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Ana González, ayer, en la Consejería de Educación.
La consejería solo cambiará el calendario escolar si las familias lo aceptan

La consejería solo cambiará el calendario escolar si las familias lo aceptan

Representantes de los padres de la pública y la concertada están abiertos al debate, pero rechazan tomar la decisión en una semana

E. MONTES / O. ESTEBAN

Miércoles, 6 de mayo 2015, 00:09

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«Todo cambio sorprende». Lo admitió ayer la consejera de Educación, Ana González. La propuesta de la Junta de Personal Docente no Universitario de modificar el calendario escolar, organizando el año en cinco periodos lectivos (en lugar de los tres actuales) y, por tanto, con cinco vacaciones, ha sorprendido a toda la comunidad educativa. Especialmente a los representantes de las familias, que además no estaban presentes en la reunión del martes en la que, tal y como adelantó ayer EL COMERCIO, se presentó esta propuesta.

Así, y aunque nadie rechace abiertamente la propuesta o, al menos, el debate, no parece viable que el cambio de calendario vaya a salir adelante para el próximo curso escolar. La Consejería de Educación no va a tomar una decisión tan drástica sin que haya acuerdo. Aun admitiendo que la propuesta de los sindicatos «es exactamente igual que los horarios europeos», Ana González confirmó ayer que la consejería solo modificará el calendario «si sindicatos y familias están de acuerdo». Porque la opinión de padres y madres es «fundamental». Además, la intención es cerrar el asunto mañana mismo, en una nueva reunión. Dice Ana González que no hay tiempo para alargar mucho más el asunto, por lo tanto, las posibilidades de debate no serán muchas.

No voy a tomar una decisión que solo está apoyada por la Junta de Personal». Y esa es ahora la situación. Toda la Junta de Personal, es decir, todos los sindicatos de la enseñanza pública, están de acuerdo en establecer periodos lectivos más cortos (de entre 31 y 38 días) y vacaciones en noviembre, Navidad, marzo (no en Semana Santa), mayo y verano.

Elena González, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres Miguel Virgós, de la red pública, admite que la propuesta puede ser positiva desde el punto de vista pedagógica. Pero «no se nos puede pedir que tomemos una decisión de este calado, que afecta a todas las familias, a su organización y conciliación, en unos días». González cree que los sindicatos les deberían haber remitido hace tiempo su propuesta porque «somos los más perjudicados». «Siempre pensamos en nuestros hijos. Pero también tenemos la obligación de trabajar. Antes de hablar de este cambio habría que hablar de la obligación de la Administración de ofrecernos alternativas. También cuando se aprobó la jornada continua nos dijeron que los colegios estarían abiertos por las tardes y han ido cerrando todos». Parecida opinión en FAPAS-Xixón. Juana Llana, su presidenta, considera que el planteamiento es «muy interesante», pero que habría que consultarlo con todas las AMPAS. Y no hay tiempo. «Es bueno cambiar e innovar, pero es complicadísimo aunar intereses».

Misma posición entre las familias de la concertada. Sandra Ruiz, de la CONCAPA, admite que se trata de «un cambio radical que no nos parece ni mucho menos mal». De hecho, cree que algunas evaluaciones se hacen «eternas» para los niños, que llegan cansados a las vacaciones. Por contra, «en España no hay horarios para la conciliación», por lo que implantar más periodos de vacaciones supondría un problema para la organización familiar. Propone Ruiz una implantación progresiva de esta medida y, antes de nada, un «exhaustivo estudio» que avale las ventajas pedagógicas.

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