso de este hombre practicante de surf desde los 14 años, en contacto con el sol desde toda la vida, fue el centro de salud y el viejo HUCA, donde la doctora Cayetana Maldonado, experta en melanomas, «me dijo que no era mucho, pero que íbamos a quitarlo. Lo peor vino después cuando me confirmaron que era un melanoma y me temblaban las rodillas. Y eso que no tuve que estar luchando contra la enfermedad, como otros. Luché los diez minutos que duró la operación, porque tuve la suerte de que el lunar salió en el pecho. Si sale en la espalda... Fue cuestión de suerte. Ahora lo miro todo».

En ese sentido, la doctora Maldonado recordó, al hilo del lema de la campaña europea 'El cáncer de piel se puede ver, detéctalo a tiempo, se puede tratar', la importancia de la detección precoz, más frecuente en la juventud. «Los jóvenes vienen con casos iniciales de melanoma, mientras que los mayores de 70 años llegan con estadios más avanzados», señaló, antes de hacer hincapié en el factor visual del cáncer de piel, que hace más fácil detectarlo a tiempo y combatirlo.

Objetivo, los jóvenes

Las miradas de la campaña de este año están todas puestas en los universitarios, «en las personas jóvenes, en los deportistas, en gente que está mucho al aire libre en contacto con el sol». Por eso hoy, de 9 a 1, el equipo de dermatología del HUCA se desplazará a la segunda planta de la Facultad de Medicina «para que nos consulten cualquier lesión sospechosa o duda que tengan», afirma la doctora Maldonado, en presencia de un agradecido Miguel del Valle, quien, como delegado de Deportes y Salud de la Universidad de Oviedo, señaló que «es un sector que puede tener mucha afectación, porque los deportistas pasan muchas horas al sol».

Para ellos y los amantes del astro rey, los consejos de siempre: Una protección solar de 50, aplicada media hora antes del contacto con el sol y renovada cada dos horas, además de gorras, sombrillas y demás protecciones playeras, especialmente para los menores de tres años, que no deben exponerse directamente al sol.