El nuevo sistema de becas para libros de texto incluye soportes digitales

Esta semana se ha abierto el plazo para solicitar las ayudas a la compra de los libros de texto. Como cada año, la Consejería de Educación ha publicado las bases y ha fijado los requisitos que tienen que cumplir las familias. Pero esta vez hay un cambio: no serán los alumnos los que reciban los 105 euros de ayuda pública, sino los propios centros educativos. Las bases publicadas en el BOPA tan solo hacen referencia al Programa de Préstamo y Reutilización de Libros de Texto en centros educativos públicos, pero no especifica la forma en que los equipos directivos deben poner en marcha esos programas.

Los colegios e institutos han encontrado algunas pistas en las instrucciones que la Consejería de Educación les remitió hace unos días. Y, a juzgar por su contenido, la tarea no será sencilla. Casi todo es nuevo. Incluso el material subvencionable. Porque el documento deja muy claro que se habla de «libros de texto o soporte informático equivalente». En otro apartado se especifica aún más. «En el caso de los centros que no utilicen libros de texto podrán adquirir materiales educativos en formato digital o soportes digitales siempre que estos sean reutilizables».

Esta última característica es importante, ya que el fin último del nuevo sistema es que los centros se hagan con un banco de libros que pasen de alumno a alumno. Con una salvedad: el material del primer ciclo de Educación Primaria. En ese caso, la consejería permite a los centros adquirir los libros o cuadernos que considere «aún cuando no sean materiales reutilizables en años sucesivos». Sea como fuere, siempre será el equipo directivo el encargado de decidir qué libros compra por valor de 105 euros. Y también, y esto es importante, dónde los compra. «El centro indicará a las familias el material que se va a asignar con el fin de que puedan completar, de forma independiente, todo aquello que puedan necesitar los alumnos para la actividad lectiva del curso», indica el documento.

El nuevo sistema impide una situación que, aseguran los docentes, era habitual: las familias reciben la beca para los libros pero, quizás, pueden conseguir los ejemplares de alumnos de cursos superiores. Eso les permitía destinar el dinero a otro material escolar. La organización de los bancos de libros impide que eso ocurra. Es más, las instrucciones de la consejería dejan claro que «cuando el alumno disponga de libros de texto, aún teniendo la condición de beneficiario, decaerá del derecho de percibir el correspondiente lote de libros, no siendo posible abonarle a la familia, por parte del centro, cantidad económica equivalente alguna».

A partir de ahora, todo o casi todo queda en manos del centro educativo. Para empezar, es el encargado de dar a conocer la normativa a alumnos y familias. La consejería incluso aconseja que cada centro establezca «las normas de funcionamiento de su fondo bibliográfico, con especial atención a las condiciones de devolución de los libros, que deberán ser recogidas en el Reglamento de Régimen Interior dentro del Plan de Convivencia». Porque los alumnos deberán entregarlos en buenas condiciones y ese 'buenas' debe ser definido por el colegio e instituto. Es más: si el estudiante se traslada de centro a mitad de curso, los reintegrará, y el colegio nuevo no tiene obligación de facilitárselos. En caso de deterioro o pérdida, la familia debe reponer el material. La consejería recoge la posibilidad de que alumnos no beneficiarios de becas puedan participar del préstamo cuando el centro tenga lotes suficientes.

Por su parte, la Junta de Personal Docente prepara el recurso ya anunciado contra estas bases, que rechazan todos los sindicatos.