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ELENA RODRÍGUEZ
Miércoles, 6 de julio 2016, 02:23
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«Perversa». Así definió el consejero de Educación asturiano, Genaro Alonso, la prueba final de Bachillerato, la conocida 'reválida', el pasado 13 de junio. Lo hizo ante el ministro en funciones del ramo, Íñigo Méndez de Vigo, en la Conferencia Sectorial, y los homólogos de las comunidades socialistas fueron de la misma opinión. Porque no consideraban justo que un alumno que tuviera todas las materias aprobadas y suspendiera ese examen se 'jugara' el título de Bachillerato. Según indicó el Gobierno en funciones hasta la fecha, aprobar esa prueba final era obligatorio para titularse. De hecho, el peso de la 'reválida' era de un 40% sobre la nota final. Sin embargo, ayer, el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Segundo Piriz, avanzó que no será obligatoria para ser titulado en Bachillerato. «Por la información de que dispongo, quienes terminen la etapa se titularán».
El anuncio lo hizo en la reunión que tuvo el G9 en Oviedo; esto es, las nueve universidades públicas que son las únicas en sus respectivas comunidades autónomas (Asturias, Cantabria, Castilla La Mancha, Extremadura, Baleares, La Rioja, País Vasco, Zaragoza y la Universidad Pública de Navarra). Piriz es el rector de la extremeña y el motivo del encuentro era el traspaso de la presidencia del G9 a la institución académica asturiana, que la asumirá en este segundo semestre del año. El nuevo rector, Santiago García Granda, ya había dicho que uno de los asuntos tratados en la reunión previa había sido la Prueba de Acceso a la Universidad, pues el modelo actual desaparecerá en 2017.
«El mensaje ahora es más tranquilizador», afirmó. Y, como añadió Piriz después, el Gobierno central ha decidido adaptar la reválida de Bachillerato para que sirva como examen de entrada a la educación superior y sea «lo más parecida posible» a la actual PAU. «Lo que le habíamos pedido en marzo es que prorrogara la actual PAU, pero nos dijo que, al estar el Ejecutivo en funciones, no lo podía hacer por ser la prueba final de Bachillerato parte orgánica de la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa)».
Derogar la tasa de reposición
Dada la incertidumbre que se cernía sobre más de 300.000 estudiantes de primero de Bachillerato, que no sabían a que tipo de examen se tendrían que enfrentar el año que viene (algo que condicionaba también las asignaturas elegidas), los rectores urgieron una solución. El ministerio propuso a la CRUE una comisión mixta y el resultado es esa adaptación de la reválida para que sea muy similar a la PAU. En este caso, el Ejecutivo, aunque esté en funciones, sí lo puede hacer. «En nuestra opinión, es la solución menos mala, porque no se rompe el distrito único universitario y los estudiantes van a ver reconocida su calificación en todas las comunidades». Será el ministerio el que fije unas características generales y, después, las comunidades autónomas diseñarán los cuestionarios que consideren oportunos. La idea está en fase de información del Consejo de Estado y se espera que pronto vea la luz en el BOE.
La primera reunión de la Universidad asturiana como presidenta del G9 también sirvió para tratar otros asuntos, como la petición de que se derogue la tasa de reposición (los límites para cubrir las jubilaciones). «Somos conscientes de las dificultades económicas, de la austeridad como institución pública, pero queremos tener capacidad para diseñar la plantilla a con el fin de que no haya impedimentos al relevo generacional y los jóvenes investigadores puedan planificar una carrera docente en condiciones adecuadas», dijo Granda.
Mantener una postura común en la duración de los grados y los másteres y pedir una mejor planificación estatal en la internacionalización son otros de los objetivos anunciados en un día en la que se entregaron los Premios de Investigación en Estudios de Género del G9. Recayeron en Mónica Ramos (Autónoma de Madrid) por su tesis sobre mujeres mayores; María Zapata (País Vasco), por su trabajo fin de máster sobre la depresión y los procesos de recuperación; y Ariadna Soteras (Pública de Navarra) por su trabajo fin de grado 'Impacto de la cultura visual sobre la construcción del género».
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