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Un estudio revela que dejar de fumar mejora el estado de las personas depresivas

La Unidad Clínica de Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo aplica una terapia que logra que el 52% de los fumadores deje el tabaco

L. M.

Martes, 20 de septiembre 2016, 02:17

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El trabajo de varios psicólogos de la Universidad de Oviedo desmonta mitos sobre el consumo del tabaco y la depresión. A pesar de la creencia popular de que el paciente depresivo o con diagnóstico psiquiátrico no puede perseguir la abstinencia total como objetivo terapéutico, este grupo de profesionales concluye que existen evidencias de lo contrario. Es decir, que la abstinencia del tabaco mejora de hecho el estado de ánimo de las personas depresivas.

Los resultados obtenidos hasta ahora por la Unidad Clínica de Conductas Adictivas -dependiente de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo- revelan que más de la mitad de los pacientes fumadores con depresión o síntomas de depresión consiguen dejar el tabaco tras seguir una terapia psicológica específica. Esta unidad desarrolla un proyecto de investigación para dar soluciones a uno de los trastornos de salud mental de mayor prevalencia en España: la concurrencia del consumo de tabaco y la depresión.

Tras tratar a 59 pacientes con sintomatología depresiva grave, los primeros resultados revelan que la tasa de abstinencia del tabaco se eleva hasta el 71,2% al acabar la terapia, se sitúa en el 61,2% un mes después y supera el 52,9% a los dos meses. Los psicólogos de la Unidad Clínica de Conductas Adictivas subrayan que estas tasas son significativamente superiores a las reportadas en el contexto internacional con muestras similares.

En nuestro país, la depresión afecta a entre el 5% y el 12% de la población adulta, es decir, a entre dos y cuatro millones de personas. Este trastorno psicológico se caracteriza por la presencia continua de un estado de ánimo depresivo o humor triste y la pérdida de interés o placer por actividades de la vida diaria que anteriormente resultaban gratificantes.

La evidencia científica, clínica y asistencial constata cada vez con más frecuencia la presencia de depresión entre las personas que demandan tratamientos para dejar de fumar. Se estima, de hecho, que las personas con síntomas depresivos tienen el doble de probabilidades de ser fumadoras que aquellas que no los padecen y que aproximadamente el 30% de los fumadores sufre síntomas depresivos en el momento en el que dejan el tabaco.

Más casos en mujeres

El perfil de los pacientes que demandan tratamiento para dejar de fumar y que presentan depresión se caracteriza por un consumo más alto de cigarrillos que la población general, una mayor dependencia de la nicotina y más síntomas de abstinencia durante el proceso de cesación tabáquica. La experiencia de la Unidad Clínica de Conductas Adictivas recoge que, hasta el momento, es mayor el porcentaje de mujeres que de hombres entre los participantes de su programa. Este hecho no es sorprendente ya que la relación entre tabaquismo y depresión es más frecuente en las mujeres.

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