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Javier Berché, durante su conferencia.
«Estamos perdiendo mucho talento y mentes brillantes»

«Estamos perdiendo mucho talento y mentes brillantes»

Pediatra y neurólogo. Especialista en altas capacidades

O. ESTEBAN

Viernes, 24 de junio 2016, 03:00

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Dice que en Cataluña, comunidad en la que trabaja, debe haber entre 35.000 y 40.000 personas con altas capacidades, pero que solo hay 4.000 identificadas. Eso supone, lamenta, una «pérdida de talento, de mentes brillantes» pero, sobre todo, muchos problemas personales para todas esas personas que sienten que nadie les comprende. El doctor Javier Berché, pediatra y neurólogo, especialista en altas capacidades y superdotación, ofreció ayer en Oviedo una conferencia, organizada por la Fundación Enol.

Se habla mucho de estas cuestiones ahora.

Por suerte. Había estado silenciado.

¿Qué diferencia hay entre altas capacidades y superdotación?

Las altas capacidades se refieren a áreas muy concretas, cuando la persona tiene uno o dos talentos. El superdotado es el que tiene todas las áreas muy superiores.

¿Qué es lo primero que los padres pueden notar en un niño con altas capacidades?

Lo que más llama la atención es el vocabulario, cuando desde pequeños hablan como un adulto. Tienen mucha curiosidad por aprender, hacen preguntas constantemente, dudas por ejemplo de una profundidad que no es propia para un niño de dos años. Después hay cosas no tan frecuentes, como que aprendan a leer y escribir por si mismos a edades tempranas. Ya en Primaria, que tengan un curriculum excepcional.

¿Qué porcentaje de la población calcula que lo es?

Yo creo que un 1,5%.

Se pierde mucho talento.

Mucho talento, mentes brillantes. Pero, sobre todo, hay problemas personales y emocionales.

¿Se confunde el diagnóstico con otras cosas?

Constantemente. Con hiperactividad, con el síndrome de Asperger... ¿Cómo no van a tener déficit de atención si se aburren en clase?

¿Qué debe hacer una familia que nota que su hijo pueda tener altas capacidades?

Llevarlo a un centro especializado, aunque antes de los cinco o seis años no se puede hacer una identificación segura. A partir de ahí ya se puede ver una precocidad intelectual y hacer pruebas específicas para medir la inteligencia, la creatividad y el desarrollo emocional.

¿Si no reciben apoyo, pueden presentar problemas?

Sí, por la asincronía. Tienen diez años pero un talento para las matemáticas de 16, por ejemplo, y una edad emocional de 8. A los 15 años ven que están en una sociedad que nos les comprende.

¿Qué necesitan?

Apoyo emocional y programas educativos, lo que es un problema porque no hay profesores formados. Nosotros buscamos su felicidad, donde ellos consideren que esté.

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