Borrar

Los 116 agujeros que abren la 'Y'

La ladera de La Tejera suma cinco años deformando la calzada en sentido Avilés y amenaza con quebrarla tras el nudo de Serín

RAMÓN MUÑIZ

Domingo, 13 de marzo 2016, 03:45

Baches, aquaplaning, ruido y una deformación que crece cada año poniendo a prueba la flexibilidad del hormigón. La principal autovía asturiana, la 'Y', sufre achaques propios de sus 40 años de servicio a los que últimamente se suman los causados directamente por los recortes del Ministerio de Fomento. La Administración gasta menos dinero de los contribuyentes en conservación, y los contribuyentes motorizados pagan las consecuencias. EL COMERCIO inspeccionó la infraestructura, identificando 116 agujeros y 26 irregularidades del firme. Con todo, los números sitúan a la infraestructura lejos de las más peligrosas.

Las valoraciones de los ingenieros y los usuarios evidencian que la 'Y' tiene tal protagonismo en la vida de los asturianos que cualquier deterioro se magnifica. Es natural. Un bache en ella pueden verlo cada día unos 58.000 conductores mientras que los del resto de la autovía del Cantábrico (A-8) no encuentran más de 15.000 testigos.

La investigación realizada desmonta y avala algunos mitos sobre la 'Y'. Veamos cuales.

«Ahora racanean mucho»

Lleva años pasando siete veces al día con su camión sobre la 'Y' y es tajante. «El firme está muy gastado y hay puntos donde ves la ferralla. Antes se echaba lo que hiciera falta, ahora racanean en todo», afirma Alfonso Solís.

Las cuentas del Estado avalan su impresión. En los años 2009 y 2010, pese a la crisis, la Demarcación de Carreteras en Asturias recibía unos 33 millones anuales para atender los gastos de conservación y seguridad vial en la red de su competencia. El bienio siguiente la partida minoró a los 25 millones anuales, mientras que en 2013 y 2014 el grifo no pasó de los 13 millones al año. Los funcionarios del ministerio en la región tuvieron que hacer encaje de bolillos para atender los deterioros con casi un tercio de los fondos con los que trabajaban antes.

La 'Y' muestra las consecuencias. La infraestructura está fabricada en hormigón, un material más costoso y resistente que el habitual aglomerado asfáltico. En la época de bonanza, Carreteras cortaba el firme en los puntos donde aparecían baches, lo levantaba, y volvía a armar el hormigón, saneando así el sitio y logrando una superficie homogénea. La técnica se desechó con la crisis, optando por inyectar aglomerado en los baches; es un parche más barato, que apenas resiste unos años y deja la vía con mayores irregularidades.

«Cuando vivía en Argentina, decía que tenían carreteras tercermundistas por la suciedad que mostraban; hoy tengo que pedirles disculpas», refiere José Luis Pérez, vecino de La Cruciada, y al que la 'Y' le queda a unos 30 metros del salón. «La autovía tiene desagües, pero no limpian las cunetas», agrega.

Es otra de las víctimas del recorte. La pluviosidad de la región exige que en infraestructuras de alta ocupación se ejecuten hasta tres siegas al año: antes del verano, en agosto y alrededor de noviembre si el otoño llegó con chubascos. La falta de recursos obligó a reducir a una sola la campaña de limpieza.

En las proximidades al nudo de Serín la vegetación alcanza en algunos puntos la altura del guardarrail, y en otros, sepulta parte de las señales de tráfico. Esta barrera vegetal impide que cuando llueve el agua salga de la pista y fluya por la cuneta hasta las alcantarillas. Los embalsamientos o aquaplanings están a la orden del día.

Pese a las estrecheces, hay labores de conservación que sí se están respetando. A principios de 2014 Fomento desembolsó cerca de medio millón para reponer casi todas las marcas pintadas y extender mallas de cerramiento en los laterales de la calzada de Tabladiello, Somonte y otros puntos. «Los guardarrailes, la pintura y las vallas conviene cuidarlas, porque son los que en caso de que ocurra un accidente y vaya a juicio, más responsabilidad civil generan para el ministerio», razona un experto en seguridad vial.

