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«Ni mis jefes ni yo sabíamos que no podía tramitar contratos a mi marido»

La exjefa de servicio para la que la fiscalía pide una condena de dos años de cárcel alega que «a veces, si falta un funcionario, otro firma por él»

Ramón Muñiz

Miércoles, 23 de diciembre 2015, 00:10

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Dos años y cinco meses de cárcel. Esa es la condena que la fiscalía pide contra una funcionaria del Principado a la que reprocha un delito de falsedad documental y la tramitación de adjudicaciones a favor de su marido, dentro de una pieza separada del 'caso Renedo'. En su escrito de acusación, el Ministerio Público admite que los encargos se realizaron y no observa sobrecoste o el pago de comisión alguna. La acusada es la exjefa de servicio M. E. V. A., quien ayer se declaró inocente y dejó un retrato de la Administración donde la confianza entre los compañeros de trabajo y las urgencias del servicio se superponían al respeto a los procedimientos.

La funcionaria, hoy jubilada, es bióloga y asegura que nadie le advirtió de que debiera abstenerse de los expedientes en los que pujase la empresa de su esposo. «Llevo 40 años de servicio, todo el mundo sabía que era mi esposo, yo nunca se lo oculté a nadie», indicó. La Inspección General de Servicio, un organismo del Principado que hace las veces de división de asuntos internos, analizó su caso en un expediente disciplinario, concluyendo que los trabajos se hicieron «a satisfacción» de la Administración regional pero que, con la ley en la mano, la mujer tenía que haberse abstenido de participar en los expedientes. «Es difícil hacerlo si no sabes que tienes esa obligación», alegó la funcionaria.

«Yo creía que con no estar en las mesas de contratación bastaba, pero parece que no, y esto es algo que no todo el mundo en el Principado sabía. Mi expediente aclaró a muchos que ser jefe de servicio y tramitar esto es incompatible», asumió M. E. V. A. Según su relato, de esa ignorancia también participaban sus compañeros y superiores. «Los directores generales que he tenido conocían nuestra relación, pero tampoco sabían que eso generase causa de incompatibilidad», sostuvo.

La acusada recordó que su último director general, J. F. G., era vecino de la pareja y en ocasiones se desplazó en el mismo vehículo que la funcionaria y el empresario. En un momento dado, un vendaval dañó el tejo de Pastur (Illano), un árbol centenario declarado monumento natural. Para agilizar su arreglo antes de que los desperfectos fueran a más, el director general «llamó por teléfono a mi marido para que fuera con su empresa a solventar el problema», aseguró M. E. V. A. «Si mis jefes hubieran sabido que estos contratos eran nulos, no le hubieran llamado directamente a su teléfono para decirle que fueran a hacer ese trabajo», agregó.

Incompatibilidad

R. W., el esposo de la funcionaria, también está acusado y basa su defensa en la ignorancia de la incompatibilidad. «Siempre que me presentaba a un concurso, entregaba las actas de constitución de la sociedad, y en la primera página pone que estoy casado con ella», explicó. A preguntas de su abogado añadió que una vez «consulté al servicio jurídico, y me dijeron que el régimen de incompatibilidad sólo es para cargos públicos, que no afectaba a jefes de servicio, que había muchos casos similares a este entre los funcionarios».

La exjefa de servicio revisó uno a uno los expedientes de contratación en los que aparece su firma en alguno de los trámites. En uno de los supuestos advirtió de que la rúbrica que figuraba a su nombre en realidad no era suya: «En cosas así, si faltaba un funcionario a veces firmaba otro».

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