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Mario Arnaldo, en una pasada visita a Oviedo.
«Apagar las farolas de las carreteras ha aumentado un 30% el riesgo de accidente»

«Apagar las farolas de las carreteras ha aumentado un 30% el riesgo de accidente»

«En vez de reclamar a la Administración por el mal funcionamiento de la vía, los seguros ven más fácil culpar también al cliente y hacerle pagar a él»

RAMÓN MUÑIZ

Domingo, 1 de mayo 2016, 00:49

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Los partes de accidentes constatan que entre los años 2008 y 2013 Asturias sufrió 531 siniestros en vías «insuficientemente iluminadas». Así figura en la base de datos analizada por EL COMERCIO, y en la que consta que esos sucesos le costaron la vida a 21 personas, dejando 73 heridos graves y 804 leves.

Según los propios baremos de la Dirección General de Tráfico (DGT), esta siniestralidad genera un perjuicio económico para la región de 8,5 millones al año, suma que incluye los gastos sanitarios y horas de trabajo perdidas. La cifra permitiría abonar 28 anualidades de la cantidad que el Ministerio de Fomento paga por tener encendidas sus farolas en Asturias. De todo ello habla el presidente de una de las asociaciones de automovilistas que más ha protestado contra lo que llama «el gran apagón».

Explíquese.

El 16 de junio de 2010 el Ministerio de Fomento emitió una nota de servicio recortando la iluminación, que continuó con otra en mayo de 2011 y una más en junio de 2012. Este apagón de las farolas ha aumentado en un 30% el riesgo de sufrir accidente, sobre todo en los enlaces. El siniestro se puede producir o no, pero lo que es un hecho perfectamente comprobable es que esta medida, dictada para ahorrar por un lado, incrementa el riesgo.

La medida persigue el ahorro del departamento de la Administración que paga la factura eléctrica, pero dado el volumen de accidentes, al final, ¿no puede provocar costes mayores en el sanitario?

Para aclarar ese asunto hay una directiva comunitaria de gestión de infraestructuras seguras que justo por eso obliga a cuantificar los daños económicos de los accidentes. Si nos fijamos en lo económico, el apagón es aún más absurdo porque producir electricidad por la noche es más barato, y porque lo realmente caro es hacer la instalación del alumbrado, no usarla.

¿Es un problema exclusivo de las vías de titularidad estatal?

En las autonómicas y locales el comportamiento ha sido más variable. Las hay que imitaron el recorte y otros no. En Madrid, por ejemplo, el ayuntamiento asumió parte de la M-40, que el ministerio tenía a oscuras, y puso la luz.

Un aparente contrasentido

¿No hay margen para ahorrar en iluminación?

Es absurdo. La DGT está promoviendo que los conductores vayan con las luces encendidas de día, que es cuando pagas tú, pero por la noche, cuando más falta hace, se apagan porque es a ellos a quien toca pagar.

Los abogados y agentes aseguran que el problema es que cuando el parte llega a juicio, da lo mismo que el accidente fuera en «vías insuficientemente iluminadas», que la culpa es siempre del conductor.

Y en parte es cierto. En todos los accidentes hay un factor humano, porque la conducción es una actividad humana. Sin embargo, no debemos perder de referencia que existen factores concurrentes, que hacen más o menos peligrosa la vía, el riesgo de accidente y sus consecuencias. Esto en Francia lo entienden muy bien. Desde 1999 la Ley de Presupuestos señala que en el 28% de los accidentes el vehículo jugó un gran papel, en el 47% fue la infraestructura y en el 25% restante el factor humano estuvo solo.

¿Cuál es la consecuencia de ese diagnóstico?

Que el presupuesto incluye partidas suficientes para el mantenimiento, porque eso evita accidentes.

Aquí, las sentencias que condenaron a la Administración por los guardarraíles en los que morían los motoristas obligaron a hacer un esfuerzo en la materia.

En el tema de la iluminación nos encontramos con una dificultad por el comportamiento de los seguros. Ir contra la Administración es un proceso engorroso y por eso, en vez de reclamarle por el mal funcionamiento de la vía, el seguro ve más fácil culpar al cliente, y hacerle pagar. La vía es un servicio público, y el particular tiene derecho a indemnización si hubo mal funcionamiento. Lo vemos claro con los peatones: si se parten el brazo al caer por un agujero en la acera paga el ayuntamiento.

Los anuarios de la DGT señalan que en 2013 hubo en España 3.007 accidentes en vías insuficientemente iluminados, y 728 un año más tarde. En Asturias la bajada sería desde los 117 a ninguno en 2013. Cuando preguntamos, nos dijeron que el problema no había desaparecido, que la variación es porque habían cambiado el formulario con el que se recogen los datos.

Lo he visto y no doy crédito a la explicación de la DGT. El nuevo formulario era muy necesario en muchos aspectos, pero la Orden Ministerial que cambió el formato lo hizo obligatorio a partir del 1 de enero de 2015; aplicarlo antes sería ilegal. Creo que la razón es otra.

¿Cuál?

Existe otro epígrafe sobre la iluminación que señala que más que insuficiente, el problema de la vía es que no había. En 2013 el anuario atribuye el 6,1% de los accidentes en vía interurbana a tramos insuficientemente iluminados y un 12,5% a las que no tenían luz. En 2014 los accidentes en vías insuficientes bajaron al 1,2%, pero los sin luz subieron hasta el 15,9%. Entiendo que los agentes, directamente, nos están diciendo que el problema no es que hubiera luz insuficiente, es que no había nada de luz.

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