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CHELO TUYA
Martes, 1 de marzo 2016, 03:15
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Marcelina, Esperanza, Puri, Mauro, Concha, Alejandra, Xosé Nel, Enrique, José y así hasta casi doscientos nombres. Los que conforman la recién constituida Plataforma de Afectados por el ERA y que sigue teniendo como portavoz al primero en dar la cara: Ángel Rodríguez. Además de nombres, suman cuantías: 34.000, 42.000, 60.000... Los euros que les reclama el ente que gestiona las plazas geriátricas públicas en la región: Establecimientos Residenciales para Ancianos.
El ERA por el que se sienten afectados es un organismo dependiente de la Consejería de Servicios y Derechos Sociales. Un ente que ha puesto en pie de guerra a estas doscientas familias, en representación de las más de 4.000 que en los últimos meses están recibiendo cartas en las que el ERA les reclama una deuda. La que dice generaron sus familiares, ya fallecidos, durante el tiempo que vivieron en alguna de las residencias que gestiona.
A Ángel Rodríguez le reclaman 12.000 euros. En concepto de la deuda generada por su madre durante el tiempo que ocupó una de esas plazas. Pero él, como al resto, «nos dijeron que no habían deuda».
Ese fue la frase más repetida, casi clamor, en la asamblea celebrada en el gijonés colegio Jovellanos a la que asistió la diputada de Podemos Rosa Espiño, así como el director del centro, y concejal de Xixón Sí Puede en el Ayuntamiento de Gijón, Mario Suárez del Fueyo.
«Cuando falleció mi madre fuimos al ERA a preguntar. Nos dijeron que con su pensión y su ayuda a la dependencia, la máxima, no se debía nada», recuerda Alejandra Huergo. Mientras habla, sujeta fuerte la carta que le llegó ahora, años después del fallecimiento y de aquella conversación. «Nos piden 45.000 euros. Y la abogada del ERA nos dice que los trabajadores sociales que nos informaron de que no había deuda no tienen competencias».
«El copago solo fue nuestro»
La misma historia sonó en diferentes voces y con cuantías también distintas. A Xosé Nel Riesgo, exdirector de la Fundación Municipal de Cultura, le reclaman 34.000 euros. «Me he sentido abandonado, incomprendido, esquilmado. Nos consideran 'herederos desconocidos', cuando nosotros fuimos a pagar los impuestos de sucesión. Cuando falleció mi tía nos liquidaron. Ahora nos dicen que no», lamenta.
Cuatro años llevaba fallecida la suegra de Puri Marín cuando le llegó una misiva similar. «El ERA nos reclama 42.000 euros». Ahora paga 200 euros al mes. Aunque, explica, «mi suegra tenía una ayuda por su dependencia. No sé dónde está».
Ni ella ni nadie. Porque, como resumía Ángel Rodríguez, «el copago solo fue nuestro. El Estado y el Principado se 'comieron' las ayudas a la dependencia de nuestros familiares». La paradoja, explicaba Mauro Cuesta, es que «al final, el que ahorró para comprar un piso tiene que pagar y el que se lo gastó en viajes tiene la residencia gratis». Todos pendientes de la reunión que, tal y como adelantó EL COMERCIO, tiene hoy la consejera con todos los grupos parlamentarios. «Si no frena esta sangría, el viernes estaremos en el pleno. Ni un paso atrás».
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