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Alberto Vizcaíno.
«Detrás de la gestión  de residuos hay muchos intereses perversos»

«Detrás de la gestión de residuos hay muchos intereses perversos»

«En España hay menos incineradoras porque se desconfía de la capacidad de la administración para vigilar las instalaciones con riesgo para la salud»

RAMÓN MUÑIZ

Jueves, 12 de enero 2017, 02:11

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Experto en residuos, consultor y profesor del Instituto Superior del Medio Ambiente, Alberto Vizcaíno (Madrid, 1978) es crítico sobre la gestión actual de los desperdicios. Esta tarde a las 19 horas será el primer ponente de unas jornadas que buscan alternativas para Asturias, organizadas por el PP en la Casa de Cultura de Avilés.

Asturias lleva años viendo cómo los tribunales tumban sus planes de residuos e intentos incineradora. Pasa en otras regiones. ¿Falla el marco jurídico o la chapuza?

Hay muchos intereses perversos detrás de la gestión de residuos. El marco es claro, pero se aplica mal porque se ha politizado este tema. Es como el cambio climático, que genera enfrentamiento con argumentos políticos, no técnicos.

En Europa abundan las incineradoras. ¿Por qué somos distintos?

Entre otras cosas, por la falta de control sobre las instalaciones con riesgo ambiental y para la salud. Se desconfía de la capacidad de la administración para controlarlas.

¿Con razón?

La ineficacia de los contratos de gestión de residuos y su sospecha de corrupción, unidos a incendios como el de Seseña así lo apuntan.

Critica las «mentiras» que mueven el debate sobre el reciclaje.

Es que está dominado por agentes económicos con capacidad para poner su discurso sobre la mesa. Es la industria de los envases de usar y tirar; compran estudios técnicos y científicos afirmando que su modelo es el mejor. Solo nos llega esa parte, que se aleja de la reutilización.

Contra el modelo del tetrabrik, propone el de la botella de sidra.

En Asturias esa botella se lava y reutiliza, previniendo el despilfarro de recursos. Frente a eso tienes a Cocacola y Ecoembes generando publicidad y opinión a favor de envases de usar y tirar. Así pasa que luego el menú te incluye la lata, pero no la botella. Este modelo solo es ventajoso para la gran industria.

¿Por qué?

El retornable requiere de alguien que lo recoja y devuelva al fabricante, algo para lo que está mejor preparado el pequeño comercio. Las multinacionales tienen más difícil gestionar de forma centralizada todos esos recipientes.

¿Hay un cierto engaño económico en este sistema?

Al comprar un producto parte del dinero va a Ecoembes para que recicle el envase. El problema es que solo admite lo que cae en el contenedor amarillo. Le pagas por las latas que quedan en la calle, y luego pagas otra vez con impuestos su recogida.

¿Cuál es su solución?

Premiar a quien separa bien, devolviendo parte de ese importe que pagó al inicio. Eso y tener un cubo para lo orgánico, otro para el papel, otro de vidrio, y lo demás tirarlo junto.

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