Borrar
Ponentes en la conferencia, en el Colegio de Médicos.
«El alcohol provoca en los adolescentes problemas mentales y fracaso escolar»

«El alcohol provoca en los adolescentes problemas mentales y fracaso escolar»

Los expertos alertan de la venta de bebidas etílicas a los menores a pesar de la prohibición. «Un 15% la consigue a través de sus familiares», aseguran

G. POMARADA

Viernes, 16 de junio 2017, 01:21

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Depresión, ideas suicidas, embarazos no deseados, fracaso escolar o pérdida de memoria son algunas de las posibles consecuencias de consumir alcohol durante la adolescencia. La Academia Médico-Quirúrgica Española y la Real Academia de Medicina del Principado de Asturias celebraron ayer una conferencia conjunta en la sede del Colegio de Médicos de Asturias, en Oviedo, en la que alertaron sobre los peligros asociados a la ingesta de bebidas alcohólicas desde edad temprana. Cuestiones como los patrones de consumo, los riesgos reales de la bebida, los trastornos que acarrea o los métodos de prevención fueron abordados por los doctores Rhadamés Hernández Mejía, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Oviedo; Venancio Martínez Suárez, especialista en Pediatría y Pilar Saiz Martínez, profesora de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, así como el fiscal de menores de Asturias, Jorge Fernández Caldevilla.

Los datos presentados por los expertos trazan una radiografía de la adolescencia española en la que un 80% reconoce haber consumido alcohol en el último año y, un 22% , haberse emborrachado en el último mes. Entre un 8 y un 10% beben entre semana y un 1, 7% lo hace a diario.

Actualmente, la edad media en la cual los adolescentes comienzan a beber se sitúa entre los trece y los catorce años. «El dato no ha cambiado mucho en los últimos años y es el mismo para chicos y chicas», destacaba la doctora Pilar Saiz. En esa etapa vital, el cerebro de los jóvenes se encuentra en fase de maduración y experimenta cambios en los lóbulos frontales, región que influye en procesos como el lenguaje, la toma de decisiones, la planificación y las funciones cognitivas. «El sistema nervioso tiene un proceso que dura hasta los veintiún años, cuando el alcohol actúa sobre un cerebro inmaduro, el daño es mucho mayor», explicaba Saiz. Y añadía: «la actividad cerebral se vuelve inferior a la de una persona normal».

La ingesta de alcohol puede provocar en los adolescentes «muerte cerebral, disminución del cerebro y unos procesos de aprendizaje deficitarios». En el plano de la salud mental, las bebidas etílicas pueden favorecer la aparición de patologías como depresión, ansiedad, problemas de conducta y un deficiente contacto social. En casos extremos, los jóvenes corren el riesgo de experimentar impulsos de autolesión e ideas suicidas. Respecto al comportamiento violento hacia terceros, la psiquiatra apunta que aparece «en cualquier episodio de consumo». Una ingesta aguda, añadía, «puede producir la muerte».

Cada fin de semana, periodo en el que aumenta el consumo, los jóvenes beben una media de entre cuatro y cinco copas, lo que supone 56 gramos de etanol diario. A partir de 150 gramos a la semana, la ingesta se asocia con bajos rendimientos escolares. «Los fines de semana cambia el tipo de bebida, toman más combinados, bebidas destiladas con refrescos carbónicos que tienen un mayor riesgo de intoxicación». Tras las copas, la cerveza es el alcohol que más consumen.

Implicar a las familias

A pesar de que la venta de alcohol a menores está prohibida en Asturias desde 2015 y contempla sanciones de hasta 10.000 euros, los jóvenes que pasan por la consulta de la doctora Saiz reconocen que compran la bebida «directamente». Para salvar la restricción en los establecimientos que cumplen la normativa, los adolescentes reconocen recurrir a «correos mayores de edad». Un dato más alarmante, señalaba Saiz, es que un 15% confiesa que consigue la sustancia a través de sus familiares.

«La familia tiene un papel fundamental, cuanto mayor es la permisividad en los horarios y cuanto más dinero se les proporciona, mayor es el riesgo», indicaba Saiz, que identifica un mayor número de casos en «núcleos monoparentales y con progenitores con alcoholismo». La solución, señalan los expertos, pasa por implantar campañas de concienciación en los centros educativos, aumentar el control policial y regular el botellón, una práctica habitual entre el 60% de los menores y que vive su punto álgido con la llegada del los meses veraniegos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios