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Martín González del Valle y Herrero, barón de Grado, en una de las salas de su domicilio de Oviedo repleta de fotografías familiares y marcada por su retrato.
«Asturias pasó de ser unaregión industrial a una llena de jubilados. Bien alimentados, pero nada productivos»

«Asturias pasó de ser unaregión industrial a una llena de jubilados. Bien alimentados, pero nada productivos»

Martín González del Valle y Herrero, Barón de Grado

CHELO TUYA

Domingo, 5 de julio 2015, 00:36

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Los ojos ponen a sus palabras la fuerza que la voz ya no le proporciona. La mano derecha se encarga de imprimir la velocidad, en ocasiones la severidad, que su discurso ha perdido. Dice que el infarto sufrido hace dos años le transformó por completo la vida. Pero, pese a sus problemas de audición, a rodearse de mantas calefactoras cuando en Oviedo los termómetros marcan 24 grados y, también, a que el 19 de noviembre cumplirá 97 años, acepta pasar una hora de charla con EL COMERCIO. Imposible tocar todos los palos del referente empresarial asturiano: Martín González del Valle y Herrero, barón de Grado.

En 2004 publicó su biografía 'Vivencias y Semblanzas'. Once años después, ¿hay más capítulos?

No estoy en condiciones de escribirlos. El libro lo escribí impulsado por mi amigo Gonzalo Anes. Se ha cumplido ahora el primer año de su fallecimiento y esa obra no la hubiera escrito si no hubiera sido por su consejo y su empuje constante. Tuve el honor de que me escribiera el prólogo. Es una gran pérdida.

Aunque no lo quiera escribir, sí puede contar su resumen de estos once años.

Hombre, en lo personal la suerte de haber vivido feliz en familia. De una nueva generación que forman doce nietos, aunque también asisto al declive de mis facultades físicas. El infarto que sufrí hace dos años me ha transformado totalmente la vida, aunque sigo acudiendo a mi despacho. (En su mesa hay una carpeta de la Fundación EDP que estaba repasando).

¿Sigue trabajando?

Sigo vinculado a la Fundación EDP, a la Fundación Educación Católica y a la Fundación Familiar González Herrero. De todas he sido presidente y a todas quiero señalar.

En el capítulo internacional, ¿qué escribiría?

Hay que citar los avances que ha habido en la construcción de Europa, aunque ahora parece que esté en crisis por el tema de Grecia.

¿Peligra la Unión Europea?

No, pero la retrasa. Se hacía en base a la unión financiera y eso llevaba un proceso de diez años. Ahora se retrasa. Además, hay mucha demagogia por el medio. Al margen de eso, en este cambio de milenio hemos asistido al final de un gran Papa, Juan Pablo II. Un Papa extraordinario.

Usted le conoció.

Sí, en su visita a Covadonga. Me lo presentó en la sacristía el arzobispo Gabino Díaz Merchán. Me presentó como presidente de los Empresarios Cristianos.

¿Y qué le dijo?

Se interesó por la asociación. Le pude ver después, en Roma, al final de su vida. Estaba muy apagado. Pero en Covadonga nos dio a todos una lección con su fuerza. Tenía unas espaldas inmensas. Fue un Papa extraordinario.

Ahora tenemos dos.

Soy creyente y obediente a la Iglesia. Creer y tener fe lleva consigo someterse a las normas de la Iglesia. Si hay un Papa como Benedicto XVI, que ha escrito documentos maravillosos, que dice que no está en condiciones, yo lo respeto. Si la Iglesia elige a otro Papa, nada que discutir, otra cosa es querer buscarle tres pies al gato. No obstante, creo que a Juan Pablo II se le podían haber evitado los últimos meses.

En su repaso, ¿qué destaca de lo ocurrido en España?

Hemos visto la consolidación de un gran reinado como fue el de Juan Carlos I y la figura ejemplar de su esposa (se emociona) la reina Sofía, que fue despedida en el Parlamento (se le corta la voz) con todos los diputados aplaudiendo en pie.

¿Esperaba la abdicación del rey?

Nos cogió de golpe. Creo que ha sido un gran acierto, porque su figura, por otras cosas, estaba cayendo en declive. El príncipe ha dado un cambio, la reina actual le ha ayudado muchísimo, muchísimo. Hoy es la institución más admirada por el país. El 65% de los españoles admira la Monarquía y subiendo. Mire esa foto de hace un año. (Señala una imagen en la que saluda a los Príncipes de Asturias en el Palacio Real). Nos la hicimos el día antes de su designación, que nos recibió a los miembros de la todavía Fundación Príncipe de Asturias. En ese momento le dije: «Señor, que Dios le guarde muchos años y le ilumine con la ayuda de nuestra Santina». ¡Nuestra Santina puede mucho! (se ríe)

¿Entiende las críticas de algunos sectores a la reina Letizia?

No. Es muy buena. Cada año mejor. Ayuda muchísimo al rey.

