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Íñigo Méndez de Vigo, al comienzo del Consejo Sectorial de Educación.
El ministro retrasa las reválidas de Bachillerato y ESO para debatirlas con las comunidades

El ministro retrasa las reválidas de Bachillerato y ESO para debatirlas con las comunidades

Genaro Alonso, «moderadamente satisfecho» tras un Consejo Sectorial en el que, aseguran, «se ha recuperado el diálogo»

O. ESTEBAN / AGENCIAS

Viernes, 14 de agosto 2015, 00:31

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«Moderadamente satisfecho, pero no contento». Esa frase del consejero de Educación del Principado de Asturias, Genaro Alonso, resume el sentir de muchos de los responsables autonómicos tras la reunión mantenida ayer con el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo. Porque el ministro rechazó paralizar la LOMCE y ni siquiera aceptó ampliar el calendario de aplicación. Pero sí ha anunciado cierta «flexibilidad» en una de las cuestiones que más preocupaban a los consejeros y que mayor oposición habían levantado en la comunidad educativa. Se trata de las evaluaciones externas, esto es, las reválidas. De Vigo aceptó separar en dos decretos la aprobación de las reválidas de Primaria y de Secundaria. Y por el momento, el único decreto que aprobará el Consejo de Ministros será el de Primaria. Porque, en realidad, esas evaluaciones, las de ESO y Bachillerato, no llegarían hasta el curso 2017-2018. De esta forma, el ministro deja la puerta abierta a debatir con las comunidades autónomas sobre este asunto.

Ese es, en realidad, el único cambio que consiguieron los consejeros tras una reunión que se alargó durante más de cuatro horas. Y eso que doce de los diecisiete que ayer participaron en este primer Consejo Sectorial de Méndez de Vigo habían mostrado su total oposición a la nueva ley educativa. De hecho, esos 12 consejeros ofrecieron por la mañana una rueda de prensa en la que presentaron un manifiesto conjunto en el que anunciaban que habían buscado fórmulas legales que permitirían paralizar la aplicación de la LOMCE. Más o menos contundentes en su oposición (unos abogaban por la paralización total y otros, como el de Asturias, se mostraban más prudentes y abogaban por una flexibilización del calendario), todos estaban de acuerdo en lo innecesario de aplicar una ley que «más pronto que tarde será derogada». Genaro Alonso, no obstante, había lanzado un mensaje de tranquilidad a la comunidad educativa asturiana, asegurando que no defiende una insumisión. La LOMCE está en vigor y los consejeros son conscientes.

Junto a Asturias, mantenían esa postura Andalucía, Aragón, Cantabria, Baleares, Castilla La Mancha, Extremadura, Canarias, Cataluña, Navarra, País Vasco y Comunidad Valenciana. Todos sus responsables confiaban en que el consejo de ayer fuera una «oportunidad para recuperar el consenso».

Y aunque a la salida de la reunión hubo quien la tachó de «decepcionante», no fue ese el sentir general. El consejero asturiano, de hecho, se felicitó porque el ámbito de la educación hubiera recuperado el «clima de colaboración y diálogo» que, según la mayoría de los responsables autonómicos, se había perdido en la etapa de Wert. Genaro Alonso cree que Íñigo Méndez de Vigo es «partidario de dialogar». Y eso es lo que pretenden a partir de ahora, dialogar sobre la forma y el fondo de las reválidas de Secundaria y Bachillerato, que preocupaban especialmente porque de ellas depende que los alumnos logren la titulación de esos niveles. Respecto al nuevo calendario de esos decretos, el ministro tan solo explicó que se afrontará «más adelante». Por su parte, la evaluación externa de sexto de Primaria sí tendrá lugar este curso.

Genaro Alonso valora la posibilidad de debatir sobre las reválidas, método que no comparte porque no respeta la línea de la evaluación continua con la que se trabaja en los centros y porque, en cierto modo, considera que «desautoriza» a los docentes, explicó en declaraciones a TPA.

En cualquier caso, el titular del ministerio explicó que esta decisión «no supone ningún retraso» en la aplicación de la LOMCE que, recordó una vez más, es de obligado cumplimiento. Por eso, explicó que la ley se aplicará «con normalidad» en el curso que arranca en unas pocas semanas (oficialmente, lo hace el 1 de septiembre, aunque en Asturias las clases de Primaria no comienzan hasta el día 10). «La realidad es que el calendario forma parte de la ley y, si se aplicó el año pasado, se aplica éste. Cuando se defiende el Estado de Derecho se defiende en la totalidad y no por partes», explicó en rueda de prensa tras el consejo sectorial.

600.000 euros para libros

La reunión de ayer también sirvió para 'repartir' los 24 millones de euros que De Vigo había anunciado que se destinarán a becas para la compra de libros de texto este curso. A Asturias llegarán 600.000 euros para dos cursos, una cantidad que el consejero asturiano considera insuficiente. El ministerio había suprimido este programa hace varios años.

Finalmente, De Vigo ha aceptado estudiar la propuesta que le transmitió en persona hace unos días el consejero de Asturias para aprobar la especialidad docente de Llingua Asturiana. Se trata de una vieja aspiración de la comunidad educativa del Principado, que considera que debería existir hace tiempo.

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