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Los ferroviarios achacan el accidente del Alvia a la falta de mantenimiento

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El Alvia siniestrado, junto a un cercanías que evacuó a los 97 pasajeros. ARNALDO GARCÍA

Los ferroviarios achacan el accidente del Alvia a la falta de mantenimiento

«Un árbol nunca debería caer en una vía abierta», claman, al tiempo que exigen que Fomento, Adif y la Agencia de Seguridad tomen cartas en el asunto

Ramón Muñiz

Gijón

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Miércoles, 6 de junio 2018, 01:24

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El susto recorre a los ferroviarios tras analizar las fotografías del accidente sufrido el lunes a las 19.25 horas por un Alvia que circulaba en la zona de Villabona. El convoy avanzaba por un tramo con velocidad permitida de hasta 130 kilómetros por hora y encontró un pino de enormes dimensiones desplomado sobre ambas vías. Las primeras hipótesis apuntan a que el árbol se vino abajo desde una ladera boscosa próxima a la vía. El maquinista, J. A., avilesino con más de treinta años de experiencia, no pudo hacer nada para evitar una colisión que desmembró el pino, impactando uno de los troncos contra la luna de la cabina. La violencia del golpe destrozó el cristal y parte de la cabeza tractora, pero milagrosamente el conductor logró salir con cortes en las manos y un golpe en la cabeza. Quienes han hablado con él decían ayer que se encontraba «muy afectado» por el suceso, más al constatar lo cerca que estuvo de la tragedia.

El parecer de los sindicatos ferroviarios es unánime. «Un árbol nunca debería caer en una vía abierta», repiten. Lejos de constituir un caso aislado, ven en el incidente la consecuencia de una dejadez en el mantenimiento de los márgenes de las vías y temen que no sea más que el primer choque de otros.

«Tenemos muchas zonas con árboles que también pueden caer sobre la vía en cualquier momento», advierte Juan Carlos Lora, secretario general de CC OO en Adif y Renfe. «Un árbol no avisa de que está ahí, a punto de caer, y cuando lo hace es fatal porque te encuentras el bosque delante de la vía y no tienes margen de maniobra», refiere. El ferroviario recuerda que antes la compañía pública contaba con una división de forestales que tenía asignados tramos de la red ferroviaria sobre los que ejercían un mantenimiento preventivo. «Ahora eso está externalizado y prácticamente solo acuden a los puntos en donde los maquinistas se quejan mucho al ver el peligro», señala.

CC OO se dirigirá a Renfe y Adif para que tomen cartas en el asunto y sea más exigente con el cuidado de los márgenes, gestión a la que se suma también UGT. «No hay un control riguroso y eso se ve desde la cabina; cada vez hay más árboles encima y peor mantenimiento», señala Luis Blanco Junquera, secretario del sector de Transportes de la central.

El ferroviario también echa en falta el trabajo de aquellas cuadrillas permanentes del mantenimiento porque «conocían muy bien cada zona, las laderas con riesgo, los arroyos que podían dar problemas; es un conocimiento que ahora se ha perdido», expone.

Desde UGT estiman que el caso ocurrido en Villabona debería ser objeto de análisis por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), un órgano colegiado adscrito al Ministerio de Fomento cuya misión es revisar sucesos de los que se puedan extraer mejoras de seguridad para el resto de la red. La ley del sector ferroviario estipula que debe enviar sus peritos a todo incidente en el que haya fallecidos, cinco o más heridos, o daños valorados en más de dos millones. También deja abierta la puerta a que emita dictámenes por accidentes «de características similares» a las descritas. La suerte que tuvo el maquinista, paradójicamente, provoca que el caso esté en el límite de las obligaciones de la CIAF.

Hay otros estamentos y a ellos viene apelando el sindicato de maquinistas (Semaf). «Vimos hace unos meses un accidente similar, con entrada de tronco en la cabina, y mandamos un informe a la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria alertando de la dejadez en la limpieza de los márgenes», anota Luis Alonso. En el escrito recuerdan que antiguamente la obligación del mantenimiento era respetar una franja de seguridad de diez metros a ambos lados de la vía, algo que entienden se ha perdido. Para evitar sustos, reclaman que las limpiezas garanticen que no caiga ningún objeto a menos de ocho metros de la vía.

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