«Es posible que Alcoa se vaya»

¿Cómo ve a Asturias?

Pues mire, Asturias hoy es una Asturias totalmente distinta a la Asturias que yo he conocido a lo largo de mi vida, en la que he trabajado. Asturias estaba dominada por el carbón y el hierro, eran las dos actividades que determinaban la riqueza de un país. Estas dos actividades entraron en crisis. En Europa ya no existen minas de carbón, salvo en Alemania y algo en Inglaterra. La siderurgia se ha laminado, ha quedado reducida a unos grupos extranjeros y no tiene perspectiva alguna de crecimiento. Otra industria que dominaba, sobre todo para los planes de mi empresa, Hidroeléctrica del Cantábrico, era el aluminio...

Que también está mal.

Sí. Del aluminio lo mejor que podemos esperar es que no baje la producción, pero, desde luego, no volverá a subir.

¿Alcoa se irá?

Es muy posible. Depende tanto de la energía que van a la que sea más barata y hacen muy bien.

¿No es posible abaratarla?

La energía es cara para países como España que no tiene combustibles. Ha habido una subida totalmente equivocada, necesaria, pero equivocada, de las energías renovables. Se hizo un sistema de primas que fue un error. Se subvencionaron instalaciones cuya tecnología no estaba totalmente al día.

¿La nuclear seguirá siendo tabú?

Mire, las centrales nucleares fueron totalmente necesarias en los momentos en que los países árabes empezaron a subir los precios del petróleo. Con toda razón, posiblemente. Los países industriales intentaron frenar esos consumos creando la industria nuclear. De esta industria nuclear estamos viviendo desde hace treinta años. Hoy es la energía más barata porque está totalmente amortizada. Pero no hay hoy un Gobierno que se atreva a hacer un nuevo programa nuclear.

Decía que Asturias cambió.

Sí, con la crisis del carbón y del hierro, pasó de ser una región industrial a una región dominada por las pensiones. El Estado aportaba al acero y al carbón 100.000 millones de pesetas para sostener aquellas industrias en pérdidas. Eso se ha eliminado. Ahora Asturias es una región de jubilados, bien vestidos, bien alimentados, pero viejos, como yo, nada productivos.

¿Tiene futuro Asturias?

A medida que fallezcan esos jubilados desaparecerán las pensiones. Saldrán nuevas actividades, como el turismo.

¿No deberían haber salido ya esas nuevas actividades?

Se ha intentado, se ha intentado, se han creado empresas. Ahí tiene usted Thyssen, DuPont, otras, como Rioglass, han fracasado. Se han aportado cientos de millones para fomentar empresas, pero se ha fracasado. Quizá porque se dieron con alegría.

Asturias sigue sin presidente/a.

Los nuevos partidos se someterán a las reglas del juego o irán desapareciendo. Lo que no deben hacer es asustar a la gente inútilmente.

¿Cree que asustan a la gente?

Hombre, cuando dicen que van a suprimir el culto o someter la Monarquía a referendo.

¿Suprimir el culto?

Muchos se han borrado de la Iglesia. Y lo del referendo...

¿No necesitamos una segunda transición?

Ninguna.

¿Habrá tercera república?

No, no, sería mucho peor. Imagínese usted si tuviéramos que elegir presidente de la República cada equis años. Bastante tenemos ya con elegir alcalde, diputados y presidente del gobierno.

¿Entiende el enfado de la gente y el auge de nuevos partidos?

Hombre, mire, la crisis ha traído muchas incomodidades en las familias. Hay familias en paro. Hay chicos que no encuentran trabajo o que dicen que no encuentran trabajo.

Sus nietos ¿trabajan en España?

Uno está trabajando en Londres. Otro ha estado trabajando cuatro años en Luxemburgo, precisamente en el hierro, en Arcelor. Ellos consideran que trabajar fuera enriquece su currículo y su conocimiento. Yo agradezco mucho a mis padres que me enviaran a Bélgica. Aunque estuve poco tiempo. Pero, bueno, hoy Europa es una zona sin fronteras, no se necesita pasaporte ni cambiar moneda.

De todas las figuras históricas que trató, ¿cual le impresionó más?

(Se lo piensa largo rato) Además del Papa Juan Pablo II, me impresionaron, como político, José María Gil Robles, que dio la vuelta a la derecha de España. Era yo muy joven cuando le conocí. También me impresionaba en aquella época el conde de Barcelona. Su porte, su manera de hablar. Y, también, he conocido y apreciado al general Franco.

¿Apreciado? ¿Pese a todo?

Sí, porque le conocí cuando era simplemente el general Franco. Después le conocí ya vestido de legionario, en la Guerra Civil. Posteriormente, le conocí de Caudillo. Al final de su vida, le conocí como hombre sencillo. La historia le hará justicia, que no le ha hecho aún. Ya se lo dijo el general De Gaulle: «Europa le hará justicia», y no tengo duda de que así será.

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