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El tramo Benavente-León «se ha vuelto un peligro», advierten los conductores

El tramo Benavente-León «se ha vuelto un peligro», advierten los conductores

Fomento necesitó 189 'parches' para cubrir los baches de 51 kilómetros. Los usuarios atribuyen la situación a «los recortes en conservación»

Ramón Muñiz

Martes, 9 de junio 2015, 00:14

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El Ministerio de Fomento acaba de completar la enésima reparación del tramo Benavente-León de la autovía Ruta de la Plata (A-66). Los arreglos consumieron 2,2 millones con desigual resultado. En la calzada de sentido a Madrid los remiendos mejoran algo la regularidad del firme; los conductores que viajan hacia Asturias se topan sin embargo con una sucesión de resaltos donde antes encontraban baches. Los operarios fresaron y aplicaron 189 'parches' para cubrir todos los hundimientos localizados a lo largo de 51 kilómetros, medida aplicada con intensidad pero insuficiente por ahora para facilitar una conducción cómoda.

«Es un auténtico desastre», zanja Ovidio de la Roza, presidente de la patronal del transporte Asetra y habitual de la ruta. «No puedes bajar la guardia ni un segundo porque el coche te 'salta' y te da un susto tremendo por muy bueno que sea el coche con el que viajas; el tramo es un peligro tanto por la inseguridad que transmite como por el desgaste de amortiguación que exige», agrega.

El también presidente del Comité Nacional del Transporte (CNT) recuerda que los primeros desperfectos surgieron «cuando no había pasado demasiado desde su inauguración, de lo que se deduce que hubo algún problema de construcción». A todo ello agrega «los recortes en las partidas de conservación y mantenimiento, que están acelerando este tipo de procesos de desgaste, algo que venimos denunciando ante el ministerio», recuerda De la Roza.

La infraestructura lleva once años de servicio, soportando un tráfico que evolucionó desde los 8.000 vehículos diarios iniciales a las puntas de 12.500 que acoge ahora. Se trata de un trozo de autovía «relativamente moderno y que no tiene un gran volumen de uso que justifique el envejecimiento acelerado que sufre», razona Raimundo García, asturiano que preside la Asociación Española de Accidentología Vial (Aeav).

Los informes de siniestralidad elaborados por Fomento indican que entre 2009 y 2012 el lugar nunca registró más de cinco accidentes con víctima al año. El último anuario disponible, sin embargo, eleva a 13 los siniestros de esa gravedad sucedidos en 2013. Se trata de una variación todavía coyuntural, argumenta García: «La principal repercusión de los baches que padecemos en ese tramo es que hacen de la conducción una cosa más incómoda y que requiere mayor atención, sin embargo su incidencia en la siniestralidad es difícil».

El presidente de la Aeav matiza que la influencia «puede ser más relevante en casos de invasión de animal, cuando el conductor se ve forzado a realizar una rápida maniobra evasiva; en esos momentos sí que la pérdida de adherencia que provocan los baches puede tener consecuencias».

Los cuatro tramos de obra que dieron lugar a la autovía se inauguraron a finales de 2003. Los dos más próximos a Benavente, que son los que ahora concentran los mayores problemas, fueron los primeros en abrir. La Unión Temporal de Empresas (UTE) vallisoletanas Zarzuela y Begar Construcciones ejecutó por 28,95 millones el segmento Villabárazaro-Enlace con la LE-412. Corsán Covian y la empresa Vías y Construcciones asumieron el tramo hasta Villamañán por 46,32 millones. Coprosa con Sánchez y Lago hizo el segmento hasta Ardón por 38,7 millones culminando la obra hasta León ACS por 51,06 millones más.

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