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El alojamiento rural se multiplicó por 400 en veinte años

El alojamiento rural se multiplicó por 400 en veinte años

Asturias dispone de 18.256 plazas en apartamentos, casas y hoteles de aldea frente a las 45 de 1992

Chelo Tuya

Domingo, 2 de agosto 2015, 00:23

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El 1992, en la España de la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona, la Asturias como destino turístico seguía siendo un objetivo. Aunque desde 1985 ya buscaba veraneantes con el Paraíso Natural como eslogan, el Principado estaba en aquel momento muy lejos del volumen de viajeros que obtenían los destinos de sol y playa. De hecho, apenas contaba con oferta de alojamientos. De las 43.975 plazas abiertas en 1992, más de la mitad estaban en campings. Solo había 10.000 camas hoteleras. Y, la hoy joya de la corona, la oferta rural, se limitaba a 45 plazas.

Dos décadas después, esas 45 se han convertido en 18.256 plazas. La oferta rural asturiana se ha multiplicado por 400 en poco más de veinte años y supone ya el 21% del total de alojamientos de una región que roza las 85.000 camas turísticas. Con concejos como Caravia, Llanes, Onís y Ribadedeva, en los que hay más oferta que vecinos. Un turismo rural que es, en volumen de empresas, el sector turístico más potente, con el 54% del total de la región. Son 1.854 los establecimientos rurales abiertos. Hace dos décadas no llegaban a la decena.

Y eso, sin que el turismo haya alcanzado el peso en la economía regional por el que pelea el sector y que augura, en cada legislatura, el Ejecutivo autonómico de turno. Aunque Asturias sí es un destino turístico reconocido, que obtiene sobresaliente en la valoración de los visitantes, la industria del ocio solo supone el 8,13% del Producto Interior Bruto (PIB) y el viajero 2 millones sigue sin llegar. Un cóctel, el de la multiplicación de las plazas y la ralentización de las visitas, que ha traído consigo la resaca de los números rojos en las cuentas.

«Con 14.000 plazas sobra»

Incluso este, el año en el que el turismo bate récord en Asturias, solo en el primer semestre han llegado un 13% más de turistas y se han vendido un 7% más de reservas, la patronal turística asegura que «la rentabilidad sigue a la baja». Y los empresarios rurales diagnostican el mal: «Somos demasiados. La oferta de plazas rurales para una región como Asturias no debería pasar de 14.000».

Son palabras de Adriano Berdasco, presidente de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur), pero coinciden con el sentir de otros sectores, como el hotelero, que llevan años alertando sobre el exceso de oferta en el Principado. Las 18.256 plazas que el Sistema de Información Turística (SITA) adjudica al turismo rural asturiano colocan a Asturias como la segunda comunidad del país, tras Castilla y León, con mayor disponibilidad. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), autonomías de mucho mayor tamaño que el Principado, como Andalucía o Cataluña, solo tienen 13.379 plazas y 16.893 plazas, respectivamente.

Eso lleva a que, aunque la región sigue liderando, en los momentos puntas del año, en reservas, la tasa media de ocupación sea una de las más bajas del país. En el primer semestre, la media fue del 7%. Es decir, que solo tuvieron ocupadas menos de 1.300 camas rurales.

Eso lleva al presidente de la patronal rural, que aglutina a un millar de empresas, a insistir en su idea de que «hay que poner límites. En algunos momentos hubo quien desde el Gobierno regional nos dijo que no se podían poner puertas al campo, pero lo cierto es que, para Asturias, con 14.000 plazas rurales habría oferta de sobra».

Mujeres fundadoras

Y no se daría la paradoja que con 62.071 clientes en los primeros seis meses del año, una cifra que supera en un 3% la registrada el año pasado, y con 150.586 pernoctaciones comercializadas los empresarios rurales hablen de «situación de crisis» y apunten, como hace Berdasco, en que «habrá cierres este invierno».

Unos cierres que no afectarán, curiosamente, a la mayoría de las casas pioneras en ofrecer alojamiento rural. «En las de verdad. En las que ofrecíamos una experiencia, alojarse en una casa con vida, con ganado, con huerta, con actividad», recuerda Miguel Trevín, uno de los fundadores de esta modalidad turística.

Aunque él deja claro que el mérito «es de las mujeres» y no en argumento genérico, sino con nombre propio: «Mujeres como Isabel Campuzano, Pilar Quintana o Sofía Caraduje. Mientras la oficialidad apostaba por La Rectoral, en Taramundi, ellas, de la Asociación de Mujeres Campesinas (Amca), se fueron a Navarra a conocer qué se hacía allí. Y convirtieron sus casas en alojamientos, en agroturismo real».

Ellas siguen con sus puertas abiertas y, como asevera Severino García, otro de los pioneros, «tienen clientes. Porque el turista vuelve al agroturismo. Aquí se abusó de alquilar casas vacías, rehabilitadas con o sin subvención. El viajero busca algo más». Busque lo que busque, en Asturias tiene 18.256 plazas para encontrarlo.

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