Con todo, hay cierto lugar para la esperanza. Los presupuestos de 2015 y el presente año dieron un poco de aire a la Demarcación, elevando a los 24 millones anuales su asignación para mantenimiento y seguridad vial, un 84% más que en el bienio anterior. Para las labores de conservación ordinarias, el departamento dispone este curso de 18.348 euros por kilómetro de carretera asignado. Sólo Madrid (40.928 euros) y Cantabria (21.421) tienen más.

«Está para matarse»

En la calzada de sentido Avilés, justo al pasar el nudo de Serín, a la 'Y' le está creciendo un problema serio. Desde el año 2010 la ladera del lado derecho se escurre bajo el firme, abombándolo.

«Cuando conduces un camión de 40 toneladas, eso está para matarse», advierte Víctor Boto. «Es peligrosísimo», confirma Pérez.

El problema tiene su origen en La Tejera, una ladera compuesta de arcillas rojas, negras y limo. El agua se filtra por las areniscas, impacta en las vetas de arcillas y las hincha. Es un material magnífico para fabricar tejas en una instalación aledaña, pero problemático para la infraestructura. El corrimiento está obligando al hormigón a flexionarse, cada año un poco más, amenazando con quebrar el lugar.

¿Hay saturación?

En la cafetería de la gasolinera de Montico, un usuario indica imperturbable que la 'Y' «lleva diez años ganando tráfico». Su rotundidad contradice los datos. La crisis económica ha vaciado casi todas las carreteras del país, también en Asturias, también en la 'Y'.

En el año 2014 el volumen de usuarios era en la mayoría de los tramos idéntico al que había 18 años antes. La entrada en servicio de la AS-II ha aliviado también presión en el eje Gijón-Oviedo, aunque menos de la pretendida.

«Somos animales de costumbres, hay mucha gente que podría ir por la nueva, pero siguen utilizando la 'Y'», reprocha Roberto Martínez, quien suma 14 años recorriendo de dos a tres veces al día la pista.

Existe un problema de perspectiva en el asunto. Tras siete años de descenso ininterrumpido de la movilidad, en 2015 el tráfico se ha recuperado, más de un 6% en algunas autovías. Los cambios de tendencia siempre despiertan atención, más aún a quienes recorren el trecho entre la capital y las salidas a Lugones, Parque Principado, La Fresneda y la A-64. Ellos soportan la mayor congestión, y lo hacen en un punto sin tercer carril. Con todo, ahora cruzan el lugar alrededor de 58.000 vehículos al día, que son 15.000 menos que antes de la crisis.

«El problema es que en Asturias estamos acostumbrados a llegar a todas partes en quince minutos, y la gente se pone nerviosa enseguida», afea Alfonso Solís, transportista que pasa siete veces al día por la zona. «El particular quiere ir siempre a 120 kilómetros por hora, incluso con lluvia, y así no hay manera», amplía.

No es una vía peligrosa

Sí, los baches se reproducen, el aquaplaning es una certeza cuando llueve y la política del Ministerio de Fomento respecto a la iluminación y la invasión de animales es una paradoja. El conductor que se deja llevar por la 'Y' por la noche encontrará media docena de señalas advirtiéndole del riesgo de que un jabalí asalte la calzada, y ninguna de las farolas instaladas encendida. La última instrucción dada por Madrid para la 'Y' es la de apagar todas las luminarias salvo los accesos y circunvalaciones.

A pesar de todo, la infraestructura es escenario de pocos accidentes, si se tiene en cuenta el volumen de uso que soporta. Entre los años de 2009 a 2013 dos personas perdieron la vida en accidente. Según los últimos datos divulgados por la Administración, en ese lapso la vía contó más de 91 millones de circulaciones, y 111 accidentes con víctimas. El cociente entre el volumen de tráfico y el número de siniestros ofrece el índice de peligrosidad de una vía. El resultado de los cálculos de Fomento para el tramo Gijón-Avilés se sitúa en los 4,9 puntos, siendo de 8 el de Serín-Oviedo. Son datos moderados, en un país donde el índice de toda la red de carreteras estatales es de 10 puntos.

La 'Y' no existe

Todo este debate se centra en una vía que oficialmente no existe. Ningún panel indica el camino para ir a la 'Y', infraestructura que tampoco figura en el Catálogo de Carreteras del Estado. Los usuarios son los que le dieron ese nombre sin atender a los datos de la Administración, y es de prever que en lo tocante a las quejas se produzca el mismo fenómeno.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Los 116 agujeros que abren la 'Y'

Los 116 agujeros que abren la 'Y'