Secciones
Servicios
Destacamos
CHELO TUYA
Miércoles, 22 de marzo 2017, 02:19
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
«¿Denuncias falsas? El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) dice cada año que no representan ni el 1% del total de denuncias. En todo caso, yo pregunto ¿Y qué si las hay? Hay denuncias falsas en todos los aspectos de la criminalidad. Además, en casos de violencia de género, siempre digo lo mismo: con lo difícil que es lograr una condena para una agresión real, con pruebas, es imposible que una denuncia falsa prospere». El catedrático acreditado en Derecho Penal Javier Fernández Teruelo volvió a ejercer ayer de experto en violencia de género. Lo hizo durante el programa La Lupa, de Canal 10, que dirige y presenta Juan Neira.
Fue entrevistado por sus estudios sobre el sistema integral de protección a las víctimas de malos tratos. Conocido como VioGen, el catedrático asturiano evidenció con su obra, 'Análisis de Feminicidios de Género en España 2000-2015' que el sistema no funciona. «No lo hacía el anterior, el test de 16 preguntas y no parece que vaya a hacerlo el nuevo, que tiene 39 cuestiones».
Una opinión basada en los datos. «La mayoría de las mujeres asesinadas en años anteriores no tenían riesgo apreciado en el VioGen». No lo tenían porque, asegura Fernández Teruelo, «las preguntas son erróneas» y, sobre todo, «se le hacen a la víctima. Nadie ha analizado al agresor». Y eso que, como él explica, «no existe un perfil de víctima. Hay mujeres maltratadas de todas las edades, formación y situación económica», pero sí lo hay «del agresor que es un potencial asesino. Se trata de una persona que ha sustentado toda su vida sobre una situación de dominio y abuso sobre su pareja. Tiene una gran inseguridad, dependencia de ese poder sobre ella y unos celos patológicos».
Descarta el catedrático que las adicciones, las tendencias suicidas o, incluso, la nacionalidad del agresor sirva para confeccionar el perfil. «No hay pruebas que indiquen si los agresores tienen alguna adicción. Y, desde luego, los que se suicidan después no tenían antes tendencias suicidas. Simplemente se suicidan o se entregan porque con el asesinato alcanzó su objetivo».
Dos millones de maltratadores
Sin embargo, el VioGen no somete a preguntas al agresor. «Se las hacen a la víctima. Con algunas de taimada culpabilidad, como si ella se medica o tiene problemas psicológicos», apuntó Teruelo que desveló, además, «que la valoración informática del riesgo solo se hace en las ciudades. En la zona rural es un mero análisis subjetivo».
Eso lleva a que el VioGen sirva «para detectar si el maltratador va a volver a agredir, pero no para saber si va a matar», porque no todos los agresores «son potenciales asesinos», pero descubrir cuáles son «no es fácil, pero sí posible».
En su análisis de la situación, Fernández Teruelo destacó como positiva la aprobación de la Ley Integral contra la Violencia de Género. «Creo que funciona, incluía muchas facetas de igualdad, que se están implantando. Ahora, que quien crea que solo con el Código Penal se solucionará el problema, se equivoca».
De ahí que aún se mantengan cifras de asesinatos casi invariables, por encima de los 60 feminicidios anuales. «Muchos lanzaron las campanas al vuelo el año pasado, cuando la cifra se quedó en 44. Pero ya hemos visto como iniciamos 2017. Todavía queda mucho por hacer».
Como, por ejemplo, mejorar unas estadísticas que «dejan fuera a la mujer a la que una bala le atravesó la cabeza, pero no murió. O a la que quedó en silla de ruedas, tras tirarla su pareja desde un sexto piso. Ni siquiera la bebé a la que mató su padre tirándose desde la ventana del hospital figura en la estadística».
Unas cifras que, aseguró, no corresponden a la realidad. «Hay mucho más maltrato del que se denuncia», incluso apuntó a que en España puede haber «unos dos millones de maltratadores», aunque es difícil «que las víctimas denuncien».
El motivo es que, asegura, «el maltrato más duro es el de larga duración. Esas víctimas, dicen los expertos, están como prisioneras de guerra o víctimas de secuestro de larga duración: justifican al agresor y se culpabilizan. Es muy difícil que ellas denuncien».
Especialmente, porque «no podemos decir que denuncie si luego el sistema no la protege» que es, dice «lo que ahora ocurre». De hecho, pide «que se ofrezca protección a la víctima aunque no denuncie» y urgió «un protocolo de seguridad para las mujeres víctimas que inician un proceso de divorcio». Pidió, ademas, que no se culpabilice las familias que no denuncian: «Probar un maltrato es necesario contar con la colaboración de la víctima».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.