La doble fiesta de la heroína de Vegadeo

La veigueña Natalia Fernández tenía ayer un doble motivo de celebración. Cumplía diez años justo el día en que muchos conocían la hazaña que había protagonizado apenas unas horas antes. La tarde del miércoles, cuando viajaba en coche con su madre, sufrieron un aparatoso accidente tras salirse de la As-11, carretera que une Vegadeo con la Garganta, a su paso por la localidad de Piantón. El turismo cayó por un terraplén de siete metros y acabó volcado a escasos metros del río.

Ante el nerviosismo de su madre, que se quedó bloqueada, Natalia fue capaz de tomar las riendas de la situación. Cogió su móvil, el mismo que le regalaron hace apenas dos meses, llamó al 112 y, gracias a su pericia, envió a los bomberos la localización GPS para que pudieran localizarlas y rescatarlas. «Aprendí el número del 112 en la televisión al ver otros accidentes», indicó.

La niña relataba ayer que «se nos cruzó un animal delante. Mi madre frenó muy fuerte y el coche se fue». Fue una situación «complicada», reconoce Natalia quien, no obstante, no recuerda que el vehículo diera varias vueltas de campana, algo muy probable dada la situación y el estado en que quedó el turismo, con golpes por todos lados. Sí relata que «ayudé a mi madre a sacar la pierna, que la tenía atrapada». Tras socorrer a su madre, de 41 años, la colaboración de la niña fue crucial para que los bomberos pudiesen localizar el vehículo. Como apenas había visibilidad y el lugar donde quedó el coche era de muy difícil acceso, «me pidieron que cuando escuchase las sirenas tocase el claxon». Y eso fue lo que hizo.

Tras acceder hasta las afectadas y ayudarles a salir del coche, los bomberos tuvieron que desbrozar la zona para colocar una escalera hasta el río con la que cruzar hasta la otra orilla, donde las esperaba el equipo de Atención Primaria de Vegadeo que las trasladó al hospital comarcal de Jarrio.

También durante ese trayecto «se nos cruzaron cuatro jabalíes». Un hecho en el que ayer incidía el padre de la pequeña, José Antonio Fernández, molesto por el riesgo que se corre por la cantidad de animales salvajes que se encuentran cerca de las carreteras. Él, como hicieron todos los que participaron en el rescate de su mujer y de Natalia, elogiaron la actuación de la pequeña. «Ha pasado de ser una niña a toda una mujer», ratificaba orgulloso. «En este caso la tecnología ha servido para algo», asumía Fernández tras reconocer que «no me gusta que la gente esté todo el día con el teléfono».

Dolor en un pie

La mujer tiene dolores en las cervicales y la niña, un pequeño dolor en el pie derecho, algo que no le impidió ayer acudir a clase. «Quería ir para celebrar mi cumpleaños», decía sonriendo. Además de tirones de orejas recibió la ovación de unos compañeros que «querían saber todo lo ocurrido» y para los que ya es toda una heroína.

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