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Wert cambia la acreditación de universidades, títulos y profesores

Wert cambia la acreditación de universidades, títulos y profesores

El ministro flexibiliza la creación de nuevos campus, la autorización de más carreras y los criterios de selección de docentes

BORJA ROBERT

Sábado, 30 de mayo 2015, 00:25

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El Gobierno aprobó ayer las dos reformas universitarias que aún tenía pendientes para la presente legislatura. Las nuevas normas alteran los criterios de acreditación tanto de las universidades como de sus titulaciones, y también modifican la balanza de requisitos que deberán cumplir los docentes de la educación superior. Ambos reales decretos se aprobaron el mismo día en que la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, abandonó el Ejecutivo para incorporarse a la OCDE como su nueva directora general adjunta del área de Enseñanza.

El real decreto destinado a la acreditación de centros y titulaciones ha recibido fuertes críticas de los sindicatos de enseñanza durante su tramitación. La nueva norma, alegan estos, rebaja los requisitos para abrir nuevos campus y fomentará la aparición de universidades privadas de baja calidad. En España, protestan, no se ha abierto ninguna nueva institución pública desde hace 18 años -la última, la sevillana Pablo de Olavide, se inauguró en 1997-, pero en el mismo periodo se han abierto veinte centros privados.

Los nuevos criterios imponen menos exigencias de espacio e instalaciones. Algunos requisitos -como el número de laboratorios de práctica, las plazas de biblioteca o las instalaciones deportivas- dejan de ser obligatorios y pasan a ser recomendaciones. La norma también flexibiliza las titulaciones que debe ofrecer una universidad. Hasta ahora, todas debían impartir al menos una carrera de cada una de las tres principales ramas de conocimiento -humanidades, científicas y técnicas-. Ya no será necesario. «Esto fomentará la especialización», indicó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en su comparecencia tras el Consejo de Ministros que dio vía libre al real decreto. Desde el Gobierno argumentan que así fomentarán que los campus puedan competir entre sí con grados y posgrados diferentes.

Sin acreditación previa

Otro cambio sustancial es que, a partir de ahora, las universidades no tendrán que validar cada nuevo título que oferten ante el organismo certificador -la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, Aneca-. Una vez hayan obtenido el visto bueno para la mitad de su oferta educativa, el resto se aprobarán automáticamente durante los próximos cinco años. Esta era una reclamación histórica de los rectores y las comunidades autónomas, que consideraban que el proceso anterior -que exigía certificar cada título cada cuatro o seis años- les restaba agilidad. «El modelo actual supone un esfuerzo muy elevado tanto a las universidades como a las agencias de acreditación», explicó Gaspar Roselló, vicerrector de la Universidad de Barcelona.

La nueva norma sobre profesores, por su parte, altera el equilibrio de requisitos que estos deben cumplir para poder acreditarse como Profesor Titular o Catedrático de una universidad. «A partir de ahora se tendrán más en cuenta otros criterios como la experiencia profesional», explicó la vicepresidenta del Gobierno. En la balanza de méritos que deberá, a partir de ahora, acreditar un profesional para poder impartir clases en la enseñanza superior, perderá importancia el número de sus méritos y concederá más puntos la calidad de estos. También se tendrá en cuenta su experiencia profesional fuera de la academia. Según los sindicatos de educación, la evaluación será más subjetiva; según el Gobierno, más justa.

Por internet

El Ejecutivo también ha incorporado, a última hora, una regulación más estricta de las universidades que ofrecen titulaciones solo a través de internet. Tanto la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) como las comunidades autónomas habían reclamado que la norma pusiese límites a su actividad. Los primeros borradores del real decreto apenas incorporaban pinceladas pero la última versión ha incorporado algunas restricciones. De ratios de alumnos por profesor -que debe estar entre 50 y 100 por docente- y también geográficas. Pese a ofrecer una docencia no presencial, la apertura de estos campus deberán aprobarlas las comunidades donde se encuentren los alumnos que se matriculen en ellas.

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