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Profesionales sanitarios participan en un ejercicio en el que se simula un accidente de tráfico.
Prioridades que valen vidas

Prioridades que valen vidas

«Es duro, pero tener pautas para saber qué casos son más urgentes puede significar salvar a decenas o cientos de personas», alerta el jefe del Servicio

MARCOS GUTIÉRREZ

Sábado, 27 de mayo 2017, 01:18

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«Pese a que son inusuales, nadie es inmune a ellas». Se refería el gerente del Servicio de Salud del Principado de Asturias, José Ramón Riera, a la posibilidad de verse ante un accidente con múltiples víctimas o una catástrofe. Realizaba esta advertencia durante la presentación de una guía de actuación rápida en incidentes con múltiples víctimas elaborada por el Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) en el Principado.

Este documento ofrece a los profesionales implicados en emergencias sanitarias un protocolo de actuación sencillo ante situaciones en las que hay que hacer frente, además de a la propia situación, al shock y la confusión. Se considera incidente con múltiples víctimas (IMV) a todo aquel escenario en el que hay cuatro o más accidentados. Antonio Trigo, jefe del SAMU en Asturias, reconoció que «el caos siempre se produce al comienzo» de una situación de este tipo.

Las claves descritas por la guía para estos primeros momentos se centran en la correcta gestión, la búsqueda del beneficio colectivo, ver el incidente como algo global, adaptar los roles, buscar la estabilización mínima indispensable, calibrar el tiempo quirúrgico de la víctima, evitar evacuaciones indiscriminadas y trasladar al centro idóneo. En este tipo de catástrofes resulta determinante priorizar. Ante un atentado terrorista, un accidente aéreo o un siniestro en carretera, por ejemplo, es determinante establecer qué pacientes han de ser atendidos de inmediato, cuáles pueden esperar unas horas o aquellos por los que, aunque resulte duro, nada puede hacerse.

Tras haber determinado si el área de rescate e intervención es o no segura, el método de triage básico START (Simple Triage and Rapid Treatment), descrito de manera esquemática y muy visual en la guía, establece cuatro niveles de prioridad en la atención a las víctimas: inmediato (nivel 1, rojo), urgente (2, amarillo), demorable (3, verde) y fallecido (4, negro).

Establecer una catalogación de accidentados puede resultar duro incluso para los servicios de emergencia; sin embargo, «tener pautas para saber qué casos son más urgentes que otros puede significar la diferencia entre salvar decenas o cientos de vidas». Los niveles se determinan en función de aspectos como si la víctima es capaz de caminar, si respira, si se le puede abrir una vía aérea o si responde a órdenes sencillas.

Posteriormente se suceden las fases de estabilización y evacuación. 28 profesionales participaron en La Morgal en un ejercicio en el que se simulaba un accidente con quince víctimas. Cada una de ellas llevaba una tarjeta en la que se describía «su situación clínica básica, que permite priorizar cada caso», explicó Fátima Álvarez, enfermera del SAMU.

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