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En el centro, Marcos Fernández, nieto de la fallecida, habla con dos conocidos en el tanatorio de Gijón.
Muere una vecina de Argüero atrapada por la persiana de una furgoneta de venta ambulante

Muere una vecina de Argüero atrapada por la persiana de una furgoneta de venta ambulante

El hijo y el nieto de Gelasia García, de 86 años, consiguieron liberarla, pero la mujer falleció horas después en el Hospital de Cabueñes

A. G.-O.

Sábado, 10 de diciembre 2016, 02:13

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Una imagen que nunca olvidará. Marcos Fernández vivió el jueves la peor experiencia de su vida. Fue testigo involuntario de cómo su abuela, Gelasia García, quedaba atrapada por la persiana lateral de una furgoneta de venta ambulante frente a su casa de Argüero, en Villaviciosa. Un fallo hidráulico podría ser la causa de que la tapa cerrase de golpe, dejando acorralada a la mujer, de 86 años. Tanto Fernández como su padre -que los acompañaba en ese momento- y el vendedor intentaron por todos los medios liberarla. Tras mucho esfuerzo, lo consiguieron. La mujer fue trasladada de inmediato al Hospital de Cabueñes, donde falleció debido a la gravedad de las heridas.

Gelasia García era cliente habitual de la empresa Alimentaria Sariego, que desde hace años acude a Argüero a vender pescado congelado a los vecinos. «Era algo que siempre hacía. Lo esperaba durante toda la semana», recordaba ayer su nieto. Él no solía acompañarla, puesto que trabaja de camionero. Pero la casualidad quiso que esa tarde, jornada festiva por ser el Día de la Inmaculada, estuviera en casa y fuera con ella a hacer la compra. También los acompañó su padre.

Fueron ellos los que tuvieron que auxiliarla cuando la persiana la dejó atrapada. Calcula que tardaron unos tres o cuatro minutos en conseguir liberarla de la presión que ejercía sobre su cuerpo. Un tiempo que para ellos fue eterno. La fuerza con la que la persiana había caído impedía poder abrirla fácilmente. Para ello se vieron obligados en usar todos los objetos que tenían a mano. «Lo intentamos con una barra, pero no había manera», relata el nieto de la fallecida. Al final, el vendedor optó por desatornillar parte del sistema de cierre de la furgoneta, que acabó venciendo gracias a la fuerza que Marcos Fernández realizó con una porra. «Es una imagen que no se nos va a olvidar nunca», lamentaba en el tanatorio de Cabueñes, donde hoy, a las 17 horas, se celebrará una misa de cuerpo presente y, posteriormente, sus restos serán incinerados.

La presencia de Marcos Fernández y su padre resultó providencial ya que, sin ellos, el vendedor no podría haber rescatado solo a la mujer y ésta seguramente habría fallecido antes de que pudiera llegar más ayuda.

Los familiares de esta vecina de Argüero llamaron al 112 para solicitar asistencia sanitaria, aunque finalmente no fue necesaria su intervención. Cuando consiguieron liberarla, cuenta su nieto, Gelasia García aún estaba con vida así que él y su padre no dudaron en introducirla en el coche para llevarla directamente al Hospital de Cabueñes. Los médicos intentaron reanimarla, pero la gravedad de las heridas acabó provocándole la muerte a las pocas horas. «Es una pena que nuestro último recuerdo sea ese», lamentaba ayer su nieto.

El accidente ha dejado conmocionada a la familia. También al vendedor que conducía la furgoneta y que «está destrozado» por lo sucedido, aseguran los parientes de la fallecida. Su relación con la familia era estrecha, sobre todo con Gelasia García, clienta suya desde hace años. Por esa razón, los hijos de la fallecida han decidido no emprender medidas legales contra él ni contra la empresa. «Fue un accidente. Estas cosas pasan. Bastante destrozado está ya», comentó Marcos Fernández.

La Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación, comprobó que el vehículo tenía todos los permisos y autorizaciones en regla y citó ayer tanto al nieto de la fallecida como al conductor de la furgoneta para tomarles declaración sobre lo sucedido en la fatídica tarde del jueves.

«Estaba estupenda»

A sus 86 años, Gelasia García se mantenía en plena forma. «Tenía algunos achaques por la edad, pero estaba estupenda», asegura su nieto. Cada mañana acudía al lavadero de Argüero a lavar la ropa. Era una de las cosas que más le gustaba y no dejaba que nadie lo hiciera por ella.Viuda de Alfonso Sánchez Rodríguez, fallecido hace tres años, tenía dos hijos, Alfonso e Irma, y un solo nieto.

Por el tanatorio de Gijón pasaron durante el día de ayer decenas de amigos y conocidos, que no quisieron dejar de acompañar a sus seres queridos en estos duros momentos.

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