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Alejandro Braña (izquierda), presidente del Colegio de Médicos de Asturias y Juan José Rodríguez Sendín, máximo responsable de la Organización Médica Colegial (OMC).
Los médicos advierten  de que «las listas de espera  no se acaban con decretos»

Los médicos advierten de que «las listas de espera no se acaban con decretos»

El colegio de facultativos pide tomar ejemplo del Reino Unido e implantar una figura que proteja a quienes denuncian deficiencias del sistema

ELENA RODRÍGUEZ

Sábado, 30 de julio 2016, 01:57

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«Las listas de espera no se resuelven ni engañando, ni disimulándolas ni cambiándoles el nombre, que es lo que se está haciendo. Se solucionan con más actividad y más profesionales. No es un problema burocrático y no se resuelven por decreto». Éste fue el contundente mensaje que lanzó ayer el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín, de visita estos días en Asturias. El facultativo -cabeza de la organización que representa a los 52 colegios de médicos de toda España- radiografió el sistema sanitario español junto con el presidente del colegio de Asturias, Alejandro Braña. Y ambos coincidieron en que la «situación es crítica y requiere tomar decisiones consensuadas entre todos los agentes implicados, incluidos los médicos, porque éste es el caso de un proceso terminal y exige cambios drásticos».

Rodríguez Sendín detalló que, en cinco años, desde el inicio de la crisis hasta los últimos datos cerrados, de 2014, «el recorte en gasto sanitario ha sido de 10.000 millones de euros, lo que supone haber pasado del 6,9% al 5,9% del total de la partida. Pero es que, además, «la previsión de España es seguir reduciendo hasta llegar en 2017 al 5,3%, lo que implicaría 6.000 millones menos». A esta disminución de los recursos se suma, añadió, el incremento en un 30% de la factura farmacéutica. «¿Y quiénes son los sacrificados? Los pacientes, que soportan las listas de espera, además de las sustituciones de personal y la falta de reposición de aquellos que se jubilan». Toda esta situación ha provocado «un aumento extraordinario de las demoras, con retrasos en los diagnósticos, cuando se trata de algo crucial especialmente en pacientes con cáncer».

Por eso, tras destacar que «las listas de espera corresponden, por ley, a la Administración y no a los facultativos», el presidente del Colegio de Médicos de Asturias tildó de «inadmisible que se quiera matar al mensajero por algo que no interesa que se revele». Lo decía por la investigación abierta por el Sespa para comprobar la veracidad de los hechos denunciados por el médico adjunto del servicio de Digestivo del Hospital de Cabueñes de Gijón, Cristóbal de la Coba, quien señaló que existen «técnicas de maquillaje» en las listas de espera. «Este compañero ha actuado de forma ética y merece el aplauso y el respeto del colegio», apuntó Braña.

Rodríguez Sendín comentó que este caso no es único en España, sino que también ha ocurrido en otras comunidades donde los profesionales que denuncian las condiciones precarias del sistema son penalizados, amenazados o apartados de su servicio. En este sentido, invitó a «tomar ejemplo del Reino Unido y crear una figura, nombrada por el Gobierno, que protege específicamente a los profesionales que ponen de manifiesto situaciones extremas en las que no se puede hacer buena medicina».

Con respecto a la Oferta Pública de Empleo (OPE) en el sector sanitario asturiano, con 522 plazas de turno libre, Braña se sirvió de una metáfora para aludir a la insuficiente propuesta. «Es como si a un náufrago que está sediento y no ha podido beber agua en cuatro días, le das un vasín. Pues le aliviará, pero poco». «Los cambios que se requieren para tener un personal adecuado han de ser más profundos, más intensos, más de verdad. Y la OPE debería ser una rutina, porque cada año hay médicos que cesan». Otras de las propuestas para revertir la situación -indicó Sendín- es «ser capaces de crecer en el Producto Interior Bruto (PIB), controlar el gasto farmacéutico -porque al igual que en Europa hemos sido incapaces de frenar el precio de las nuevas moléculas (en el caso de los fármacos como los de la hepatitis C nos ha puesto contra la pared, con 1.500 millones de deuda pública)- y moderar también nosotros nuestro nivel de prescripción. Pero para esto no se puede seguir atendiendo a 60 pacientes diarios por consulta».

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