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La desembocadura del río Nalón, desde el mirador de Monteagudo.
Una atalaya aún desconocida

Una atalaya aún desconocida

Desde Monteagudo se divisa la desembocadura del Nalón

Elena Rodríguez

Miércoles, 26 de agosto 2015, 00:09

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En esta semana en la que el INE revela que Asturias ha recibido casi 879.000 visitantes más entre enero y julio, con más turistas nacionales y extranjeros que hace un año, me viene a la memoria aquella campaña en la que el Gobierno regional nos animaba a los de 'dentro' a calzarnos las zapatillas, «a salir en casa y a conocer Asturias en toda su diversidad». Porque, aunque nos cueste reconocerlo, aún nos quedan mucho por conocer del Paraíso natural. Para ello, Turismo ofrece, a través de su web, información, pero no siempre suficiente. Lo digo porque cuando uno quiere hacer una escapada al Bajo Nalón, por ejemplo, encuentra en internet una imagen preciosa de la desembocadura del río, pero sin saber desde dónde está hecha y cómo llegar allí. La respuesta es el mirador de Monteagudo, en Pravia. Pero si el viajero antes no conoce el nombre, difícilmente podrá encontrarlo. Lo mismo pasa con las señalizaciones. No hay letreros que lo indiquen. En Somao, una mujer sentada en la terraza del centro social es quien, amablemente, saca de dudas a esta despistada visitante. Estuve en el área recreativa hace poco.

Antes de llegar, me encontré con un matrimonio que andaba de ruta en la parte baja. Desconocía que, pendiente arriba, había unas vistas espectaculares de la ría, San Esteban de Pravia y San Juan de la Arena y decidimos subir juntos. Fue así como conocí a Roberto y Pilar, vecinos de la sierra de Madrid y apasionados de Asturias. Se maravillaron ante la vista que encontramos al llegar. Difícil no permanecer unos segundos en silencio, observando y pensando cómo es posible que a una atalaya así no se le dé mayor difusión sin que eso suponga deteriorar el entorno. Después, intercambio de cámaras para hacernos fotos y enviárselas a sus hijos, tres jóvenes músicos profesionales. La mediana vive en Salzburgo y en los últimos meses se ha colgado la mochila a la espalda para conocer mundo sola, algo que, en el caso de las mujeres, aún llama poderosamente la atención. Pero ésa es otra historia.

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