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Voluntarios practican con los maniquíes en el HUCA.
Dos dedos para reanimar

Dos dedos para reanimar

«Lo que se haga antes de que llegue la UVI móvil puede suponer que el paciente sobreviva o no», advierte Corsino Rey

I. GÓMEZ

Sábado, 30 de mayo 2015, 00:25

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Desterrar miedos y adquirir nociones básicas para afrontar la emergencia. Son los objetivos del curso de reanimación cardiopulmonar (RCP) al que asistieron ayer en el HUCA 26 voluntarios de varias organizaciones. Comenzaron con una sesión teórica, en la que se insistió en que siempre hay que pedir ayuda. O lo que es lo mismo, llamar al 112. Pero «lo que hagas durante los primeros cuatro, ocho o diez minutos antes de que llegue la UVI móvil puede suponer que ese paciente no sobreviva, quede con secuelas neurológicas muy importantes o tenga una buena evolución», afirmó Corsino Rey, responsable de la UCI Pediátrica del HUCA. Por eso, la segunda parte del curso se centró en practicar la maniobra de reanimación.

Para ello se dispusieron maniquíes de bebés y de niños más mayores en el atrio de La Cadellada. Guiados por nueve instructores, los voluntarios practicaron el masaje con dos dedos sobre el pecho de los más pequeños y presionaron con una y dos manos en los mayores. En cuanto a la frecuencia de reanimación, siempre la misma: 30 compresiones, dos respiraciones.

Esta práctica con muñecos, explicó Rey, permite «adquirir la habilidad psicomotora para hacerlo, como cuando se anda en bicicleta o aprende a conducir». Así, llegado el caso, podrán afrontar la situación: «Por suerte, muchos no lo van a utilizar nunca, pero conviene que estén preparados», comentó el pediatra, quien señaló que los menores suelen tener problemas respiratorios, no cardiaco, y a menudo están relacionados con el atragantamiento. De hecho, en la última parte del curso se ofrecieron recomendaciones para intervenir en esos casos (golpes en la espalda y el pecho en caso del lactante; maniobra de Heimlich en un niño mayor o un adulto).

Los voluntarios, por su parte, se mostraron más que satisfechos con la iniciativa, que se enmarca en el proyecto Mi Oshuca de la Unidad Clínica de Pediatría. «Es muy interesante e importante saberlo», comentó Laura Fernández, de Apaci (Asociación de Padres y Amigos de Cardiopatías Congénitas), que compartió escena con la asociación Galbán de niños con cáncer y Cruz Roja.

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