Borrar
Radar en el acceso a Gijón que cazó en una misma semana a dos turismos por encima de los 180 kilómetros por hora.
Las víctimas instan a retirar el carné a quien rebase los 160 kilómetros por hora

Las víctimas instan a retirar el carné a quien rebase los 160 kilómetros por hora

El 85% de los conductores cazados en Asturias por encima de los 180 saldaron la imprudencia con una multa y seis puntos

RAMÓN MUÑIZ

Martes, 30 de agosto 2016, 02:33

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En los últimos tres años los radares de la Dirección General de Tráfico (DGT) fotografiaron a 97 conductores circulando en Asturias a más de 180 kilómetros por hora. Son los grandes temerarios, infractores que, en caso de sorpresa, dejarían sobre el asfalto una marca de sus neumáticos tan larga como tres campos de fútbol antes de detenerse. Según los registros recabados por 'El Confidencial' y a los que tuvo acceso este periódico, Tráfico les impuso una sanción global de 51.800 euros, de los que, entre el pronto pago y la morosidad, recaudó el 37,1%, esto es, 19.250 euros.

El mayor desprecio a la norma lo protagonizó una furgoneta a 251 kilómetros en la autovía del Cantábrico (A-8), a la altura del viaducto de Somonte. Hay casos singulares. El radar en la entrada de Gijón desde la 'Y', por ejemplo, sorprendió en una semana a dos turismos tratando de internarse en la ciudad a 187 y 183 kilómetros por hora. El análisis horario demuestra que la hora punta de los 'superexcesos' está a las once de la mañana y a las cinco de la tarde, aunque el infractor tiene también hábitos nocturnos. El 30% de estas sanciones se pusieron entre las ocho de la tarde y las siete de la mañana, a pesar de ser una franja que registra el 25,6% del tráfico diario.

El balance es «escandaloso», coinciden las asociaciones de víctimas. «La velocidad mata, es así de sencillo», clama Jeanne Picard, de Stop Accidentes. Su indignación se incrementa al recordar que, con el Código Penal en la mano, solo una mínima parte de estos excesos fue tratado como delito contra la seguridad vial, merecedor de la retirada automática del permiso de conducir durante entre uno y cuatro años.

«Antes de 2007 eran condenados en los juzgados de lo Penal únicamente los excesos en los que se acreditara que habías puesto en peligro la vida de otros», admite Alberto Suárez, abogado especialista en materia de tráfico. La situación provocó un caso extremo. Constantino G., un asturiano que fue condenado a dos años sin carné tras ser sorprendido a 260 kilómetros por hora en la autovía León-Burgos, logró que la Audiencia Provincial le absolviera. Entre los argumentos a su favor, el hecho de que condujera un buen coche, en una recta, sin que la fiscalía pudiera demostrar que pusiera en peligro la vida de nadie.

«Con la reforma actual, sin embargo, habría sido condenado», matiza Suárez. El actual Código Penal considera delictivo superar en ochenta kilómetros por hora el límite permitido en vías interurbanas, y en sesenta dentro de poblado. Es decir, ir a 195 por la autovía del Cantábrico se liquidaría con una multa de 600 euros y seis puntos de carnet menos; si el infractor tiene saldo de puntos suficientes, seguiría conduciendo al día siguiente.

«Nunca es un despiste»

«La ley actual fue un paso adelante, y ya al menos reconoce que hay un límite a partir del cual cometes un delito sin necesidad de acreditar que ponías en riesgo la vida de terceras personas», reconoce Picard. «Sin embargo, su generosidad con los infractores provoca situaciones de auténtica barbaridad», lamenta.

«Estamos totalmente disconformes con el límite actual; ir a 195 nunca es un despiste», clama Gemma Rodríguez, de la Fundación Avata de ayuda a las víctimas de tráfico. «Quien tiene un coche que alcanza esa velocidad, tiene también dinero para la multa actual», considera.

Ambos colectivos urgen a situar en los 160 kilómetros por hora el punto a partir del cual la imprudencia lleve a la pérdida inmediata del carné. «Es un límite que ya es generoso», matiza Rodríguez. «En 2007 intentamos ponerlo ahí, pero la presión de la industria, que vende mucha potencia inútil en los coches, logró influir demasiado en el Congreso», recuerdan en Stop Accidentes.

Lo cierto es que la actual legislación facilita que los 'superinfractores' sean vistos como un problema relativo. «Los delitos de conducción por exceso de velocidad punible no suponen una figura destacable en nuestras carreteras», señala la fiscal especial de Tráfico, Adoración Peñín, en su última memoria. De los 97 cazados en Asturias por encima de los 180 kilómetros por hora, el 85% pagaron la imprudencia con multa y pérdida de seis puntos, mientras el 15% restante se vio envuelto en una causa penal. A la mayoría los abogados les convencieron para superar el trago con una sentencia de conformidad que minimizó la condena.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios