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El rector, Santiago García, saluda a Juan Velarde (izda), presidente de los cursos de La Granda.
El rector teme que el Principado solo dé dos de los seis millones extra que pide

El rector teme que el Principado solo dé dos de los seis millones extra que pide

Solicita alianzas con instituciones académicas vecinas para captar más recursos y extenderá las escuelas de doctorado para atraer a extranjeros

ELENA RODRÍGUEZ

Martes, 26 de julio 2016, 02:31

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Hace dos semanas, el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, desvelaba qué cantidad sería la idónea para cerrar el contrato-programa; esto es, la financiación extra, al margen del presupuesto, que el Principado aportaría a la institución académica en función de los objetivos logrados. Decía que aspiraba a seis millones anuales y ayer, poco antes de impartir la conferencia de apertura de los cursos de La Granda, señaló que los contactos con la directora general de Universidades, Cristina Valdés, continúan, y que «hay buena voluntad, y compromiso de gobierno con IU, de llevarlo a cabo». Sin embargo, reconoció, «va a ser muy difícil lograr una mejora sustancial de la financiación. Seguramente va a ser menos de los seis millones a los que aspiraba». Teme que ese montante «sea de unos dos millones anuales, aunque no está todavía discutido».

Las negociaciones proseguirán, con carácter oficial, en septiembre y el rector confía en que el contrato-programa pueda estar cerrado en el último trimestre. Eso sí, las líneas de esta financiación por objetivos ya están trazadas y consisten en «mejorar los parámetros de investigación, pero también de docencia, con una mayor internacionalización y bilingüismo, y una renovación de la plantilla, que pasa por incorporar a jóvenes profesores que rebajen la media de edad».

Para García Granda, este contrato-programa «es vital» dentro de la estrategia de futuro de la Universidad. Lo señaló ayer en su ponencia, en la que desgranó los aciertos, pero también las debilidades detectadas después de que la Universidad lograra el sello de excelencia en 2009 y que renovó en 2014. Según la comisión evaluadora, la mejora de los planes de bilingüismo ha sido significativa, pues ahora hay 117 asignaturas de postgrado que se imparten en inglés y 199 profesores acreditados, «por lo que estamos en mejor situación para captar alumnos extranjeros». También destacó la coordinación de tres programas Erasmus Mundus, que han supuesto 8,3 millones de euros adicionales, la formación de postrados en empresas, que ha pasado de 153 a 827 en tres años, y el aumento de las publicaciones científicas, entre otros éxitos, como los dobles grados.

Pero aun valorando todo lo logrado en el Campus de Excelencia (una estrategia, dijo, «cuyo gran defecto era que no había financiación plurianual; recibimos casi 16 millones en ocho años, una cantidad muy modesta en comparación con los cientos de millones de las universidades francesas»), apuntó las debilidades que todavía presenta la institución académica.

Universidad de verano

La necesidad de incrementar el número de estudiantes de doctorado e investigadores internacionales la situó en primer lugar. Para ello, propuso crear escuelas de doctorado en las distintas infraestructuras de las que dispone la Universidad. Vienen a ser institutos de investigación centrados en una línea de trabajo y agrupa a profesores y estudiantes que hacen tesis doctorales en ese campo. La de Mieres sobre Ciencias Ambientales y Recuperación de Espacios Industriales es una, pero puede haber más.

Otro objetivo es «ser más efectivos en la obtención de financiación». Para ello, propuso asociarse con universidades vecinas, como las de Cantabria, León y Cantabria, para participar en proyectos conjuntos. «Los que aprovechen este potencial serán quienes sobrevivan». Y aludió también a la necesidad de reforzar la integración con las empresas, para lo que se ha puesto en marcha «una ventanilla única en la Universidad», cuyo fin es que ningún proyecto de una compañía quede estancado por no haber respuesta de la Universidad.

Para el rector, la estrategia del Campus de Excelencia hay que seguirla, pero no dentro de dicho campus, sino adaptándola a la universidad. «Hay que especializarse en líneas de futuro que nos convengan». Así, habló de planificar los recursos humanos, de adaptar titulaciones a las estrategias regionales, como en Suiza, y de ofrecer formación a lo largo de toda la vida; de integrar los I+D+i del Principado en un proyecto común y distribuir los recursos, escasos, en proyectos de interés común, y de trabajar en planes multidisciplinares para facilitar la captación de financiación. Todo esto lo señaló en un día en el que se mostró abierto a desarrollar una Universidad de verano en La Granda. Este año imparte 18 cursos estivales.

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