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Documento que ofrecen las asociaciones de padres a las familias.
«En la escuela falta una asignatura: tiempo libre»

«En la escuela falta una asignatura: tiempo libre»

Las AMPAS piden por carta a los centros que no pongan tareas. Alegan que «el método es arcaico, así como su derecho a la vida familiar, sin intromisiones»

ELENA RODRÍGUEZ

Miércoles, 2 de noviembre 2016, 07:00

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Este fin de semana hay convocada una huelga contra los deberes escolares. La iniciativa parte de la Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), de la red pública, a la que pertenece, en Asturias, la FAPA Miguel Virgós. AMPAS y familias ya han recibido un modelo de escrito para pedir a los directores de los centros que durante los sábados y domingos de este mes no pongan tarea extra a los alumnos. Alegan el derecho que asiste a los estudiantes a «esparcir, jugar y participar en las actividades artísticas y culturales» y a sus progenitores a «tomar las decisiones que consideren oportunas en el ámbito familiar, de carácter privado, sin que la escuela pueda invadirlas». Para los padres, «la educación es mucho más que el currículo escolar. No es suficiente con enseñarles conocimientos y ayudarles a superar exámenes, debemos educarles, transmitirles valores y todo ello no es posible si no podemos pasar tiempo con ellos».

Quieren recuperar ese espacio, pero es que, además, no comparten el sistema actual, que lo tildan de «arcaico, con lecciones magistrales, memorización exprés y libros de texto cargados de ejercicios que los niños llevan a casa para continuar allí una jornada que ya fue agotadora por la mañana». «Seguimos con métodos tradicionales y obsoletos propios del siglo XIX. Ni siquiera tenemos que hablar de nuevas metodologías que, la mayoría de las veces, se utiliza con reticencia por parte del claustro». La FAPA Miguel Virgós que preside Elena González y que agrupa a 300 AMPAS reconoce que «los currículos son muy extensos, pero también, dentro del mismo marco jurídico, se pueden hacer cosas distintas».

Fiel defensora de abrir un debate sobre los tiempos escolares, se basa en informes internacionales, de la OCDE y de la OMS, para justificar que dedicar más tiempo diario a las tareas escolares no es precisamente positivo, sino no todo lo contrario. Precisamente, ésta (que no favorece el éxito escolar) es una de las nueve razones que dan los padres para oponerse a los deberes e iniciar esta campaña de concienciación. El derecho a una educación integral (poder esparcir y jugar), a la salud («los deberes, según la OMS, provocan que nuestro alumnado sufra uno de los mayores nivel de estrés de Europa») y la equidad («no todas las familias saben y pueden» ayudarles) son otros de los motivos, en los que también se hace referencia a ese «currículo sobrecargado», «las elevadas ratios y a cómo los deberes empobrecen el papel docente, pues los convierten en meros preparadores para superar exámenes».

Antes del mes de noviembre y, si es preciso, durante toda la campaña, la FAPA Miguel Virgós ha propuesto a las AMPAS reuniones con los padres para explicarles la iniciativa, así como la comunicación de ésta a las direcciones de los centros y al claustro.

Resueltos el viernes

El colectivo de padres -que, en principio, espera el apoyo docente (aunque Suatea ya ha manifestado su rechazo por entender que se «cuestiona la profesionalidad del profesorado y el debate requiere un debate sereno y amplio)- plantea que «si hay algún docente concreto que se niega, intentad hablar con él y trasladarle personalmente vuestra petición. En el caso de que mantenga su decisión, procurad llegar a un acuerdo para que sean menos , de forma que queden resueltos en la tarde del viernes y quede preservado el fin de semana».

De no alcanzar un consenso, se propone hablar con el tutor para llegar al mismo acuerdo y si tampoco fuera posible, quedaría desistir en el intento (algo que la FAPA Miguel Virgós no aconseja, porque «se renunciaría a defender los derechos de nuestros hijos y los nuestros) o priorizar las actividades familiares por encima de los deberes durante los fines de semana de noviembre.

En este segundo supuesto, abogan por abrir un diálogo con los hijos en los que «nunca se culpabilice al docente, y se les explique que el fin de semana no permite atender todas las necesidades». Si ellos optan por hacer las tareas, «atended su petición, porque no haber obtenido una buena respuesta desde el centro no justifica que desatendáis las necesidades de vuestros hijos», aunque recomienda que poco a poco, fin de semana a fin de semana, «el tiempo dedicado a los deberes vaya disminuyendo en función del dedicado a la familia». Otro de los consejos es que cada lunes entreguen una nota en el colegio explicando los motivos por los que los deberes han quedado sin hacer, en todo o en parte. «Siempre que sea posible, hacedlo directamente en el centro en lugar de a través de los hijos». En cuanto al cuestionamiento de la autoridad docente, cree que «si se siguen las recomendaciones, nadie tiene que quedar deslegitimado y subraya que, en cualquier caso, la campaña no debe utilizarse para enfrentamientos entre familias y docentes». Finalizado el mes, se realizará un análisis y se extraerán conclusiones para futuras actuaciones. Considera que «dejando los fines de semana libres de deberes, los niños volverán realmente más descansados y más motivados para retomar la actividad lectiva».

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