Ponen a la venta 14.510 muebles y equipos del viejo HUCA por valor de 37.000 euros

Desde un exprimidor hasta un acelerador nuclear. El viejo Hospital Central de Asturias vende sus muebles. Bueno, sus muebles y también muchos de los que durante más de medio siglo fueron sus equipos y materiales de uso, varios de ellos ya obsoletos. El vetusto complejo, en desuso desde junio de 2014 cuando abrió su 'alter ego' de La Cadellada, subastará 14.510 piezas, entre las que no solo figuran camas (en concreto, 1.010) con sus respectivas mesillas de noche y bandejas de comida, sino una ingente cantidad de butacas, sillones de descanso, sofás, palos de gotero y sillas de ruedas. El pliego de condiciones del Servicio de Salud del Principado (Sespa), que se extiende a lo largo de 296 páginas, da una idea de cómo se componen, o se componían, las tripas del antiguo HUCA. Un macrohospital donde el elemento que más se repetía no eran las camas articuladas sino las sillas, que casi duplican en número a catres que serían la delicia para cualquier serie televisiva o película de evocación 'vintage'.

Los 14.510 muebles y aparatos serán puestos a subasta pública por el Principado por un coste conjunto de 36.911 euros, un precio que para nada se corresponde con el valor real de lo que se pretende vender. La intención de la Consejería de Sanidad es vaciar por completo el antiguo hospital que fue amo y señor del barrio de El Cristo entre los años 60 del pasado siglo y el 14 de junio de 2014, cuando abrió las puertas el nuevo HUCA. Su figura desconchada y desgastada se asemeja ahora a la de una ciudad fantasma, de ahí la urgencia de Sanidad por iniciar vaciar su interior.

Seis son los lotes diseñados: uno por cada uno de los principales edificios. El más voluminoso es el que corresponde al Hospital Covadonga, con 5.159 enseres y equipos listos para su venta a un precio global de 13.108 euros. Le sigue luego su más directo competidor, el que fuera durante décadas hospital de la Diputación, el General, con 3.441 piezas y 8.747 euros de precio de salida. Rehabilitación venderá 1.507 antigüedades y lo hará por bastante menos dinero: 3.819 euros. Silicosis, otro centro histórico, subastará 1.880 bienes por 4.760 euros; el Materno hará lo propio con otros 1.280 elementos por los que pedirá 3.328 euros y, finalmente, Consultas Externas, presentará el pliego más barato: 3.146 euros para 1.243 bienes.

La presentación de ofertas a esta subasta pública, a la que se puede optar en bloque o por lotes, se abrió el 26 de julio. El plazo termina el 17 de agosto. El proceso de enajenación se inicia después de que muchos de los antiguos equipos de electromedicina y muebles con posibilidad de uso fueran llevados a otros centros (algunos acabaron en el nuevo HUCA) y consejerías, sobre todo de las áreas de Servicios Sociales y Educación. Según indicó la Consejería de Sanidad, los materiales que no sean 'vendidos' y que resulten sobrantes «serán puestos a disposición de ONG».

El caso es que la decisión de vender los viejos enseres del antiguo hospital muestra también otra cara de la Administración regional. En otros tiempos, sin crisis y recesión, muchos de estos equipamientos hubieran sido destinados a hospitales y centros sanitarios de países en vías de desarrollo. Sin embargo, el Principado ha preferido intentar rentabilizar en algo la mudanza. Aunque no será mucho el dinero recaudado, Sanidad se ahorrará tener que pagar por retirar los viejos equipos.

Inventario de 1992

Entre los 14.510 elementos a subastar, llama la atención la presencia de enseres de bajísimo coste, como puede ser un exprimidor o un taladro, frente a tres aceleradores lineales de radioterapia oncológica cuyo coste original por unidad superó los dos millones de euros, o una sala completa de radiología y otra de angiología digital. Haciendo un promedio, cada uno de los equipos y muebles en venta vendrían a salir por 2,5 euros. Da igual que sea una simple silla o un acelerador lineal de oncología, uno de los cuales se preveía trasladar, por cierto, al nuevo hospital.

Muchos de los elementos que figuran en el pliego de condiciones llevan la misma data: 31 de diciembre de 1992. No se trata de la fecha de adquisición, ya que el viejo HUCA empezó a funcionar entre los años sesenta y setenta del pasado siglo, sino de la fecha de un 'macro inventario' que ordenó en su día el extinto Insalud. Ese proceso permitió registrar, al menos en parte, muchos de los aparatos y muebles que estaban repartidos por el viejo hospital y de los que no se tenían constancia oficial en los papeles. Entre las reliquias hay un cardiostato de 1972, la pieza más vieja de las casi 15.000 inventariadas, o un proyector de diapositivas de 1982. También un aparato de broncoscopia de 1984 y un microscopio del 89. El listado de piezas a subastar da cuenta de mesas quirúrgicas, camillas, flexos, asientos de escay negro, ventiladores, faxes, fregaderos... Por haber, hay hasta una escalera de mano o una sierra de huesos.

Pocas cosas escaparán a la venta: veinte bancos de la antigua capilla, un telar ocupacional, un hilo musical, cuatro bañeras y hasta las habitaciones que en su día emplearon los sacerdotes que residían en el complejo. También un paragüero, un biombo y el corcho de un tablón de anuncios. Por vender, que no quede.