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Edificio de la calle de Rosalía de Castro, donde fue detenido.
Ingresa en prisión el yihadista detenido en Gijón

Ingresa en prisión el yihadista detenido en Gijón

Abdellah Ouelji fue trasladado a la Comisaría General de Madrid, donde se negó a declarar

OLAYA SUÁREZ

Jueves, 13 de octubre 2016, 06:55

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La Brigada de Información Local de la Comisaría de la Policía Nacional de Gijón controlaba desde hace unos dos años a Abdellah Ouelji Lafsahi, el supuesto yihadista detenido el martes en El Natahoyo. La presunta radicalización que había experimentado en los últimos tiempos -a raíz de un viaje de cuatro meses a Marruecos durante el verano de 2014- había obligado a extremar la vigilancia en torno al individuo, nacido en el Magreb pero que desde hacía 20 años residía en Gijón, primero junto a sus padres y a sus cuatro hermanos, y en los últimos tiempos con su mujer y sus hijos de 5 y 7 años en un piso de la calle Venezuela, en La Calzada.

El presunto integrante del Daesh, que según los investigadores se disponía a viajar al Califato, fue trasladado ayer a la Comisaría General de Información de Madrid y hoy ha ingresado en prisión. Se negó a declarar ante los policías y se espera que hoy haga lo mismo cuando pase a disposición del juzgado de instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, encargado de dirigir las investigaciones que fructificaron con el arresto del vecino de Gijón y de otro supuesto yihadista, el mismo día y a la misma hora, en San Sebastián. Los dos están acusados de formar parte del entramado propagandístico y de captación del Daesh. «Son una pieza clave», ha asegurado el ministro de Interior, Jorge Díaz.

El control policial en torno a Abdellah Ouelji se intensificó hace dos años, después de que él mismo divulgase a través de las redes sociales su jura de lealtad al Califato y al Califa Abu Baker Al Bagdadi. Además, públicamente solicitaba a todos sus seguidores que se unieran a este juramento.

Por esas mismas fechas, el cambio en el aspecto físico y la forma de actuar del ciudadano marroquí de 34 años nacionalizado español comenzaba a ser evidente. Dejaba de vestir con pantalones vaqueros y camisetas para salir siempre a la calle vestido de negro riguroso y ataviado con una gorra. Además, se dejó una espesa barba.

Cuentan sus allegados que ya no alternaba por el barrio e incluso dejó de ir a buscar a los niños al colegio de La Calzada en el que estudian y de llevarlos a las actividades extraescolares. Es su esposa, Sofia, más joven que él y también marroquí, la que se encarga del cuidado de los dos pequeños. La familia vive con los ingresos de más de mil euros de una pensión por invalidez que percibe Abdellah Ouelji después de que hace catorce años a punto estuviera de perder la vida en un accidente laboral. Se precipitó desde un andamio en una obra en Oviedo, desde una altura de un quinto piso, y sufrió importantes lesiones que le obligaron a permanecer en la UVI del Hospital Central de Asturias durante 22 días.

Al cuidado de sus padres

Hace aproximadamente un año se trasladó a vivir con su mujer e hijos a casa de sus padres, en la calle Rosalía de Castro, debido al delicado estado de salud de su madre. Es en la otra vivienda, en la calle Venezuela, donde presuntamente había creado una importante y organizada red de difusión virtual y donde estableció dispositivos de comunicación que contaban con unas férreas medidas de seguridad, «destinadas a que su actividad terrorista pasara inadvertida e imposibilitara su detección policial», señaló la Policía. Entre esas medidas adoptadas, tal y como informaron desde el Ministerio de Interior, se encontraba la disposición de medios de comunicación no convencionales, como la utilización de teléfonos virtuales -servicios de telefonía que se ofrecen en la red y que permiten enviar mensajes con total anonimato-, que eran empleados para intercambiar información de forma segura con miembros y dirigentes de Daesh.

De los dos registros domiciliarios que se practicaron en los pisos, los agentes salieron con abundante material en cajas de cartón, entre lo que se encontraban ordenadores de mesa, portátiles y teléfonos móviles. Todas esas pruebas serán analizadas por los expertos policiales en el marco de la operación dirigida desde la Audiencia Nacional, que se encarga de los asuntos relacionados con el terrorismo islámico.

Trastornos mentales

La familia de Abdellah Ouelji contactó pocas horas después de la detención con un conocido abogado penalista gijonés para que lo asista durante el procedimiento judicial que ahora arranca en Madrid. El caso se encuentra en la actualidad bajo secreto de sumario a la espera de que concluyan las investigaciones. Ese sería uno de los motivos principales por el que el arrestado habría sido aconsejado para no declarar ni ante el juez, a la espera de que se levante el secreto y se conozcan las pruebas y los cargos que pesan sobre él.

Según ha podido saber este periódico, los padres y los hermanos del arrestados se encuentran «hundidos». El padre de Abdellah lleva unos 30 años residiendo en Gijón y «nunca jamás ha dado problema alguno. Es una persona muy trabajadora que a base de esfuerzo ha conseguido que sus hijos tengan una vida buena». El progenitor fue el primero en instalarse en Gijón. Trabajó durante muchos años como vendedor ambulante y contaba con un puesto en el rastro dominical. Hace veinte años consiguió traer a Asturias a su esposa y sus hijos. «No merecen esto, son gente estupenda que nunca ha dado que hablar», comentan algunos vecinos.

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