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MARCO MENÉNDEZ
Martes, 23 de mayo 2017, 03:40
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El futuro del transporte ferroviario en Asturias fue analizado ayer en el Fórum EL COMERCIO que, organizado por este periódico y el Banco SabadellHerrero, tuvo lugar en el Hotel NH. Los participantes en el debate tuvieron clara la necesidad de que se abran los dos túneles de la variante de Pajares, pero la mayoría apostó por dedicar uno de ellos al tráfico de viajeros en alta velocidad y el otro, al de mercancías. Pusieron sus tesis sobre la mesa Avelino Acero, exdirector general de FCC; Alberto González, director general de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade); Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón; Adolfo Vega, responsable de Logística de ArcelorMittal España; Ignacio García-Arango, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, y Jorge Luis Rodríguez, director de proyectos de la ingeniería Vectio.
El director de EL COMERCIO, Marcelino González, planteó el debate en torno a «una variante de Pajares que en nada ha podido contribuir al desarrollo de la región, pero que sí ha generado bastante polémica», después de una inversión de más de 3.500 millones de euros. El director general del SabadellHerrero, Pablo Junceda, ahondó en el asunto e indicó que «es un tema clave para Asturias y para el Noroeste de España. Hasta ahora, se decía que se arreglaba todo con el triple hilo, pero ahora Avelino Acero dice que es una barbaridad. Hay que poner orden», al tiempo que pidió a la clase política «una visión a largo plazo».
El análisis se centró más en las mercancías que en la alta velocidad, desde el punto de vista de ese tipo de tráficos como motor de desarrollo para la región. Alberto González considera su desarrollo «vital con vistas al futuro», mientras que Félix Baragaño apuntó la «oportunidad histórica» que supone la variante, porque «necesitamos que en dos horas y media lleguemos con agilidad al centro de Madrid».
Sobre los túneles en sí mismos, el primero en hablar fue Avelino Acero, que apuntó que «necesitan ancho internacional, no hablo de alta velocidad». Pero añadió que «el cambio de ancho de ejes está bien para viajeros, pero no es fácil para las mercancías». Y profundizó Ignacio García-Arango al proponer «una vía en ancho internacional y otra en ancho ibérico para las mercancías, porque la vía no termina en Pola de Lena, sino en los puertos de Gijón y de Avilés».
Esa idea la retomó Jorge Luis Rodríguez, pues considera que «necesitamos vía de ancho internacional hasta Gijón» y recordó que, según la normativa europea, «en 2030 no podremos tener ancho ibérico. Por eso, hay que aprovechar y mejorar las redes de cercanías, mercancías y larga distancia entre Pola de Lena y Gijón».
Los participantes en el debate coincidieron en la falta de planificación por parte de las administraciones sobre el futuro de la red ferroviaria de todo el país y en Asturias se está perdiendo la oportunidad de aprovechar las potencialidades de los puertos de El Musel y Avilés, máxime teniendo en cuenta los cambios en el transporte marítimo que se están produciendo con la ampliación del Canal de Panamá y la apertura de las vías de navegación por el deshielo del Ártico, que generan nuevos tráficos. Alberto González dijo que «necesitamos concretar una alternativa u otra, o las mercancías van por la rampa de Pajares o por la variante». En su opinión, dedicar un túnel a cada uno de esos tráficos «es la mejor opción con menores costes para los operadores, con la mejor calidad y lo más rápido posible».
Adolfo Vega apuntó, no obstante, el riesgo que supone para una empresa como ArcelorMittal lo que denominó «cuasimonopolio de Renfe Mercancías». Explicó que «es una empresa pública y está supeditada a decisiones estratégicas políticas en cualquier momento. Es un riesgo importante para nosotros». También apuntó a la propia mentalidad empresarial, pues «los polígonos industriales y muchas empresas que se construyen no tienen apartaderos o redes ferroviarias solventes. Es un tema cultural. Nosotros sí estamos comprometidos con el ferrocarril».
¿Cuál sería la solución ideal? «Una red para transporte de mercancías independiente de los viajeros. Si un Talgo va con retraso, se aparta el tren de mercancías», manifestó Avelino Acero. Y es que, en su opinión, «en España no hay una cultura del ferrocarril porque no da un buen servicio». Por eso, «yo dejaría los viajeros con un solo túnel, que me sobra para 20 ó 30 años», y propone para las mercancías «mantener un túnel con ancho ibérico», si bien conllevaría construir apartaderos con 750 metros de longitud para que puedan transitar convoyes más largos que los actuales». Y es que descartó el tercer hilo, pues «es muy complicado por los cambios de agujas y las catenarias. Cualquier experto en explotación dice que es un horror. Sí sería bueno tener traviesas con los dos anchos para hacer el cambio en su momento. Es necesario tener una vía en ancho europeo para los viajeros con una velocidad del siglo XXI y llegar a Madrid en dos horas y media, y otra con ancho ibérico para las mercancías», dijo.
Y este planteamiento fue respaldado por el Principado. Entre el público se encontraba el director general de Infraestructuras, José María Pertierra, quien explicó que el objetivo del Gobierno regional es, «en el horizonte de 2030, disponer de ancho internacional conectado con toda la red europea desde el puerto de El Musel. Hacerlo ahora en los dos túneles entendemos que penaliza las mercancías, porque lo que necesitan es fiabilidad. Ante cualquier incidencia en la rampa de Pajares habrá un problema y, al menos, con carácter provisional hasta 2030, queremos que la variante tenga un túnel en ancho ibérico».
Ante estos planteamientos, ¿qué esperan los participantes en el Fórum EL COMERCIO? Las conclusiones pasarían por la puesta en servicio de los túneles lo antes posible, mejor en dos años que en tres, con un servicio con mayor capacidad, fiable y realista. Pero para ello, reclamaron «voluntad política y apoyo presupuestario», explicó Félix Baragaño, que se mostró partidario de esa idea de distintos anchos en cada uno de los túneles.
García-Arango pidió «consenso» en la planificación, mientras que Avelino Acero apuntó que, «si se apuesta por ello, las cosas se hacen. Hay que tener la decisión política».
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