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Asturias le echa un culín a la Unesco

El cantante Víctor Manuel, embajador de la candidatura: «Tengo siempre sidra en casa» | El escanciado simultáneo en casi 30 concejos para que la cultura sidrera sea Patrimonio de la Humanidad traspasa fronteras

EUGENIA GARCÍA

Domingo, 17 de febrero 2019, 04:38

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«Asturias, verde de montes y negra de minerales», cantaba Víctor Manuel. Faltaba en ese himno que se ha tarareado -por asturianos, o no- prácticamente en cada rincón del mundo hacer alusión a la sangre que riega las venas y verbenas de la región, la bebida que une a paisanos de aquí y allá; el oro líquido del norte que quiere ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Ayer, lejos de estar «sola en mitad de la tierra», la sidra demostró tener muy buena compañía.

Cientos de asturianos echaron un culín al unísono en casi treinta ayuntamientos, como invitando a la Unesco a probar el néctar patrio y, al hacerlo, convencerse. Para empezar, el propio Víctor Manuel, quien antes de triunfar en su concierto en Gijón recibió, de la mano de la consejera María Jesús Álvarez, el diploma que le acredita como embajador de la cultura sidrera. Y hasta tomó un culín que le sirvieron en el patio de la Laboral. «Me siento muy eufórico. Me parece un proyecto estupendo que puede agrupar a mucha gente intergeneracional alrededor de la sidra», aseguró emocionado. Se confesó bebedor de sidra y desmintió el mito de que fuera de Asturias sea peor. «Tengo siempre sidra en casa, pero no es igual beberla en un comedor que en medio de un prau, tomando unos pinchos de tortilla, de bacalao o unos huevos duros», puntualizó.

Vídeo.

Antes, a mediodía, como cada sábado pero de forma coordinada esta vez, la sidra comenzó a correr por buena parte de los municipios asturianos para empezar a recoger apoyos. Esta candidatura, promovida por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sidra de Asturias, será presentada en menos de dos meses ante la Comisión de Patrimonio, de la que depende la decisión de qué opción presenta España ante la Unesco. La sidra compite, entre otros, con el salmorejo cordobés. De ahí la importancia de sacar músculo y demostrar, como dijo el presidente de la DOP Tino Cortina, que «la cultura sidrera nos une».

No mentía. Quedó patente en una abarrotada calle Gascona, el lugar elegido por el Ayuntamiento de Oviedo para mostrar su adhesión a la candidatura. «Sabe a la tresparencia de les mañanes, al paixase que vive dientro les gaites», dicen los versos del poema 'Oro del Norte', de Aurelio González Ovies, que leyó el concejal de Cultura, Roberto Sánchez, y al que puso música la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo. Entre el público, el consejero de Industria, Isaac Pola, quien alabó la sidra como «emblema de asturianía» y lo definió como «una representación de nuestra forma de ser». Además de ser un «elemento fundamental» para el sector turístico, «reúne argumentos más que sobrados para ser patrimonio inmaterial de la humanidad, refleja el carácter inclusivo y hospitalario de nuestra región», aseguró. Pero los beneficios de la sidra van más allá, como se encargó de señalar el alcalde de Oviedo, Wenceslao López: «Da una chispa que te hace parlanchín pero no faltosu, ye mui importante».

Como recordó la representante de la asociación Muyeres Pachamama Jennifer Urbano, hace ya tiempo que la sidra traspasa fronteras. Llegó a Latinoamérica hace generaciones con las primeras oleadas de inmigrantes asturianos y, desde los centros que estos abrieron, se comenzó a conocer. «Las mujeres conocimos la sidra en casa, ya que teníamos prohibido el chigre, aunque por fortuna esos tiempos quedaron atrás. No queremos volver a acasa, queremos la sidra, la calle y la fiesta», aseguró.

El escanciado, «algo único»

«Esta es una candidatura que sentimos todos los asturianos, porque la cultura sidrera refleja una de nuestras señas de identidad: es el encuentro, la amistad, el compartir», aseguró la consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, en otro de los puntos clave de la celebración, el Museo de la Sidra de Nava, donde los consistorios de Cabranes, Bimenes, Colunga, Nava y Sariego organizaron, además del escanciado -«algo único» según Álvarez-, una fiesta con música para dos centenares de personas.

En Carreño, que siempre ha tenido fama de buena mano con la sidra y donde en los años 20 había cerca de noventa lagares, doce escanciadores -uno por parroquia-echaron culinos para las decenas de personas congregadas en la escalinata de la iglesia de San Félix, desde donde apoyaba la candidatura la directora de Desarrollo Rural, María Jesús Aguilar junto a la alcaldesa del municipio. Por su parte, Gozón eligió el muelle viejo como escenario de un acto que contó con la asistencia del director general de Pesca Marítima, Francisco González, y el alcalde de Gozón, Jorge Suárez, y en la que se leyó un manifiesto ensalzando el valor de la cultura sidrera.

El líquido elemento rompió en el vaso sin cesar también en Villaviciosa, Illas, Mieres, Aller, Morcín, Laviana, Ribera de Arriba o Siero, cuyo concejal de Festejos, César Díaz, animó a los asturianos a «apostar por lo nuestro y defenderlo». La gran espicha simultánea tuvo su réplica en Grado, en Cudillero y en la plaza del Ayuntamiento de Tineo, donde se bebieron más de cuarenta litros mientras los vecinos firmaban en el libro para adherirse a una candidatura que tiene ya miles de adeptos dispuestos a que alrededor del mundo se conozca lo que implica compartir esa botella verde y echar un culín. Entre amigos.

EN ESTA INFORMACIÓN HAN COLABORADO PEPE G.-PUMARINO, MARCO MENÉNDEZ, BELÉN G. HIDALGO, MARCOS GUTIÉRREZ Y JUAN CARLOS ABAD

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