Educación trata de paliar «los graves errores pedagógicos» de la LOMCE

Un auténtico galimatías. Lo admitió la propia consejera. Ha habido que hacer y habrá que hacer «encaje de bolillos» para organizar horarios, materias y contenidos de Secundaria y Bachillerato con la entrada en vigor de la LOMCE. Tanto, que Ana González necesitó de una pizarra para explicar una nueva organización que se basa en 'bloques' de asignaturas. A saber: troncales generales, troncales de opción, específicas obligatorias, específicas optativas y de libre configuración autonómica. Las materias de algunos bloques son obligatorias para todos los alumnos y en otros tendrán opción de elegir entre varias. Todo ello conforma un currículo «excesivamente enorme», incluso «inabarcable», admitió ayer la consejera de Educación, que destacó que al final de todo eso, los alumnos se encontrarán con una reválida que, necesariamente, deberán aprobar para poder obtener los títulos de ESO y Bachillerato.

La mayor parte de la estructura viene ya estipulada por ley, sin mucho margen de maniobra, aseguró González. Entre otras cosas, porque las reválidas son comunes para toda España. Es decir: aunque Asturias optara por restar horas a algunas materias troncales para sumárselas a otras, el contenido del que tienen que examinarse al final del ciclo es el mismo, con la desventaja que eso supondría respecto a los alumnos de otras comunidades. En total, ESO tendrá 30 horas y Bachillerato, 31.

Dicho todo esto, los centros de Secundaria y Bachillerato tienen que empezar a organizar el próximo curso. Aunque el decreto del currículo aún no esté aprobado. Aún quedan, de hecho, algunos trámites administrativos y la intención es que el texto esté listo en junio. Pero la organización del curso no puede esperar y la consejería ha instado a los docentes a trabajar sobre la base del borrador que ha facilitado a los centros, que ayer detalló, y que ha recogido parte de las propuestas enviadas por los centros educativos. Es decir, la organización empieza sin un texto definitivo.

No habrá moratoria

Por eso los sindicatos y el Consejo Escolar habían instado al Principado a aprobar una moratoria de la aplicación de la ley Wert. González negó tener capacidad para ello. Eso sí: remitió una carta al ministro informándole que ni Consejo Escolar ni Gobierno regional estaban de acuerdo en la aplicación. Pero, por el momento, «no me queda más remedio que desarrollarla, intentando paliar los graves errores pedagógicos» de la ley.

Por lo tanto, sin moratoria y con una estricta planificación, a partir de septiembre, primero y tercero de la ESO y primero de Bachillerato funcionarán en base a la LOMCE. A partir de ahí, la Consejería de Educación ha tratado de mantener o aumentar la carga lectiva de las asignaturas troncales. Matemáticas, por ejemplo, ganará dos horas en la ESO (en 2º pasa de cuatro a cinco horas, y en 3º, de tres a cuatro). Geografía e Historia también gana una hora en 3º, en concreto, para incluir los contenidos de Educación para la Ciudadanía, que la considera «esenciales para el currículo». Por otro lado, se «blindan» Educación Plástica, Música y Tecnología: cada una de ellas se ofrecerá en dos de los tres cursos (entre 1º y 3º de ESO) y se asegura que todos los alumnos de Secundaria las cursen. Eso sí, Tecnología perderá una hora semanal.

En cuanto a Bachillerato, «no hay grandes cambios» respecto a la organización actual. Aumenta en 2º una hora la asignatura de Primera Lengua Extranjera (pasa de tres a cuatro sesiones semanales) porque, admitió Ana González, «necesitamos un refuerzo de la enseñanza de idiomas». Y se mantiene en el segundo curso también la Historia de la Filosofía, con tres horas semanales, para «todo el alumnado, independientemente de la opción de Bachillerato que haya elegido».

Respecto a la asignatura de Asturiano, que se oferta en el bloque de materias de libre configuración autonómica, admitió la máxima responsable de Educación que varios sindicatos han solicitado un aumento, que ella considera inviable. La consejería ha optado por sumar una hora de esta materia en ESO (concretamente, en 4º, que pasa de dos a tres sesiones).

Dos últimas cuestiones. Finalmente desaparece Religión también en segundo de Bachillerato, como asignatura específica. Además, la consejería ha optado por mantener tutoría en el Bachillerato, tal y como habían solicitado las familias.