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El Hospital Central implanta con éxito el primer corazón artificial

La intervención, que se llevó a cabo el pasado miércoles día 1, era «la única alternativa terapéutica» para el paciente, de 44 años

LAURA MAYORDOMO / LAURA FONSECA

Jueves, 9 de marzo 2017, 04:15

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El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) llevó a cabo el pasado miércoles día 1 una intervención inédita. El servicio de Cirugía Cardíaca, que dirige Jacobo Silva, implantó el primer corazón artificial a un paciente de 44 años para el que esta técnica era la «única alternativa terapéutica» viable debido a la miocardiopatía dilatada que sufría. El asturiano que a partir de ahora vivirá con un corazón artificial es uno de los cinco candidatos que el HUCA había preseleccionado hace meses para llevar a cabo esta novedosa intervención, todos ellos con edades inferiores a los 65 años. Su evolución está siendo satisfactoria y, de seguir así, podría recibir el alta médica a principios de la próxima semana.

El dispositivo que le fue implantado en el tórax es «una bomba centrífuga de flujo continuo» que se conecta al corazón y ayuda a impulsar la sangre desde el ventrículo a la aorta, «haciendo que su corazón debilitado bombee sangre a todo el cuerpo», explicaron fuentes de la Consejería de Sanidad, que hoy tienen previsto aportar más detalles de la intervención.

Según ha podido saber EL COMERCIO, pese a ser la primera vez que esta técnica se aplicaba en el Hospital Central, se realizó en un tiempo casi récord, siendo una de las intervenciones más rápidas de este tipo llevadas a cabo en España.

Doce centímetros

El dispositivo implantado tiene un tamaño muy reducido: mide apenas doce centímetros y pesa unos 120 gramos. Este equipo bombea la sangre, disminuyendo así el riesgo de un fallo coronario en personas con insuficiencia cardíaca grave. El paciente llevará instalado un controlador externo (un cinturón), que es un pequeño ordenador encargado de supervisar la bomba y que se conecta con el corazón artificial a través de un cable exterior, a la altura del ombligo.

El corazón artificial, que lleva una batería que dura unas diez horas, se recarga como si se tratara de un móvil. Además, la bomba se puede programar de modo que suministre la sangre adecuada a cada enfermo actuando así contra la insuficiencia cardíaca, que es la primera causa de ingreso hospitalario entre los mayores de 65 años. Tiene capacidad para bombear hasta diez litros de sangre por minuto, lo que supone más del doble que un corazón sano.

El HUCA tenía previsto iniciar estas intervenciones el pasado mes de septiembre, pero un problema administrativo obligó a retrasar seis meses el programa. Hasta el pasado 1 de marzo, cuando se llevó a cabo con éxito la primera operación de este tipo.

Hasta hace unos años, los corazones artificiales se empleaban solo de forma provisional. Por lo general no más de un mes, hasta que aparecía un órgano apto para el trasplante. Tenían la función de prolongar unos días la supervivencia del enfermo que se encontraba esperando por un corazón compatible. Sin embargo, los avances tecnológicos han conseguido que estas bombas puedan ser empleadas «como dispositivos de larga duración».

90.000 euros

Cada uno de estos aparatos cuesta unos 90.000 euros. En su precio va incluido tanto el gasto del dispositivo en sí como el que supone formar a los especialistas y el seguimiento posterior de cada enfermo. El HUCA tenía previsto gastar, en principio, unos 600.000 euros en la adquisición de los primeros siete dispositivos.

Como en el caso del primer paciente asturiano en portar un corazón artificial, los candidatos a llevar uno de estos dispositivos son pacientes que no pueden ser trasplantados, bien por motivos de edad, por enfermedades concomitantes como un cáncer controlado, una patología vascular o por ser enfermos que llevan mucho tiempo pendientes de la aparición de un donante idóneo.

Con todo, esta técnica representa en la actualidad menos de un 10% de todos los trasplantes de corazón que se practican en España. Y, pese a tener un coste alto, de en torno a los 90.000 euros, los corazones artificiales suponen casi el mismo desembolso que un trasplante, ya que con este sistema se evitan los gastos derivados de la medicación de inmunosupresión. El HUCA podría realizar entre cinco y diez al año, según estimó en su día el jefe del Servicio de Cirugía Cardíaca, Jacobo Silva.

En España se han implantado una treintena, pero en el resto de Europa sumaron más de 2.500 en 2015. Salvo fallo mecánico, estos aparatos duran unos diez años. El paciente que más tiempo lleva con un corazón artificial implantado es un neozelandés que convive con esta bomba acoplada a su ventrículo izquierdo desde hace casi nueve años.

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